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¿Peligra la supremacía de Coca-Cola, Damm, Aquabona y Frigo en las playas de Barcelona?

Los comerciantes y propietarios de locales de las playas de Barcelona se alzan contra el ayuntamiento acusándolo de imponer tarifas abusivas para sus productos y acabar con el libre mercado.

Una pequeña revolución podría cernirse sobre Barcelona antes a la temporada estival. Los propietarios de los locales de playa en la Ciudad Condal se han quejado oficialmente al ayuntamiento de la localidad  de la obligación que tienen para comprar marcas oficiales como cervezas Damm, agua Aquabona, helados Frigo y refrescos del grupo Colega (Coca-Cola, Fanta, Sprite, etc..), derivado de la política de exclusividad con determinadas marcas que el gobierno local ha llevado a cabo en los últimos años.

Tal y como han reflejado en comunicados ante distintos medios, los comerciantes y propietarios de las zona de playa y costas de la ciudad impugnan las tarifas impuestas por el gobierno local para todos los productos y  acusan al ayuntamiento de interferir en el libre mercado y obligarles a comprar las marcas que han pagado un precio por su exclusividad.

Y es que los locales de las playas tienen la obligación de comprar cervezas a Damm, refrescos a la embotelladora Cobega (la catalana de Coca Cola), aguas a Aquabona-Cobega y helados a Frigo porque estos grupos y marcas han pagado al ayuntamiento el derecho a vender sus productos en exclusiva en la playa, y los ganadores de la concesión del chiringuitos están obligados, por contrato, a comprarlas. Los inspectores municipales revisan constantemente las neveras de los chiringuitos para certificar que sólo contengan productos de las marcas exclusivas, según explican los titulares. De lo contrario, son sancionados, tal como establece el contrato de concesión.

Según el diario Economíadigital.es (www.economiadigital.es), la firma de helados Frigo abonó 300.000 euros en el último concurso para lograr la exclusividad de venta en las playas. Las propuestas se hacen en sobre cerrado y las marcas con una puja más elevada, obtienen la exclusividad. El ayuntamiento ha aclarado que el sistema, llamado “homologación de marcas”, está vigente desde hace unos 15 años y los contratos se renuevan cada cuatro años.

El problema, según los propietarios de los comercios de las playas, reside en que con la el estancamiento o bajada de precios en el canal hostelería que se vive de forma generalizada, sus precios no pueden adaptarse a las exigencias del mercado. “Los elevados pagos por obtener la exclusividad hacen que los cuatro proveedores cobren en la playa hasta cuatro veces más por sus productos que en el resto de la ciudad - explican portavoces de los hosteleros- lo cual determina el precio final del producto en el establecimiento y la nula rentabilidad para el empresario”. 

A este problema se suma el hecho de que desde el Ayuntamiento de Barcelona ha lanzado las nuevas licitaciones de locales en la playa para 2012, que contemplan una nueva regulación en los precios de los productos. El ayuntamiento asegura que la fijación de precios se establece, también desde hace algunos años, para evitar tarifas abusivas, pero desde la asociación de chiringuitos de Barcelona no lo entienden de la misma forma y han formulado una impugnación a las nuevas licitaciones. “Por ejemplo las cervezas y refrescos costarán, como máximo, 2,8 euros, la botella de agua, 1,5 euros y los bocadillos calientes, 4,5 euros”, detalla la abogada del gremio, Laura Requejo. “Ahora, con menos ventajas para los licitantes, se interpreta que la tabla de precios es una intervención en el libre mercado y que hace que los negocios dejen de ser rentables”.