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Decisiones surrealistas de holdings en crisis (hechos absolutamente ciertos 3.0).

Por Richard Wakelfield

 "Richard, rápido, baja a comprar jamón serrano que vienen los japoneses"

Cuando las oficinas de tu agencia dependen de una central internacional, te puedes encontrar con decisiones extrañas, absurdas, surrealistas o inexplicables. Pero pasa, ya lo creo que pasa:

Despedir a 6 personas de golpe, pintar las paredes de verde, fichar a 8 becarias, cambiar el jarrón chino de sitio, poner colores a los power points, congelar los sueldos, pasar la noche de navidad en el Liceo, incorporar a dos compañeros de Taiwán.

Hacer un curso intensivo de inglés al mediodía, valorar a tus compañeros con notas, eliminar la música de los despachos, no salir a comer sino tirar de tupper y bocatas, enviar todas las instrucciones por mail, gastar menos posits, no utilizar la terraza de la oficina, de 400 metros, para nada, pedir 4 presupuestos de cada cosa, presentar 6 versiones de cada campaña, estar disponible durante las vacaciones, regalar pelotas anti-stress.

Cambiar el lote de Navidad por una aportación solidaria, no leer El Publicista en horas de trabajo, hacer un rapport de todas y cada una de las reuniones, invitar a personas del cliente a realizar un stage, cambiar el tabaco por chupa-chups, poner un panel para que se pueda llenar de notas y dibujos, colocar en todas las puertas "si me necesitas, silba" (???).

No salir al bar a tomar café, limitar las dietas a cargo de la empresa, organizar un curso obligatorio de inglés y otro de reiki, no leer los periódicos en horas de oficina, no salir antes de las 23 horas, no venir en camiseta estampada, aconsejar utilizar la bicicleta, hacer pruebas de colesterol, poner las reuniones de gestión los viernes a las 8 de la mañana, quedar para trabajar el fin de semana, asistir a los cumpleaños de los hijos e hijas de los clientes.

Participar en un curso de coaching, enseñar la ciudad a los ingleses, llevar a los Directores de Marketing a conducir karts, salir a hacer fotos los domingos, obligar a postear en twitter 30 veces cada día, hacer salidas "reset" para motivar al personal, participar en workshops creativos, limitar el número de cafés.

Prohibir el pantalón corto, confiscar las cuches, poner objetivos de facturación imposibles.

Pronunciar una y otra vez estas palabras: "esto es lo que hay, si no te gusta tengo 300 currículums de personas que podrían ocupar tu puesto".

Decir "no cumple briefing" para abortar cualquier idea atrevida.

 Isabelle Carbonell aporta que un día fue a cenar con un cliente y le aconsejaron: "dale esperanzas".

Si le pides explicaciones al Director General, te dirá "lo siento, yo te entiendo, pero no puedo hacer nada, son órdenes de Londres" ( o de París, New York, Tokio...) con cara de buena persona y ojitos de cordero degollado. (que eso sea verdad o no, ya no lo tengo tan claro).

Estos de los holdings están cada día peor...

* Nota del autor : la publicidad me sigue fascinando. He conocido a personas maravillosas, talentos increíbles, equipos de altísimo nivel. Disfruto cada día creando campañas... pero la industria publicitaria debería buscar formas de trabajar más racionales y eficaces. No estoy en contra de nuestro negocio, estoy a favor de mejorarlo.

Richard Wakefield, director creativo de WR Storytelling y profesor en Blanquerna Comunicación. Creador de Elestereotipomemata