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Los diarios: marcas que comunican

Daniel Campo, director de El Publicista (columna del número 254)

 Los diarios se han convertido en marcas que comunican, cabeceras o enseñas que ofrecen información actualizada de forma instantánea e intercambian opiniones con sus lectores, estén donde estén, en el momento que prefieran. La edición papel de la que nacieron se han transformado en una plataforma que trata de satisfacer las necesidades de sus consumidores utilizando para ello todos los canales actualmente existentes, desde el impreso al online, pasando por los dispositivos móviles. Vamos, que deberían cambiar el nombre de diarios y elegir otro más acorde con la actividad que desempeñan.

Como todos los medios, han tenido que traspasar obligatoriamente fronteras siguiendo un camino nada fácil. La costosa edición papel les reporta los ingresos, ahora mermados por la crisis, y la online les multiplica la notoriedad pero no les hace cubrir los gastos. En el entorno digital se ha entrado en la dinámica de un alto nivel de exigencia a los medios, pero las tarifas no están acordes con ese demandado esfuerzo. Parece que los anunciantes y las agencias de medios valoran las cualidades de la prensa diaria, aunque no aprecian los altos costes de la investigación informativa ni el sumo grado de credibilidad, confianza y referencia que ofrecen sus marcas. No cabe duda  del papel influyente de los diarios, citados a menudo por los espacios informativos de otros medios, adelantándose a veces a la inmediatez de la radio y la televisión.

Definitivamente su nuevo modelo de negocio pasa ya por los dispositivos móviles, con información exclusiva (reservada todavía para el papel) y al momento en coexistencia con un papel cada vez más volcado a la opinión y los géneros periodísticos de peso. Ofrecerán contenidos adaptados a cada soporte, satisfaciendo la demanda de los lectores, quieran lo que quieran, y no lo solo lo que ofrezca el editor. Las posibilidades que se abren son inmensas.

En este futuro a corto plazo solo hace falta que la prensa se ponga de acuerdo en cosas tan fundamentales como el pago por contenidos, al menos en premium; dar valor y volumen a la audiencia digital, ósea, subir tarifas; buscar plataformas comunes para todos o la mayoría y facilitar el acceso de los lectores a tabletas, e-reader o smartphones, por ejemplo, con promociones a tres bandas: cabecera, operador y fabricante, pues se necesita incrementar el todavía incipiente parque de dispositivos.