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El SEO, el bueno y el malo

J. Alberto Mariñas

Cada vez son más los responsables de comunicación preocupados por el SEO de las páginas de sus compañías, una sana preocupación que, sin embargo, a algunos les lleva a la angustia porque consideran el SEO un arcano.
Afortunadamente, no lo es. Conseguir un page Rank destacado o una primera posición en buscadores es algo alcanzable incluso para particulares, cuánto más para compañías que están dispuestas a poner los medios necesarios para conseguirlo. Ahora bien, lo importante es saber cuáles son esos medios.
Conseguir un buen posicionamiento en buscadores, tiene dos posibles vías: el trabajo duro y continuado y las fórmulas mágicas. Pero casi todo el mundo adivinará que los trucos de magia son pura ilusión.
En el apartado de los juegos de manos se encuadran las pretendidas fórmulas para conseguir posicionamientos rápidos. Son fórmulas que cambian con una cierta frecuencia, la misma frecuencia que imponen Google y otros buscadores modificando sus algoritmos de búsqueda. Con ello invalidan toda esa ingeniería destinada a desvirtuar la calidad de sus resultados y colar en ellos a sitios web que no tienen realmente los méritos necesarios para conseguir un buen posicionamiento. Éste tipo de posicionamiento no sólo es estéril a medio plazo, sino que se convierte en perjudicial porque Google penaliza, no ya a los artífices de esas estrategias, sino a los clientes incautos que tuvieron la torpeza de contratarlas, ajenos al hecho de que al hacerlo incurrían en una mala práctica.
Cuando hablamos de trabajo duro, hablamos de lo que se denomina posicionamiento orgánico. Conseguir un buen page rank requiere esfuerzo. ¿Hay alguna cosa buena que se consiga sin él? En primer lugar, depende de los contenidos que seamos capaces de generar. Cuanto más contenido tenga nuestro sitio, más posibilidades tendremos de posicionarnos bien. Además, el contenido debe ser original -no vale con copiar y pegar lo que otros han hecho- y estar redactado de manera que sea efectivo para llamar la atención de los robots de búsqueda. También los aspectos formales como negritas, titulares, etc. ayudan. Por otra parte, los algoritmos de los buscadores, cada día más sofisticados, toman muy en consideración la autoridad de nuestro sitio y miden este concepto por cosas como el número de enlaces que tenemos en páginas ajenas y consideran, igualmente, las menciones en foros y comunidades y en Google +, en el caso de Google.
La pregunta de “¿y cómo se consigue eso?” no es, en realidad, la pregunta del millón. Ya está respondida: con trabajo. Hay que tener una estrategia, saber cuáles son nuestros objetivos, qué conceptos queremos que nos posicionen, con qué palabras buscan realmente los usuarios esos conceptos… Hay que estar presente en las redes sociales, ser parte de la conversación, mencionar a otros que luego nos mencionarán, producir muchos contenidos -el blog de la compañía es la fuente ideal- y actuar como una fuente de referencia confiable y atenta a la actualidad de nuestro sector. Con todo esto hecho, tenemos luego que darnos tiempo y tener en cuenta que, cuando no se usan trucos de magia, el posicionamiento no surge como el conejo de dentro de una chistera, sino que necesita meses de trabajo para que se vean los frutos.
J. Alberto Mariñas, director de Estudio de Comunicación On line