Actualidad

La Publicidad en tiempos revueltos

Fernando de Barrón Arniches Director de Cuentas

En los tiempos que corren quién no ha oído decir eso de “bueno ahora tenemos menos presupuesto y tenemos que hacer más cosas que en años anteriores”. Yo pienso que esta crisis tiene varias formas distintas de enfocarse; están los clientes que aprovechan esta situación para hacer ver a su agencia que ya no es lo que era antes y que hay que ponerse las pilas, y también están aquellos clientes que en la crisis ven una oportunidad. No quiero decir que aumenten sus presupuestos y mucho menos que despilfarren, pero lo que sí es cierto es que con la misma cantidad se puede llegar a hacer más “ruido” que antes. Se trata de buscar los huecos. Están saliendo soportes nuevos continuamente, y no especialmente caros. Hay que estudiarlos y saber elegir cuál nos puede convenir, pero hay que estar. No podemos esperar que la competencia nos adelante. Si queremos optimizar nuestra inversión, tenemos que arriesgar, evidentemente con cabeza, pero arriesgando. Las agencias deberíamos coger parte de esa responsabilidad y saber hacer criba entre lo que es interesante para nuestros clientes y lo que no. Siempre hablamos de querer ser una “extensión” del cliente y no un proveedor. Bueno, pues ha llegado el momento de ponerlo en práctica. Desde las agencias debemos saber qué propuestas presentar y por qué, y desde los clientes deben saber que arriesgar supone no disponer de datos auditados.

La intuición con cabeza sumado a la experiencia y al conocimiento de nuestro mercado, nos debe permitir saber decidir lo más certeramente posible.

La posibilidad de generar un gran impacto está siempre en la capacidad de sorprender. Cada vez es más difícil y por eso no podemos esperar a que otros lo prueben primero.

Sorprendiendo generaremos un mayor recuerdo, pero no sólo vale con dar con un soporte novedoso, también tenemos que llenar de contenido el mensaje y, por supuesto, tenemos que ser capaces de contarlo en cada medio de la manera que corresponda.

Para continuar con un orden; si ya hemos dado con el medio distinto en el que nos vamos a atrever a anunciarnos, ahora tenemos que dar contenido a nuestro mensaje. Está claro que si es una oferta concreta ya hay un mensaje, pero no me refiero a eso. Lo que quiero decir es que al cliente potencial hay que darle argumentos; hay que dejarle que nos pruebe sin compromiso, hay que darle la opción de que contacte con otros clientes nuestros y que sean ellos quien les hablen de nuestras ventajas o inconvenientes, hay que dejarles entrar hasta “la cocina” si hace falta, para que lo tengan claro, pero nunca debemos pretender colarles a empujones, porque tal vez consigamos que consuman una vez, pero el efecto “rebote” será insalvable e incontrolable.

Ahora los consumidores tiene muchísimas más herramientas para hacerse notar, y si estamos haciendo las cosas bien, esas herramientas deberíamos saber utilizarlas en nuestro favor. Si están satisfechos con nosotros también lo van a expresar a los cuatro vientos, y os aseguro que ese mensaje dicho por ellos vale más que millones de mensajes dichos por el propio interesado.

Y para terminar está la forma en la que vamos a contarlo. No podemos adaptar el original de prensa a una valla, y luego a un mupi y luego lo mismo a un autobús y así sucesivamente. El mensaje tiene que adaptarse al medio, y no me refiero a las medidas, debemos adaptarlo en la forma. Si estamos hablando de una valla, nos debemos remitir a un mensaje claro y directo, pero si es una marquesina de autobús el body copy tiene que estar escrito para el momento en el que se encuentra nuestro público objetivo. Cuando estas en una parada de autobús, la posibilidad de que te den un tipo de mensaje de una forma concreta es una oportunidad, y no hacerlo bien es perderla. Igual que no nos comunicamos de la misma forma cuando vamos con prisa que cuando estamos de tertulia distendida.

La Publicidad en tiempos revueltos nos hace tener que estar más atentos a las oportunidades y agarrarnos a la experiencia para asumir mayores riesgos. Siempre se ha dicho que la experiencia es un grado, pero ahora es la clave para saber crecer en época de crisis.