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Publicidad en el taxi

por Roberto Rivas

Cada vez somos más aquellos que pasamos más tiempo fuera que dentro de casa y eso necesariamente había de tener un reflejo en la publicidad, que ha acabado por venir a buscarnos al taxi, al parking, al mobiliario urbano, al ascensor…  También, cada día, accedemos más y mejor a la información, a la cultura, al diseño... Son tantos y de tal calidad los impactos que recibimos a diario que la carrera por hacer una creatividad más notoria y diferenciada en la publicidad exterior es una consecuencia lógica y necesaria.

Es obvio que la originalidad es garantía de notoriedad y una manera fácil de conseguirlo es salirse de los márgenes formales del soporte, algo que no siempre es posible, a veces por criterios de inversión y otras por regulación: por ejemplo, los taxis de Londres o Nueva York, se decoran al completo para destacar respecto a su color convencional; eso es algo que un autobús puede hacer en Madrid, pero un taxi no. Y desde esta perspectiva limitada en nuestro soporte más por regulación que por inversión, en Multimpacto tenemos abiertas las puertas de la publicidad en taxi a toda creatividad que sepa explotar las limitaciones del soporte convirtiéndolas en trampolín tanto para la marca como para el propio medio.

Otra vía para destacarse creativamente es integrar la publicidad con acciones apoyadas o basadas en soluciones tecnológicas que favorezcan el diálogo y la experiencia compartida con el consumidor.

El DOoH nos abre unas expectativas increíbles de negocio, y más para el taxi que recorre al día unos 200 km. Imaginen la cantidad de impactos de comercios, bancos e instituciones que sus 60 pasajeros diarios podrían recibir en ruta, vía NFC, en una pantalla instalada en el interior. O sin ir tan lejos, una simple tablet encastrada en el reposacabezas amenizando con contenidos exclusivos, patrocinados y en contexto, la ruta solicitada por el cliente y monitorizada por el GPS.

Para el taxi, que por versatilidad puede funcionar publicitariamente como un soporte estático, en tránsito e incluso alternativo, es alentador pero difícil acceder a ese escenario a corto plazo por la propia idiosincrasia del taxi, donde el formato de su publicidad está regulado y existen tantas clases de soportes como modelos de vehículos. Por ahora estamos enfocados en afrontar el reto del presente y el mandatorio del futuro: ser cuantificables; y para ello necesitamos homogeneizar, innovar y optimizar, estableciendo alianzas que ayuden a consolidar la oferta del medio.

Nos sentimos el medio exterior más cercano al consumidor: el soporte en el que se siente (y se sienta) como en su casa, aislado durante unos minutos del resto del público. Por ello nos urge enfrentarnos al reto de la cuantificación, y ponernos en valor frente a otros soportes del medio exterior.

No hace ni dos años que la publicidad en taxi ha tenido luz verde y se le pide de entrada lo que en otros soportes se ha tardado años en alcanzar: más creatividad en el soporte y más tecnología, al doble servicio del diálogo con el consumidor y de la medición de su potencial y efectos. Basta imaginar un circuito donde cada soporte es una empresa o un trabajador, con licencia fiscal, jornada laboral y vida propia, para comprender la magnitud de esta tarea.

Y aún así; con poco más de un año desde el lanzamiento del medio,  gracias al esfuerzo conjunto de la Gremial del Taxi y Multimpacto, el taxi ya ofrece un soporte homogéneo, cuantificable y rentable en cuanto a sus impactos. Un primer paso hacia un futuro publicitario que no dudamos será más creativo, experiencial, rentable y beneficioso, sin duda, para la publicidad exterior.

Roberto Rivas
Gerente de Multiimpacto