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6 de cada 10 adolescentes españoles participan activamente en la compra de alimentación y productos del hogar

Este target gasta una media de 150 euros mensuales, aproximadamente 4 veces más de lo que ingresa en ese mismo periodo.

Los adolescentes marcan el consumo familiar, y parece que cada vez más.  En España 6 de cada 10 adolescentes participan activamente en la compra de alimentación y productos del hogar, pese a estar en una etapa en la que están definiendo su comportamiento como consumidores. De hecho la mayoría de ellos saldrían mal retratados en una hipotética fotografía sobre equilibrio de consumo, ya que hablamos de un colectivo que gasta 4 veces más de lo que ingresa, alrededor de 150 euros mensuales. Son datos del estudio realizado por la plataforma online Keepunto con el que ha realizado la radiografía del adolescente español, basada en diversos estudios recogidos en el prólogo del estudio “Adolescentes 2013: hacia una correcta formación y autonomía en el consumo”, elaborado en la cátedra de Keepunto con la Universidad Complutense de Madrid.

Según este análisis la paga media mensual es de 40 euros, pero se gastan en torno a 150 euros al mes, y consumen su presupuesto mensual en ropa (26 euros), alimentación (24 euros) y tecnología (20 euros). Los adolescentes influyen en la toma de decisiones de las compras familiares sin generar ingresos, especialmente en las de alimentación, ropa e higiene personal. Sin embargo el 70% depende por tanto de su familia por dedicarse la mayor parte de su tiempo a estudiar. De hecho, sólo el 19% compagina estudios y trabajo.

Otra conclusión de interés es que hablamos de un colectivo que es marquista para integrarse socialmente, pero son infieles por naturaleza a la marca. "La marca consumida por el adolescente favorece la admisión o no a un grupo concreto, con lo que el adolescente potencia su sentimiento de pertenencia. La infidelidad a la marca va desapareciendo con la edad", explican los responsables del estudio. Según diversos estudios sobre la llamada generación Z, la infidelidad a la marca desaparece cuando el adolescente encuentra la marca que le satisface. En este entorno las chicas compran productos que les permita diferenciarse y les proporcionen permanencia, en especial relacionados con la casa: para su habitación, detalles que marquen la diferencia… y centran más su consumo en la formación, y aspectos relacionados con el estudio y el conocimiento.

Por su parte los chicos compran para parecerse más al resto de los chicos. Prefieren bienes que les proporcionen movilidad, como motos o bicicletas; y centran más su consumo en la producción, es decir, lo que se necesita para el trabajo.