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La tendencia posgénero, el consumidor solitario y el co-branding ganan terreno

En los últimos años las empresas y anunciantes se enfrentan a nuevas tipologías de consumidor a la par que surgen nuevas formas de medir a las marcas por criterios como la sostenibilidad, la transparencia y la autenticidad 

Los nuevos consumidores trasladarán a las marcas algunas de sus nuevas obsesiones, como la autenticidad o el gusto por la combinación de etiquetas healthy y digital. Esta circunstancia obligará a las marcas entender a sus públicos objetivos como seres individuales y no como parte de un ente colectivo. Así, entenderlos como seres individuales con sus propias necesidades e inquietudes marcará un antes y un después en la forma de relación entre marcas y consumidores en este 2018. Esa es una de las conclusiones que se desprende del informe ‘Tendencias Consumer Engagement 2018’ elaborado por Llorente & Cuenca. 

La consultora también ha destacado que la infancia y los seniors cada vez despiertan más interés entre las marcas. Por eso, las marcas tienen el reto de educar en valores a la infancia y contribuir al desarrollo de su personalidad. Por eso las marcas están realizando esfuerzos para dotarlos de herramientas para su crecimiento y en ese aspecto, las redes sociales tienen un papel crucial para que las marcas desarrollen herramientas que fomenten la innovación y el aprendizaje. También es interesante para las marcas el consumo en solitario. Los consumidores priorizan cada vez más la individualidad y el cuidado personal y el concepto de one conomy surge como una fuerza creciente en el nuevo consumido, lo que configura nuevas oportunidades en los sectores de la construcción, el entretenimiento y los asociados a la comunicación online, la electrónica personal y los electrodomésticos.  

Por otra parte, Llorente & Cuenca ha destacado que la transparencia y la confianza son los activos que más valoran las marcas, puesto que son la guía de comportamiento del consumidor. En este sentido, ciertas industrias como la alimentaria y la cosmética se encuentran bajo el foco de los consumidores, que desean y exigen mayor transparencia debido a creencias relacionadas con la dieta, la ética y el medio ambiente; lo que obliga a las marcas a evidenciar sus procesos, contar su historia y transmitir el legado que quieren dejar. En línea con esa confianza, la obsesión por lo auténtico también despuntará y las marcas generarán contenidos basados en personas reales que cuenten historias verdaderas, más allá de los contenidos sobreproducidos o los narrados por Celebrities e influencers. La obsesión por lo auténtico y por lo real hace que fenómenos como los youtubers o los influencers se estén transformando en otros más cercanos al word-of-mouth que los consumidores mantienen con su círculo de amistades. Este fenómeno ha impulsado el despegue de los micro-influencers, que, aunque tengan menos seguidores, mantienen niveles de lealtad y engagement mucho más elevados. 

Asimismo, cada vez se prestará más atención a los green consumers, aquellos consumidores conscientes de la sostenibilidad que hay detrás de los productos procedentes de empresas sociales y ambientalmente responsables. Además, las empresas también se están dando cuenta de que construir una cadena de suministro sostenible tiene el potencial de atraer nuevos consumidores ya que el filtro de la sostenibilidad en la mirada de los consumidores está siendo determinante en la decisión de compra.

Asimismo el cobranding surge con fuerza como otra de las tendencias de 2018. Igual que los consumidores comparten su coche o casas, las marcas están comenzando a compartir sus esfuerzos con otras marcas, lo que les vale para promocionar sus valores positivos, desarrollar nuevos productos o compartir información de clientes con compañías que ofrezcan productos diferentes, pero con el mismo segmento de mercado. 
La revolución del blockchain será otra de las tendencias destacadas. Esta tecnología se aplica hoy en día no solo en las criptomonedas, sino en multitud de campos, desde transacciones internacionales en divisas internacionales hasta los juegos online. La tecnología blockchain se puede utilizar, en teoría, para realizar cualquier tarea que precise capacidad de cómputo. Y sus defensores dicen que de manera más eficiente, rápida, confiable, segura y barata que con los sistemas de cómputo centralizados. Así, puede llegar a convertirse en el gran ‘desintermediario’ de los servicios digitales y ofrecer servicios al consumidor en multitud de sectores como en el e-commerce, almacenamiento de datos, compra de música o distribución de energía, por poner sólo unos ejemplos. 

También en 2018 se hablará cada vez más del consumidor posgénero. Jóvenes, en su mayoría, que rechazan las etiquetas tradicionales de masculino y femenino, y apuestan por un concepto diferente del género, lo que está obligando a grandes marcas internacionales a posicionarse con estrategias mucho más fluidas, tanto en sus líneas de producto como en las de comunicación y marketing. Las marcas tendrán que adaptarse a que, cada vez más, serán tanto la personalidad de la gente como sus intereses, muy por encima de su encaje sociodemográfico tradicional, los que determinen sus opciones de consumo o fidelidad de marca, por lo que los productos transversales tendrán mucho que ganar. Por otra parte, los senior serán los nuevos millenials, dado que cada vez están más en internet y en las redes sociales. Gracias a esta introducción, los que antes eran considerados como un nicho de mercado de difícil acceso, ahora se abren a un mundo de posibilidades para que las marcas puedan aportar valor a un grupo de población en constante crecimiento. 

Por último, la salud conectada ganará en relevancia y se cerrará la brecha entre el estado físico colectivo y la atención médica real. Las redes sociales han aumentado exponencialmente el deseo de verse en forma y saludable, y se crean comunidades de usuarios que serán leales a las marcas que les entreguen alternativas que contribuyan no solo a su bienestar individual sino también cómo conectarlo y compartirlo con su entorno.