Dos de cada tres españoles dan prioridad a las nuevas marcas frente a las ya conocidas
Mucho se habla de cambios en la tendencia de consumo y en la fidelidad hacia las marcas comerciales en España como consecuencia de la crisis económica, pero siempre hacen falta estudios que respalden los comentarios subjetivos. ¿Estamos seguros de que en España el consumidor medios ha dado la españda a sus marcas de refrencia? Pues parece que sí. Según un estudio abordado por Ipsos a escala mundial (el 'Informe Socialogue' toma como referencia las actitudes de consumidores en 24 países distintos), dos de cada tres españoles prefiere probar nuevas marcas y productos en lugar de quedarse con los que ya conoce.
Es tal la tasa de infidelidad ante las marcas ya conocidas o de referencia que se puede afirmar que España es uno de los tres países con mayor porcentaje de infidelidad en este sentido (junto con Italia y la India). En concreto un 66% de la población española afirma preferir probar cosas nuevas. Este índice de fidelidad hacia las marcas está muy por encima de la media mundial, situada en el 52% y supera sensiblemente el dato de países como Gran Bretaña (60%), Alemania (59%), Francia (55%) o Estados Unidos (55%). Incluso triplica el dato de Jaón (22%), que es el país con menor número de consumidores infieles a su marca de referencia.
España: ellas son más infieles a la marca
En el caso de España las mujeres son con diferencia más partidarias de probar nuevos productos y marcas, con un 70% frente al 61% de los hombres. Por franjas de edad, los más propensos son los jóvenes menores de 35 años con un 74%, es decir, 3 de cada cuatro. Les siguen los de edades comprendidas entre 35 y 49 años (65%) y finalmente los mayores de 50 años, que muestran una mayor fidelidad a los productos de siempre (51%). En cuanto a estatus social, despuntan los ciudadanos de clases altas con un 73%, frente a las bajas (66%) y las medias (64%).
Según Antonio Hernando, director de IPSOS Marketing en España,“el consumo en España ha sufrido una importante transformación en los últimos años. Los consumidores demandan cada vez más productos nuevos, relevantes y diferentes, y esta tendencia hacia la innovación prima por encima de la marca en sí. Las compañías deben afrontar dos grandes retos: por un lado, seguir lanzando productos atractivos para los consumidores, con el fin de mantener su market value (y lamentablemente para nuestros fabricantes, sin poder repercutir en el incremento de precio las nuevas propuestas de valor), es decir, innovar para no perder cuota y no Innovar igual a “morir”; y por otro lado, no olvidar a aquellos más tradicionales que ya son fieles a la marca y que confían en los productos de siempre desde hace años”.
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