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Los anuncios de la posguerra

Exposición de Propaganda y Publicidad 1939-1959

El régimen de Franco fue muy prolífico utilizando la propaganda y la publicidad para transmitir a la población sus ideales políticos. Así lo muestra la exposición “Posguerra Propaganda y Publicidad 1939-1959” que recoge en el Círculo de Bellas Artes, hasta el 20 de mayo, más de 300 e mblemas, eslóganes y diseño gráfico como reflejo de la mentalidad socio-económica y cultural bajo el régimen franquista.

Esta exposición organizada por el Círculo de Bellas Artes y la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), adscrita al Ministerio de Cultura, no pretende ni una aproximación artística a la misma, ni un estudio de sus estrategias comerciales, ni una mirada nostálgica a la época de la que proviene el material expuesto. En cambio, el objetivo es revisar objetivamente la sociedad y la política españolas del primer franquismo y la posguerra en base a los testimonios gráficos de la publicidad y la propaganda de esos años. En suma, se trata de ofrecer una reflexión de historia social a partir del material publicitario. Para ello se presentan más de 200 carteles pertenecientes a la mayor colección privada existente, propiedad de Carlos Velasco , algunos carteles más de publicidad sanitaria de la colección privada de Javier Puerto, así como otras piezas pertenecientes al Archivo General de la Administración Civil del Estado y documentos gráficos extraídos de la Hemeroteca Municipal de Madrid.

En conjunto, la exposición consta de más de 300 originales y en torno a otras 300 reproducciones digitales, que se muestran en un recorrido siguiendo un criterio temático y cronológico a través de 10 apartados. En los primeros años de posguerra Franco impulsó una economía cerrada y cultivó el amor al producto español ( “Manzanilla triunfal. La España nueva”). Después se aprecia, por ejemplo, cómo la tendencia social evoluciona desde un absoluto rechazo a la influencia exterior hacia una tímida apertura, percibiéndose claramente en la publicidad, que se moderniza y sigue los modelos americanos (¡Colchones como en América! Colchones Flex!). También en la sociedad de esos años –igualmente a través de la publicidad- se percibe la acción de la censura, la presencia de la propaganda social, la segregación de la mujer del trabajo y su confinamiento al hogar, el llamamiento a la “superación” de la “trasnochada” lucha de clases… Se observan asimismo claras huellas de desigualdad social aguda en el contraste entre los bloques publicitarios dirigidos a los pocos que pertenecían a la clase más favorecida y los bloques dirigidos a las extendidas clases populares, evidenciando las enormes carencias alimentarias y sanitarias de estas últimas. Los almacenes populares (como SEPU, Simago o Capitol) anuncian sus promociones y rebajas, mientras los grandes almacenes emergentes (Galerías Preciados y El Corte Inglés) identifican en su clientela elegancia, distinción, calidad, buen gusto.

Más información en el número 164 de El Publicista.