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¿Proteger al ecosistema? ¡Proteger a los anunciantes!

Eric Bozinny, Network Quality Director, YuMe habla sobre la batalla de 6.000 millones de dólares que se librará para salvar a la publicidad de video digital

La lucha contra el fraude publicitario es una batalla sin cuartel que implica una vigilancia constante.  Los hackers involucrados en él son inteligentes -muy inteligentes- y persiguen el dinero, lo que significa que continuarán tratando de explotar el ecosistema de vídeo online, probablemente redoblando sus esfuerzos a medida que más dinero se desplaza a él.

Según las últimas estimaciones de eMarketer, los anunciantes estadounidenses destinarán 6.000 millones de dólares en anuncios de video digital en 2014, y las previsiones para 2018 son de 12.700 millones de dólares. La premisa es sencilla. Los anunciantes pagan dinero para que sus anuncios sean vistos. Hacen una compra y esperan resultados. Sin estas transacciones el ecosistema publicitario no existiría.  Sin embargo, en ocasiones, no es tan fácil.

Tecnología publicitaria y compañías de medios viven y mueren en función de su habilidad para dar a los anunciantes aquello que compran, sin recelos. No obstante, en la industria hay un enemigo merodeando en cada esquina. No es otro que el tráfico fraudulento o bots.

Los anunciantes quieren impresiones visibles para las personas, una tarea que el tráfico fraudulento pone contra las cuerdas al corromper las impresiones y dejar al cliente, alias anunciante, con el remordimiento del comprador.

Los datos, punto de partida
La batalla contra el fraude es muy parecida a una serie de detectives. Todo comienza con la escena del crimen (Internet) donde incluso el más pequeño detalle puede constituir la prueba (datos) de un crimen (tráfico no humano consumiendo impresiones).

Si los datos son la base, esa multitud de pistas posibles que puede identificar actividades sospechosas,  una combinación de datos y ciencia representa la habilidad para distinguir las evidencias del ruido.

 

Validación con forenses

 

 

Continuando con la analogía de la escena del crimen, una vez que el equipo de CSI (Crime Scene Investigation) ha descubierto hasta la última evidencia ligada a un delito, el astuto y ocurrente detective encaja todas las piezas del rompecabezas.  Este es precisamente el papel del equipo de investigación forense de la Calidad del tráfico.

 

Estos ciber-detectives toman los resultados de datos más ciencias, utilizan su experiencia para filtrar a través de los archivos de registro, y “pelan las capas de la cebolla” para determinar si la actividad sospechosa es, efectivamente delictiva, o si el tráfico tiene orígenes legítimos que se pueden explicar.

Y  el resultado de sus investigaciones, los aprendizajes y datos reveladores, se incorporan a los modelos creados por nuestros científicos de datos en la red para detectar mejor la actividad maliciosa futura.

 

 

Investigar más a fondo

 

Es crítico garantizar que las nuevas incorporaciones al ecosistema traen a seres humanos y no robots a la red. En YuMe revisamos los nuevos editores para asegurar que cumplen con el contenido, las normas jurídicas y técnicas. Pero no solo; también estudiamos la reputación de sitios web con una claridad y diseño profesional impecables cuando la investigación concluye que suponen un alto riesgo. De hecho pueden haber sido creados con tal propósito: que el tráfico generado por bots vea anuncios de video.

Es algo muy parecido a quitar el polvo a las huellas dactilares en la escena del crimen. Hay más detalles que son invisibles a simple vista.

Proporcionar soluciones  

Si bien proteger al anunciante es el principal objetivo de mitigar la actividad del tráfico no válido, la salud del ecosistema de la publicidad en video en que operan empresas como la nuestra es fundamental. Nuestros anunciantes interactúan con muchas partes del ecosistema; trabajan directamente con otras redes, intercambios y editores  para obtener el mayor alcance posible para sus campañas de marketing.

Así que cuando encontremos un esquema de fraude altamente malicioso y perjudicial en nuestra red, que tiene un impacto más amplio en el ecosistema, compartiremos la inteligencia para ayudar a esos otros actores a parar esa actividad.

 

Algunas empresas de tecnología publicitaria pueden guardar bajo siete llaves sus secretos en la lucha contra el fraude publicitario.  Pero, ¿a quién ayuda esto? A nadie.  

 

Los piratas cibernéticos se están haciendo cada vez más sofisticados y mientras tanto, las compañías de tecnología publicitaria necesitan aunar su conocimiento colectivo y encontrar nuevas formas de detener el fraude en constante evolución.  Dado que la lucha contra el tráfico de alto riesgo es una guerra asimétrica, no vale un enfoque tradicional, solo identificaríamos un subconjunto del tráfico sospechoso total del sistema.

En esta línea,  en YuMe hemos desarrollado Traffic Quality Dashboard, un mapa de calor que rastrea casos de fraude de publicidad online en todo el mundo, y estamos creando un programa de prevención del tráfico de alto riesgo basado en la tecnología, los datos y la investigación forense, que aprovecha los conocimientos de fuentes que van desde profesionales con un doctorado, hasta hackers de sombrero blanco.