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Historias infinitas: cómo ser interesante siendo transmedia

por Daniel Tubau

Contar una historia es un proceso de depuración en el que los narradores van pasando una y otra vez sus ideas iniciales por diversos filtros: el filtro de la verosimilitud, el filtro de la coherencia, el filtro del interés o el filtro de la emoción. A cada nueva pasada se va descartando el grano grueso, las escenas repetitivas, los personajes innecesarios o las tramas sin sentido.

No se puede contar todo, por lo que el narrador se ve forzado a elegir, a veces con dolor, entre diversas posibilidades: ¿el protagonista se va a París con su novia o se queda en Valencia junto a sus amigos?, ¿descubre que le están quitando las tierras en el capítulo 7 o esperamos hasta el 13? Las líneas narrativas descartadas, los personajes que no pasaron el penúltimo filtro, el romance que no superó la revisión final, todos esos universos narrativos que alguna vez existieron en la mente del narrador se pierden para siempre en el limbo. Porque crear un relato es al mismo tiempo descartar todos los otros relatos posibles.

La narrativa transmedia alrededor del esperado regreso de la serie de À Punt (la televisión valenciana) L’Alqueria Blanca, en la que he participado como guionista dentro del equipo de FLUOR Lifestyle dirigido por Eduardo Prádanos, nos dio la oportunidad de recorrer el limbo en el que se quedaron varias de las posibilidades narrativas de la serie e incluso proponer otras historias que quizá nunca estuvieron en la mente de los creadores originales. Pero tal vez sí en el imaginario colectivo de los seguidores de L’Alqueria Blanca. Mil y un relatos, cientos de posibilidades, porque una buena narrativa transmedia nos permite multiplicar los relatos, siempre en conexión con esa gran narrativa central. 

 

 

El trabajo de la imaginación se multiplica, cuando recupera o descubre nuevas historias que, a su vez, tienen que pasar cada una por esos sucesivos filtros. Porque una narrativa transmedia nos exige depurar no un único relato sino muchos más. Y en el camino aplicar la misma exigencia de calidad. Es decir, en un proyecto transmedia la exigencia es mayor porque todas y cada una de las cosas que se cuenten en las diferentes plataformas han de ser interesantes. Si no, el riesgo de fuga del espectador es muy grande.

El esfuerzo imaginativo se multiplica, pero el resultado y el éxito al que se ha contribuido con tantos nuevos relatos, como en este caso del multipremiado regreso de L’Alqueria Blanca, sin duda lo merece. Porque no se trata de hacer transmedia porque sí, sino de ponerlo al servicio de los objetivos marcados por el cliente: tanto los de comunicación como los de negocio. He ahí el reto. 

 


Daniel Tubau (Linkedin) es director de guión en FLUOR Lifestyle. Ha escrito cuentos de terror, libro-juegos hipertextuales, y todo género de libros, mientras trabajaba como guionista y dirigía programas y series de televisión. Suyos son libros como Elogio de la infidelidad, Las paradojas del guionista, El espectador es el protagonista, la colección de cuentos de ciencia ficción Recuerdos de la era analógica, La verdadera historia de las sociedades secretas, el ensayo acerca de la identidad Nada es lo que es, o el inclasificable No tan elemental: cómo ser Sherlock Holmes, entre otros. Sus últimos libros son El arte del engaño, Maldita Helena (sobre Helena de Troya) y Cómo triunfar en cualquier discusión. Daniel es también profesor de guión, literatura y creatividad en España y América.