Actualidad

Me niego a ser creativo

por Eva Álvarez

Decía Platón que los seres humanos somos creativos “por inspiración divina”. Algo parecido a un ángelus que viene a visitarte y te deja preñado de ideas. Recuperar esta hipótesis filosófica unos cuantos siglos después, nos puede parecer una anécdota un poco ingenua, pero si lo pensamos bien, lo realmente gracioso es que, después de tantos años, muchas personas sigan pensando que algunos elegidos han sido tocados por el dedo divino de la creatividad o incluso que solo algunos afortunados reciben con más frecuencia la visita de las musas inspiradoras.

Si perteneces a esas muchas personas no significa que seas un negado para la creatividad, lo que puede significar es que te niegas a ser creativo. Y son dos posiciones muy diferentes frente a la vida. La primera pertenece al ámbito de aquello que hemos escuchado miles de veces “soy un negado para…las matemáticas”, por ejemplo. Puedo llegar a admitir que a unas personas les cuesta más aprender matemáticas que a otras. Todo lo que supone un aprendizaje de conocimientos creados por los seres humanos, obviamente, pueden ser mejor asimilados por uno que por otros, pero la creatividad no podemos ponerla en el mismo lugar de aprendizaje que una vez más, por ejemplo, las matemáticas. La creatividad es una herramienta que está en la naturaleza de todos, pero que no todos sacamos partido de ella.

Por eso no podemos “ser unos negados para…la creatividad” porque no es cuestión de “aprender” creatividad, es cuestión de entrenar todo aquello que no hemos entrenado a lo largo de nuestra vida. Y no lo hemos entrenado, bien porque no hemos querido o bien porque no hemos sentido la inquietud de hacerlo.

Este hecho sí puede ser cierto, puede ser que te estés negando a ser creativo o a que la creatividad forme parte de tu vida. Así que decir o pensar algo tan determinista como “soy un negado para la creatividad” supone tener un concepto muy limitador de nosotros mismos, algo así  como negar que la mayoría nacemos con dos piernas preparadas para correr, aunque nunca vayamos a ser los que rompamos el record de los 100 metros lisos.

Negación 1: “No soy creativo y no me estoy perdiendo nada”. Seguro que todos hemos escuchado alguna vez eso que en entornos empresariales se llama “coste de oportunidad”. Este concepto viene a decir que lo que estás dejando de ingresar por no invertir en una oportunidad, al final supone un coste para la empresa. Al pensar desde esta negación, estás dejando pasar oportunidades en tu vida que a la larga pueden pasarte factura. Es necesario mantener la mente abierta para trabajar la intuición y  practicar la flexibilidad que nos permite actuar desde la adaptación a esas nuevas oportunidades.

Negación 2: “No soy creativo y no sufro por ello”. Es cierto, pero solo en la superficie. Una de las ventajas de la creatividad es que nos ayuda a encontrar diferentes perspectivas a un problema. Cuando nos enfrentamos a situaciones complicadas que tenemos que resolver,  la mayoría de las personas se bloquean, se frustran, se agotan, se angustian, se estresan. Todos estos sentimientos se pueden reenfocar con la creatividad. Tener una actitud creativa nos da confianza y agilidad a la hora de encontrar soluciones.

Negación 3: “No soy creativo y no lo necesito”. La necesidad siempre viene determinada por nuestra naturaleza física y emocional, nuestras circunstancias personales y el entorno que nos rodea. Y cualquiera de esos tres factores son prácticamente incontrolables. Si mi naturaleza emocional me dice que necesito un abrazo, dependo de los demás para recibirlo. O puede ser que me adapte a las circunstancias y sea yo la que abrace a un árbol. La creatividad también te da eso, cintura para adaptarte a las circunstancias. En tiempos de gran incertidumbre como los que vivimos, lo que más necesitamos es saber que vamos a ser capaces de encontrar nuevas ideas para resolver o dar brillo a cualquier situación.

Negación 4: “Hoy en día si eres digital, no necesitas ser creativo”. Para participar de manera activa en este ecosistema que hemos creado, hoy en día todo el mundo está obligado a ser digital. Mi madre con setenta años también es digital. Hace veinte años, quien tenía un blog era alguien innovador. Hoy no lo es. Esta es la gran diferencia, mientras que las herramientas digitales van pasando de moda, la creatividad nunca pasa de moda, porque las respuestas son impredecibles. Estar entrenado creativamente marcará siempre una diferencia en tu vida, porque la diferencia ya no está en ser o no digital, la diferencia está en lo que haces con esas herramientas y en ese entorno, y para encontrar esa diferencia necesitas pensar de manera creativa.

Negación 5: “A estas alturas de mi vida ya no puedo ser creativo” La “actitud viejuna” es una de las armas más mortíferas que existen. Más allá de la obviedad de que el cerebro nunca deja de aprender, nos encontramos con el añadido de que la cuestión no es solo aprender, sino entrenar. Es normal que si durante toda tu vida no has movido intencionadamente ni un solo músculo creativo, ahora te encuentres oxidado. Pues claro. Pero eso no significa que no puedas recuperar la creatividad que todos tenemos por naturaleza en mayor o menor medida. Nuestro cerebro sigue siendo moldeable durante toda su vida funcional y gracias a esa neuroplasticidad, podemos entrenar y aprender cosas nuevas independientemente de nuestra edad.

Negación 6: “La creatividad me parece una solemne chorrada”. Cada persona es libre de pensar lo que le parece importante y lo que no, sobre todo cuando hablamos del desarrollo de una carrera profesional. Es cierto que a muchos profesionales la creatividad les parece una “chorrada” y es cierto que existe la escuela de pensamiento de sota, caballo y rey. Aunque también es cierto, que el mundo necesita crear nuevas fórmulas, lo estamos viendo y lo vamos a ver cada día más. A esto se le llama actuar de manera creativa y consiste en esa capacidad de encontrar lo que todavía no existe. De todo esto dependerá nuestra vida profesional, algo que sí nos tomamos todos muy en serio.

Henri Matisse decía  “La creatividad necesita valor” para certificar que las personas creativas tienen que llenarse de valor para exponer públicamente sus ideas por muy diferentes y poco ortodoxas que sean. Es cierto, tienen que ser valientes. Sacar adelante ideas rompedoras implica tener que destruir moldes y la mayoría de las veces ir contra lo establecido. Incluso para imaginar esas ideas hay que atreverse a hacerlo porque supone tener que eliminar nuestros propios juicios y prejuicios.

Cuando Matisse pensó en esta frase, desconozco si quería darle un doble sentido y significar la palabra valor como algo valioso, lo que sí creo es que esa otra interpretación cobra más significado hoy en día, que en siglo XIX. Hoy la creatividad necesita ser puesta en valor no solo por parte de las empresas, también de los profesionales. Junto con otras habilidades, será lo que marcará el valor de nuestro desempeño, nos hará competitivos frente a la inteligencia artificial, algo que ya supone una realidad. El trabajo “premium” implicará  no solo hacerlo bien, sino aportar una diferencia a lo que haces, frente a lo que pueda hacer una máquina o cualquier profesional con una preparación académica similar. Aproximarte a los retos, circunstancias o problemas de una manera creativa, marcará esa diferencia.

Por regla general las personas le damos valor a cosas o situaciones que para nosotros son de utilidad. Algo que nos sirve para algo. Dice la canción que tres cosas hay en la vida; salud, dinero y amor. La salud la necesitamos para poder disfrutar de todo lo que nos puede ofrecer la vida, el amor para alimentar nuestro sistema emocional y el dinero como moneda de cambio en nuestra sociedad. Estas cosas son importantes y tienen valor porque las consideramos útiles, las necesitamos. Sin embargo, el principio de utilidad en creatividad se está empezando a apreciar ahora y ha sido gracias esa palabra tan de moda llamada innovación que ha cobrado algo de valor, aunque sea de manera camuflada. Y es curioso, porque la innovación siempre necesita de creatividad, pero la creatividad no necesita de innovación, al menos en una primera fase. Se dice que la innovación es el resultado de un proceso en el que necesariamente tiene que  intervenir el pensamiento disruptivo y que la creatividad es una conexión neuronal que se establece en un momento determinado.

Pero lo cierto es que la creatividad también es un proceso. Un acto en el que interviene una parte de investigación, de enfoque, de criterio, de sintonía con lo que se quiere expresar, de sentido dentro del ecosistema donde quiere expresarse, de conexión con el mundo y otra buena parte de locura. Una parte de utilidad y otra de inutilidad. Es una paradoja en perfecto equilibrio. Una habilidad que le da sentido a lo que hacemos y que al mismo tiempo se puede entrenar y disfrutar.

Esto es lo que hace que la creatividad sea algo único y especial y negarse a ella es casi como negarse a la vida misma.

 


Eva Álvarez es socia fundadora de TheIN, escuela especializada en formación y entrenamiento creativo para cualquier tipo de profesional y empresa. Profesional de largo recorrido en la industria publicitaria, es experta en estrategia de marca, desarrollo de insights, conceptos creativos y campañas de comunicación transmedia. Graduada en Marketing y Publicidad y ExMBA por el Instituto de Empresa, durante más de 25 años ha trabajado en diferentes agencias de publicidad y relaciones públicas como Vigelands, Solución BDDP, AVA, Contrapunto BBDO (donde fue directora general y creó la división Nocturlabio) y Ketchum (donde ha diseñado el modelo creativo de la agencia), dando servicio además a marcas de primer nivel como Barclays Bank, Banco Gallego, IberCaja, Groupama Seguros, Sogecable, Iberia, Jazztel, Toys’r Us, El Corte Inglés, Cortefiel, Mercedes Benz, smart, Pepsico, Varma, Nestlé, Osborne, Heineken, McDonalds, Ikea o ING Direct, entre muchas otras…   Es además profesora en masters impartidos por la IAB, UCM, UJI, Factoría Cultural y masterclass en escuelas de publicidad y diseño (TAG, The College of Everything, Zink). Recientemente se ha estrenado en el mundo editorial publicando el libro ‘Innovación Interior’ (Ediciones Kolima – Diciembre 2017)