La compañía cervecera artesanal moderniza la identidad visual de sus marcas más icónicas, aumentando sus ventas un 84% en los ocho primeros meses del año
La marca renueva su identidad a través del claim principal de la campaña, “el sabor es sagrado”, en un momento vital para la compañía, inmersa en un proceso de crecimiento tras la ampliación de la fábrica, situada en Numancia de la Sagra (Toledo), en 2016 y el acuerdo alcanzado con la multinacional cervecera Molson Coors a principios de 2017.
La Sagra adopta un estilo limpio y moderno, con un toque vintage, y con el verde como color principal. El nuevo logo está enmarcado en un cuadrado. Ha querido apostar por un nuevo packaging en el embotellado, unificando las etiquetas de sus cinco variedades y resaltando el carácter individual de cada una de ellas a través del color: La Sagra Premium (verde), La Sagra Lager (azul), La Sagra Roja (roja), La Sagra Ipa (negra), La Sagra Trigo (amarilla), Burro de Sancho, con una imagen más dinámica, y La bacía, que acompaña al diseño desde sus inicios, se mantiene en un guiño al Quijote y a Castilla-La Mancha. Las etiquetas se adaptan a toda la gama con diferencias cromáticas: Burro de Sancho Rubia (verde), Burro de Sancho Roja (rojo), Burro de Sancho Negra (azul), Burro de Sancho Neipa (naranja).
En el caso de madrí, cerveza con espíritu local (+ 218% en ventas de enero a agosto de 2018) el chulapo, distintivo de la ciudad que le da nombre, gana protagonismo transformándose en una ilustración con personalidad propia donde se aprecian más los detalles como el tatuaje de su cuello. El logotipo incorpora además el descriptor “chulapo plisner” en la parte inferior.
La empresa toledana, que facturó 2,5 millones de euros y vendió más de 8.200 Hectolitros en su último ejercicio fiscal prevé cerrar 2018 con unas ventas de 11.000 Hectolitros, un 33% más que el año anterior.