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Tendencias en el mercado del lujo

por Anna Eiselsberg

A pesar de la crisis económica, todavía nos queremos mimar en la calidad de los productos que consumimos y las experiencias que nos proporcionan. Se tiende a gastar cada vez más en experiencias y no sólo en objetos, fomentando el servicio al consumidor y exigiendo cada vez más.

En España los top 3 lujos se consideran: vivir en una buena zona, disponer de tiempo para mí mismo e irme de vacaciones caras.

La definición del lujo no es un concepto estanco, sino que va evolucionando en función de las normas sociales, exigiendo innovación e re-invención constante por parte de las marcas.

El lujo se aplica a productos premium caros, pero también nos encontramos con que se están sacando versiones estéticamente más lujosas de productos más diarios/ commodities, convirtiendo productos generalmente accesibles en objetos lujosos, cómo móviles diseñados en cooperación con marcas de lujo, botellas de bebidas alcohólicas de diseño…

Es cierto que son los consumidores más ricos que compran más productos de lujo, pero hay que tener en cuanto que aun así son consumidores que son conscientes del precio, y que buscan y comparan precios entre sí – la posesión de un producto de lujo es motivo de orgullo, pero también el haber pagado el mejor precio por ello.  Por tanto sí que existe presión sobre los márgenes para ofrecer el mayor prestigio por el mejor precio.

La digitalización de la sociedad exige que las marcas de lujo sepan dialogar con los consumidores. El e-commerce es ahora un canal importante en el sector de productos de lujo, pero por parte de las marcas todavía persisten dudas sobre como entregar un servicio de lujo online y preservar la exclusividad de su marca. Sin embargo el medio digital es una gran oportunidad para poder diferenciarse, fortalecer su imagen y justificar su precio premium.

Anna Eiselsberg
Research Director en MediaCom