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Cervezas El Aguila se inspira en sus orígenes

La cervecera lanza El Águila 1900 y Sin Filtrar, dos variedades de la marca reconocidas por la mezcla de malta caramelizada y la frescura de sus mezclas de lúpulos, Perle y una nueva variedad, Lemondrop®

Con un legado histórico que arrancó en el madrileño Barrio de las Delicias allá por 1900, la cerveza El Águila ha regresado con un aspecto renovado, pero con la misma naturaleza, autenticidad y precisión en los detalles que caracterizó a aquella bebida de hace más de un siglo. El resultado es una receta única con un sabor original, que recupera la forma de hacer las cosas de antes, con mimo y cuidado, con la imperfección de lo real y auténtico.

El Águila 1900 se convierte en la elección perfecta para los amantes de la buena cerveza, una lager especial muy equilibrada, que combina la intensidad de la malta caramelizada con la frescura de una mezcla de lúpulos, a la que se añade una nueva variedad, Lemondrop®. Es una cerveza de color dorado brillante y espuma blanca consistente gracias a su perfecta combinación de maltas. Al beberla se perciben aromas frescos con un toque cítrico aportados por sus lúpulos cuidadosamente seleccionados. Esta variedad de la marca ha acumulado numerosos premios desde su lanzamiento en 2019, entre ellos: un Gold Award otorgado por el Instituto de Calidad Monde Selection, una estrella en los premios Taste Superior Awards, considerados la Guía Michelín de los alimentos y bebidas, y premio Plata Lager en los World Beer Awards.

Por otro lado, la variedad más icónica de esta marca es El Águila Sin Filtrar, una cerveza tipo lager especial naturalmente turbia, testimonio de su carácter único. Su procedencia directa de bodega le confiere gran cuerpo y frescor. Al no ser filtrada, se realza especialmente el carácter de sus lúpulos Perle y Lemondrop® y se intensifican sus aromas, de esta manera podemos disfrutar de una receta tan disruptiva como tradicional. Esta variedad recupera los métodos tradicionales de elaboración de cerveza de principios del siglo XX en los que no se filtraban las cervezas y se mantenía toda la levadura dentro de ellas, “porque un sabor genuino no necesita filtros ni distracciones. Para poder disfrutar de toda la intensidad de esta cerveza, es necesario darle la vuelta a la botella antes de servirla y en el caso del barril, moverlo ligeramente cada día. Este ritual le confiere a esta cerveza una apariencia turbia, como recién salida del tanque que, junto con las levaduras en suspensión, le aportan más sabor y carácter”, afirma Paco Ruiz Gallego, maestro cervecero y director de la Fábrica de Heineken en Madrid. Un ritual único que le aporta un “sabor sin filtros”, con más cuerpo, más intenso y con más carácter. Esta variedad de la marca también ha sido reconocida por los premios más importantes del sector, siendo la única cerveza española que ha ganado el Premio Internacional Grand Gold Quality.

Estos lanzamientos han contado con el apoyo de una campaña de publicidad en medios digitales y diversas acciones de promoción de cata y maridaje junto con los chefs Javi Estevez y Juanjo López.