Por Javier Pérez e Ignacio Sacaluga.
Operación Triunfo (OT) ha sido el fenómeno televisivo de estos últimos meses. Pese al desgaste sufrido en ediciones anteriores y las audiencias relativamente bajas obtenidas en las dos últimas temporadas en emisión en Telecinco, el formato ha vuelto a triunfar. Si bien es cierto, lejos de la gloria obtenida en su primera temporada, donde triplicó la audiencia siendo una de las emisiones más vistas de la historia de la televisión; pero por aquel 2001 la fragmentación de la audiencia nada tenía que ver con la de hoy, y no estábamos en un entorno híbrido de consumo audiovisual (varias pantallas, lineal + OTT).
Esta final de OT 2017 seguramente no haya sido la soñada técnicamente por el equipo de realización y producción del formato, sobre todo al término del programa por los sucesivos problemas de sonido. Aunque en líneas generales OT 2017 y su final ha sido todo éxito, y principalmente se debe a una serie de factores, aprovechados con acierto por la productora Gestmusic Endemol y Televisión Española, como son:
- Estrategias programáticas: el formato ha descansado más de 6 años desde su última edición, algo fundamental en un programa que se desgastó en exceso. Además, TVE y Gestmusic han ido preparando el estreno desde hace más de un año con los famosos reencuentros de la primera edición, de esta manera refrescaban la memoria del espectador que vivió aquel OT como precursor de los Talent Shows en España. Asimismo, hay que tener en cuenta la apuesta por posicionar el programa en el prime time del día más fuerte de la semana: los lunes, pudiendo obtener el techo de audiencia más alto posible, un 30,8 de share y 3.925.000 de espectadores.
- El formato: OT sin duda es un programa sólido, pero que se había quedado obsoleto frente a otros Talent Shows. No obstante, una cuidada y multigeneracional selección musical para las galas; un mayor número de actuaciones en directo; una realización y edición más rítmica; una narrativa y lenguaje modernos sin complejos ni censura, y un escenario renovado han conseguido que este formato con su estructura más clásica vuelva a ser actual. Además, ha sido un acierto recuperar la nominación de la canción y el candidato/a para representar a España en Eurovisión, requisito indispensable para el posicionamiento exitoso del programa.
- El casting y el presentador: la selección de los concursantes es la piedra angular de cualquier talent o reality. Un grupo de concursantes jóvenes y que representan perfectamente los valores, capacidades, diversidad y preparación de esta generación ha convencido a cientos de miles de espectadores que, como target, se habían alejado de la televisión tradicional y, especialmente, de TVE. Un presentador que conecta intergeneracionalmente, Roberto Leal, y que ha sabido impulsar y aprovechar el resorte joven del programa al mismo tiempo que obtenía la complicidad de targets más avanzados; además, con él, TVE se evitaba el fichaje de un presentador estrella ajeno a la cadena pública.
- Multiplataforma y público fan: que OT 2017 haya fidelizado frente al televisor al público joven ha derivado en la generación de fans multiplataforma. Los jóvenes han desplazado la hegemonía tradicional del televisor hacia otros dispositivos portátiles, en este sentido la aplicación de OT ha sido una herramienta más de consumo del formato. Asimismo el canal de 24 horas en Sky, una plataforma de pago que principalmente opera como una Over The Top o IPTV en España, siendo uno de los modos preferidos de consumo en este perfil de audiencia. Pero el fan adolescente y joven además ha provocado el efecto altavoz en las redes sociales, alcanzando a menudo los efectos cuantitativos del trending topic.
- El efecto YouTube: a diferencia de la estrategia Mediaset, TVE ha permitido no solo que OT dispusiera de un canal 24 horas sino que, además, se compartieran contenidos a través del gran canal de canales, YouTube. Lo que su competidor privado Mediaset puede considerar una amenaza en la amortización y monetización de sus contenidos televisivos, TVE lo ha entendido como una oportunidad necesaria para resucitar el formato. Esta estrategia ha permitido una mayor penetración de los contenidos de OT al menos en su público objetivo.
- La verdad por encima de la trama guionizada: el casting de OT ha huido de perfiles estereotipados. Una naturalización de la “verdad televisiva” muy alejada de los efectos dramatizadores inoculados por los guionistas en las galas de los realities en España.
Sin duda, la competencia televisiva se ha visto sorprendida por el éxito de un programa que muchos consideraban amortizado. Probablemente sobredimensionaron lastres como la necesaria transformación del formato, las exigencias de la actual fragmentación de la audiencia, o la disminución de espectadores en la emisión lineal. Sin embargo, precisamente el aprovechamiento y buena gestión de estos factores han propiciado que OT 2017 haya sido un rotundo éxito. Además, TVE ha conectado los contenidos de OT con otros programas con la habilidad suficiente –quizá no con la profundidad y oficio de Mediaset– para alimentar e incrementar la audiencia media de la cadena. Y lo que queda por ver es aún mejor para la televisión pública, dado que en las ediciones donde el representante de España para Eurovisión salía de este programa, la audiencia de la propia Gala de Eurovisión batía records de audiencia, por lo que posiblemente la de este año supere con creces los datos del año pasado, sin obviar que fue uno de los programas más vistos de la temporada anterior (obviando el fútbol).