Por Camil Roca
Leo a diario en infinidad de medios de comunicación que cada vez queda menos para volver a la normalidad. Cuando lo hago, siempre me pregunto a qué normalidad se están refiriendo. ¿Vuelta a la normalidad? ¿Tras una pandemia mundial que en España ya ha superado los 10.000 muertos? Llamadme incrédulo, pero no creo que eso ocurra. ¿Volveremos? Sí. ¿A la normalidad? No. Lo que haremos es regresar a una nueva realidad en la que los creativos valientes deberemos estar a la altura. Esta vez, más que nunca.
Con mi casa convertida en una oficina improvisada, estoy aprendiendo a organizarme, a hacer lo propio con mis equipos y a marcar líneas que nos permitan a todos vivir y convivir dentro de este caos generado por el coronavirus. Me levanto temprano, es algo que muchos no están dispuestos a hacer, y ese hecho me da tiempo para pensar en una situación como la actual donde se ha perdido la pausa y la reflexión. Todo se debate al momento. Estamos solos pero hiperconectados. En estos días, la gente reacciona mucho, pero piensa poco. En el día a día, reunión a reunión, detecto una gran hiperactividad que, por fortuna, poco a poco vamos corrigiendo.
¿Y ahora qué?, me preguntan muchos de mis clientes. En una relación que también se ha visto afectada, debido al home office forzoso, el trato es mucho más directo y estamos obteniendo los briefings y feedbacks de forma más certera y clara. Estas primeras semanas de confinamiento han servido para hacerles ver que el punto de mira ha de estar puesto en el final del túnel. El ’too many cooks spoil the broth’ (‘demasiados cocineros arruinan el caldo’) ha recuperado su vigencia, si es que algún día la perdió. Concretamente, en mi caso, me piden escuchar bien y que nos adelantemos a los acontecimientos. ¿Podemos hacer algo más allá del coronavirus? ¿Por qué no ponemos el foco en la normalidad que vendrá en uno o dos meses? Apuntemos hacia la salida de este túnel y hagamos reflexionar a la sociedad a través del mensaje de que esto no es solo una pandemia: es un punto y aparte. ¡Tengamos visión! Es ahí donde entran en juego los creativos valientes.
Vuelta a una nueva realidad
Esos creativos valientes deben evitar una tendencia que está ocurriendo con demasiada asiduidad estos días: dar un mensaje que ya está dicho. Una cosa es mostrar solidaridad y otra cosa es hacerlo desde lo que tú eres y los valores que defiendes como marca. Muchas firmas se están apuntando a mensajes que no pueden capitalizar, que escapan de su alcance y que están lejos de su propuesta de valor. ¿Para qué? No tiene sentido, aunque sea a cambio de un puñado de likes o visualizaciones.
En un contexto de obstinada lucha por los likes, la tierra nos ha enviado con esta pandemia un claro mensaje: nuestra jerarquía de valores está equivocada. Nada volverá a ser como antes y las marcas deberán ajustarse al cambio de paradigma y tendrán que saber cómo comunicarlo, adelantándose a la mayoría. Nos estamos planteando la vuelta a una nueva normalidad. Cuando todo pase, no volveremos a la normalidad; lo que haremos será regresar a una nueva y distinta realidad donde muchos paradigmas cambiarán. En estos meses nos replantearemos cosas que hasta la fecha parecían imposibles. En ese sentido, el coronavirus lo único que hará será acelerar una tendencia de mercado y darnos un toque de atención. ¿Estaremos a la altura en el ámbito publicitario y de la comunicación?
Bienvenida locura
Es en ese replanteamiento colectivo, en un mar de dudas que pondrán en jaque los paradigmas más inapelables, donde apareceremos nosotros, los más osados e intrépidos. ¿Cuántas veces tras contar una idea o propuesta a un cliente nos ha mirado como si estuviéramos locos? Incluso alguno habrá llegado a verbalizarlo. “Es demasiado atrevido”, suelen decir. Las personas que normalmente ponemos ideas arriesgadas sobre la mesa estamos acostumbrados a cierto tipo de reacciones. Si te sientes identificado y lo has experimentado en primera persona, te doy la bienvenida: eres uno de los que deberá capitalizar este cambio. Ese tipo de mentes somos las adecuadas para llegar a pensar fuera de los estándares, un hecho fundamental en una industria creativa que necesitará mentes muy abiertas para reflexionar sobre esta nueva sociedad tras el coronavirus.
En este replanteamiento colectivo como sociedad, los creativos deberemos ayudar sociedad con ideas innovadoras y valientes. El que no se atreva, que se dedique a otra cosa. Preparaos, porque volveremos; preparaos porque es nuestra hora. La de los creativos valientes.