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Voté por Arthur Fleck

Por Nicolás Landauro Constanzo. Redactor BBDO Chile.

Primero que todo quiero aclarar que jamás me he creído dueño de la verdad. Tampoco inventaré cosas para crear visiones negativas o positivas sobre lo que nos ha tocado vivir en Chile.
Cada palabra que leerá está basada en hecho reales, pero ojo… la realidad que me tocó ver.
No soy vocero de nadie; ni de la agencia donde trabajo, ni de mi familia, amigos, ni menos de los ciudadanos chilenos.
El 18 de octubre del 2019 seguramente quedará en nuestras memorias por ser el día que Chile dijo ¡BASTA! No se aguantó más y la furia se desató de extremo norte a extremo sur. Santiago, nuestra capital fue el epicentro.
Lugar por donde pasaba, lugar que se estaba quemando.
¿La verdad? Pensé que esto sólo lo vería en películas o las noticias de otros países.
Coincidencia o no, días antes en Chile se estrenaba la obra de Todd Phillips, Joker. (Que de seguro le regalará el Oscar al magistral Joaquin Phoenix. Y si no es así… no sólo Chile seguirá ardiendo, el mundo entero lo hará).
Decir que este film influyó en lo que pasó… es mucho, claramente y suena ridículo. Sin embargo vi miles de Joker´s durante estos 60 días. Joker´s de alma, empoderados del caos. Claro que la película no influyó en esto, pero sí inspiró a muchos con su discurso social.
Arthur Fleck sin duda alguna, hoy sería nuestro presidente.
De todas formas creo que es importante mencionar que si hablamos de algo ridículo, nuestras autoridades declararon que según estudio realizado, el K-Pop tuvo influencia en el estallido social. (Sin comentarios)
A los días del “¡Basta!”, un alumno de Publicidad me pregunta: ¿Cómo están reaccionando las marcas o más bien cómo deben reaccionar con todo lo que está pasando? “Con silencio…” le respondí. “Con silencio, porque lo que está pasando es serio, no es un chiste para colgarse publicitariamente y nosotros los comunicadores, debemos ser los primeros en levantar la mano y decir que no debemos comunicar”.
Hoy, después de dos meses de esa pregunta sigo pensando de la misma forma y más aún… a mí no me dan ganas de que las cuentas que me toca llevar comuniquen.
Si las marcas fueran personas, créanme amigos míos, éstas hubieran sido las primeras en ser quemadas vivas en medio de la plaza y peor aún… mucho sentido me haría.
Nuestra industria muchas veces se vuelve indolente y  cruda con lo que pasa. Qué lindo sería que estas fueran un cortafuego con todo lo malo que nos pasa como sociedad, pero no, a veces es todo lo contrario.

La gente y nosotros nos merecemos retomar la publicidad que le sacaba sonrisas a las personas. Ya sea por un buen insight o porque era un spot muy creativo. Esa que brillaba por la creatividad independiente del objetivo


Afortunadamente en la agencia donde vivo día a día, la comunicación de nuestras marcas se cortó casi de manera instantánea. Fue un frenazo de esos que todos los que íbamos en el bus terminamos amontonados adelante.
Muchas dejaron de comunicar por iniciativa propia y otras solicitando nuestro consejo. Todo quedó pausado, un verdadero cementerio de elefantes.
Mis compañeros más directos no querían trabajar, no por flojera, si no porque querían ser parte de este lindo cambio que se estaba asomando. Donde el consumo grotesco, irracional, insólito y burdo, se estaba tomando nuestras vidas.
Nos tocó trabajar saludos de fin de año y fue lindo porque la indignación social que sentimos y vivimos, lo llevamos al papel, nos atrevimos a sacar el consumismo del producto de turno y por fin invitamos al abrazo y no a la compra. Era la oportunidad para comunicar algo con sentido.
¿Dónde estuvo el trabajo de reconstrucción por nuestra parte? En que justo esto fue en octubre y ustedes saben que los brief de navidad caen como hojas en otoño. “Tenemos que comunicar lo mismo, pero de otro forma dado el contexto país” es la frase que se escuchó en cada arteria de la agencia.
El desafío para los redactores, para los redactores creativos y los arte se triplicaba tras las pruebas y propuestas del nuevo tono y estilo que debíamos crear para cada proyecto. Fueron semanas agotadoras, pero lindas en términos de desafíos profesionales. Básicamente hubo que reconstruir todo, pero desde un punto de vista social y no comercial.
Ya estamos en diciembre, las marcas poco a poco vuelven, muy temerosos y es entendible, nadie quiere salir troleado.
Hay marcas pequeñas que necesitan volver al mercado para salvar el día a día, y hay marcas grandes que necesitan volver para salvar los despidos que lamentablemente ya son miles.
Lo “lindo” de todo esto es que muchos ya no queremos hacer esa publicidad táctica de venta. Me daría vergüenza poner el precio en una pieza gráfica. Queremos hacer una pieza que aporte de una u otra forma al entorno y comunidades de impacto. Queremos familias, abrazos, amor, reunión con amigos, cariño, la dulzura de un buen momento con esa persona especial, etc. Lo que siempre debió ser, no sé en qué momento se perdió.
La gente y nosotros nos merecemos retomar la publicidad que le sacaba sonrisas a las personas. Ya sea por un buen insight o porque era un spot muy creativo. Esa que brillaba por la creatividad independiente del objetivo y no esa que sólo ven algunos afortunados en pantallas gigantes  y que navegan océanos buscando Oro en Cannes.
Nos merecemos mucho más que eso.
Si Arthur Fleck hoy fuera nuestro presidente, las agencias hubieran sido primeras en ser quemadas vivas al medio de la plaza y peor aún… mucho sentido me haría.
¡Saludos!


 
Nico Landauro Constanzo es un publicitario chileno que actualmente forma parte de BBDO Chile
Mención en Marketing y Licenciado en Comunicación por la UNAB, es igualmente diplomado en Marketing Social y Responsabilidad Social Empresarial por la PUC y Máster en Gestión Educacional por IEDE.
Académico, escritor y columnista. Twitter e Instagram: @xvnelc