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Los planes de la SGAE para lavar su imagen

Nombrará un defensor del cliente para atender a quejas y sugerencias de los usuarios y reforzará su política de comunicación

Un decálogo de buenas prácticas es lo que ha anunciado el presidente de la SGAE, Teddy Bautista, como reto a conseguir antes de su jubilación el próximo mes de junio. Uno de esos objetivos, y quizá el más importante es la creación de la figura del defensor del cliente a fin de limpiar la imagen de la entidad y dejar de ser uno de los organismos peor valorados por los usuarios. Esta figura, también actuará como intermediario entre la SGAE y los usuarios en caso de quejas, reclamaciones, inquietudes o propuestas; y además se encargará del establecimiento de un código de buenas prácticas y de pedir al Gobierno una auditoría anual de sus cuentas. Esta última labor recaerá en la Agencia de Evaluación de las Políticas Públicas y la Calidad de los Servicios (AEVAL), que se añadirá a las que ya hacen cada año auditores independientes.
Por otro lado, la SGAE reforzará su política de comunicación para "concienciar y educar al consumidor en internet" y a los ciudadanos en general sobre sus actividades y se intensificarán las actividades para que sus socios puedan distribuir sus creaciones online y promocionará s los autores.