La cadena lanza Eduardo GT, un deportivo en miniatura que lleva el humor de marca al terreno de la automoción y activa una campaña multicanal con guiños al imaginario publicitario del motor
KFC vuelve a convertir a su muslito más famoso en protagonista de su campaña navideña. Esta vez, Eduardo evoluciona hacia Eduardo GT, un coche teledirigido de edición limitada que traslada el tono irreverente de la marca a un terreno nuevo: el de los juguetes y la iconografía de la automoción.
La campaña, desarrollada por PS21, juega con los códigos clásicos de las marcas de coches para presentar este modelo imposible. El spot, rodado en Tossa de Mar, arranca como un anuncio de automóvil al uso -carretera de montaña, planos aéreos, tono épico- hasta que el protagonista aparece: un diminuto coche con forma de muslito.
En clave humorística, la pieza detalla “especificaciones técnicas” como 600 metros de autonomía, cero puertas y cuatro ruedas, reforzando el contraste entre la épica visual y la absurdez del producto.
El lanzamiento estará presente en televisión, digital y redes sociales, con piezas de 45’’ y 20’’ que buscan consolidar la narrativa de “regalo inesperado” que la marca ha convertido en tradición.
“Eduardo es el regalo que cada año KFC hace a su comunidad”, explican desde la compañía, subrayando el papel del personaje en la construcción del equity de marca y del fandom vinculado a sus campañas.
Eduardo GT, equipado con mando recargable y una autonomía de siete minutos, estará disponible por 3,99€ con cualquier menú a través de la app de KFC, y desde el 3 de diciembre en todos los restaurantes de España hasta fin de existencias.
“Hoy cualquiera puede decir ‘me he comprado un eléctrico enchufable’ sin pedir un préstamo”, bromea Javier Dasí, fun activation lead de la marca.
Como parte del despliegue, KFC celebrará en Madrid un Gran Campeonato de Coches Teledirigidos, donde el streamer Karchezz narrará la competición en directo. El circuito, diseñado para el evento, permitirá medir el rendimiento del Eduardo GT en una carrera contrarreloj, con premios que van desde un año de pollo gratis hasta patatas o mazorcas para los ganadores.
