Actualidad

10 lecciones que han aprendido las marcas con la crisis de la COVID-19

Dotar de valor a las personas, desempeñar y profundizar en el rol social de las marcas y de al empresa y mantener una comunicación abierta, clara y transparente, algunas de las claves que han aprendido las empresas durante este escenario

En toda crisis hay una oportunidad, dicen. Y está claro que de la pandemia y escenario provocado por la COVID-19 las empresas y sus marcas han tenido tiempo de asumir nuevos y vitales aprendizajes que formarán parte de los planteamientos y filosofías de sus organizaciones a futuro.

En este punto, el Club Excelencia en Gestión, asociación empresarial sin ánimo de lucro que ayuda a compartir conocimiento sobre gestión excelente, innovadora y sostenible y que reconoce el nivel de las organizaciones y sus marcas a través de premios a las Buenas Prácticas y del Sello EFQM, ha presentado el documento Lecciones de gestión aprendidas de la COVID-19, cuyo contenido se ha resumido en un decálogo que puede descargarse a través de la plataforma web de la organización.

El documento recoge diversas características del entorno generado por la pandemia, enmarcadas en tres crisis que se han combinado entre sí: sanitaria, económica y social. También ha sintetizado las experiencias de multitud de organizaciones, casi todas socias del Club Excelencia en Gestión, que han participado durante los últimos meses en la iniciativa Construyendo Futuro.

Este decálogo de aprendizajes se resumen en puntos alrededor de las personas, del rol social de las marcas y empresas y de la cultura empresarial, básicamente.

Cuidado de la salud de los empleados: Es esencial priorizarlo y darle un sentido holístico, yendo más allá del mero cuidado por la exposición a los riesgos laborales, ya que aportará valor a la organización.
 
Capacidad de anticipación y de adaptación: Anticiparse y adaptarse de forma ágil son puntos clave para que la primera reacción de la organización sea eficaz ante escenarios no contemplados en los planes de gestión de riesgos. Hay que implantar y probar con previsión mecanismos que involucren a los equipos, que ayuden a reinventarse, que adecúen la capacidad productiva para atender a la demanda, etc.
 
Disponer de un propósito, estrategia y objetivos claros: Facilita la cohesión interna de la emrpesa y la presentacion de la marca en la sociedad, así como la vinculación con los grupos de interés: clientes, empleados, proveedores, inversores... De esta manera, la toma de decisiones es más rápida y eficaz.
 
Contar con una cultura arraigada y un liderazgo sólido y compartido: Esto ayuda a fomentar una fuerza de trabajo resiliente. Las organizaciones que en su día invirtieron en cultivar su cultura y liderazgo disponen ahora de un recurso añadido para combatir la crisis.
 
La comunicación genera confianza y tranquilidad: Una comunicación clara, abierta y constante permite atender las inquietudes de los grupos de interés y ayuda a construir relaciones comprometidas y sostenibles a lo largo del tiempo.
 
Escuchar para reaprender: Las crisis extremas lo remueven todo, también las necesidades y expectativas de los grupos de interés, por lo que es fundamental cuestionarlas de nuevo, profundizar en su conocimiento y volver a aprenderlas.
 
Confiar en la fuerza de la cooperación: En vez de aislarnos y centrarnos en nosotros mismos, es mucho más eficaz buscar sinergias con partners y proveedores, porque aumenta la capacidad para poder optimizar la propuesta de valor y el rol que ejercemos en el ecosistema.
 
Autogestión y colaboración virtual, elementos de trabajo indispensables: El teletrabajo se ha convertido en una necesidad, ha llegado para quedarse. Se trata de una nueva forma de trabajar que no estaba consolidada que requiere mayor autogestión, facilitando las relaciones personales no presenciales.
 
Tecnología, innovación y digitalización para adatarse a nuevos retos: Son piezas indispensables para adaptarse a los cambios que se están sufriendo, igual que la creatividad y el pensamiento disruptivo, que sirven como palancas de transformación y de éxito.
 
Fomentar la solidaridad y el altruismo ante un frente común para no dejar a nadie atrás: Esto evidencia la relevancia de la responsabilidad social corporativa. Y también que la sostenibilidad y el impacto social son clave para lograr prosperar.
 
El decálogo e informe se ha hecho público un encuentro online en el que han participado Ignacio Babé, secretario general y CEO del Club Excelencia en Gestión, y Pau Negre, socio y director de Comtec Quality, una de las consultoras que forman parte de la red de expertos EFQM REDEX. EFQM es un marco de gestión de referencia internacional útil para abordar la transformación y mejorar el rendimiento empresarial que en Europa utilizan más de 50.000 organizaciones.

"Las compañías que trabajaban antes de la crisis con el Modelo EFQM han aguantado mejor sus embestidas. Ahora toca innovar, reinventarse y mirar hacia las megatendencias que se están cumpliendo como la del cambio climático, pensar en economía verde y circular para ser sostenibles", ha asegurado Ignacio Babé durante su intervención.

"No hay recetas mágicas para la recuperación económica, pero el Modelo EFQM ha demostrado que puede servir como guía para salir adelante en el entorno VUCA que, en esta ocasión, nos está afectando a todos. Hemos de tener en cuenta que el plan de recuperación será complejo, principalmente porque no podemos ver el alcance exacto que tendrán los posibles rebrotes de la COVID-19 que lleguen en el futuro. Afrontar esta realidad va a exigir disciplina, constancia, rigor, imaginación, audacia, madurez y responsabilidad", ha apuntado Pau Negre.