La compañía responde en tiempo real a una tendencia social invisible como es el estrés emocional del regreso por Navidad, llevando apoyo psicológico al terreno físico y transformando el trayecto en un espacio de contención, pausa y cuidado
En una Navidad marcada por campañas que repiten fórmulas y apuestan por relatos idealizados del reencuentro familiar, Ouigo ha decidido mirar las emociones complejas que acompañan a quienes regresan a casa estas fechas. Ansiedad, nostalgia, presión familiar, expectativas… un cóctel emocional que, según un estudio de la compañía junto a Ipsos Digital, afecta a 7 de cada 10 españoles y que ha dado lugar a lo que Ouigo denomina el “Síndrome de la vuelta a casa por Navidad”.
Lo más relevante de esta campaña no es el diagnóstico, sino la respuesta, ya que la marca lleva la conversación a la vida real y traslada el insight al terreno físico instalando gabinetes psicológicos dentro de sus trenes durante los días 17, 18, 22 y 23 de diciembre. No es un spot, no es un mensaje emocional, no es un filtro en redes. Son psicólogas reales, a bordo, conversando con pasajeros reales entre Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Málaga. Una manera poco habitual de convertir una tendencia social en una experiencia tangible.
La iniciativa, bautizada como ‘Felices Vueltas’, es un ejemplo de cómo una marca puede detectar una tensión cultural en tiempo real y responder con un gesto útil, empático y experiencial. Con la ayuda de creadoras especializadas en salud mental y psicología con una fuerte presencia digital, como Patri Psicóloga o Alicia González, Ouigo transforma el viaje de alta velocidad en un espacio de alivio emocional. El simple trayecto, que para muchas personas supone una “mochila emocional”, se convierte así en un momento de respiro guiado, legitimando sentimientos que a menudo se invisibilizan en estas fechas.
La acción, conceptualizada y ejecutada por Havas Creative, destaca por trasladar al mundo offline un fenómeno ampliamente debatido en lo digital como es el agotamiento emocional y la presión navideña. En lugar de limitarse a capitalizar la conversación, Ouigo la habita físicamente. A cada persona que compra su billete en estas fechas se le ofrece reservar un turno para charlar con una profesional a bordo, convirtiendo el servicio en un producto experiencial que trasciende la comunicación tradicional.
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