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Esta cuarentena, ¿una ventana de oportunidad?

Por José de Sola.  Psicólogo psicoterapeuta en  De Salud Psicólogos

Hace unos días me comentaba un paciente, en una de nuestras obligadas sesiones online, que los delfines habían vuelto a merodear las costas del norte. También hemos visto como Venecia muestra en estos días sus aguas más transparentes, al tiempo que el cielo de las ciudades está más limpio que nunca.

En cuanto hemos desaparecido, la naturaleza ha vuelto a imponerse, ha regresado con toda su fuerza. Vivimos con impaciencia el momento de acabar la cuarentena y recuperar la actividad cotidiana, pero, ¿realmente era buena la vida que llevábamos? La ventaja de las crisis, de los cambios, es que nos obligan a la reflexión.

Uno de los principales enemigos que todos tenemos es la necesidad de que la vida nos trate siempre bien, de que nuestra existencia sea fácil y gratificante. Nos han enseñado a mirar hacia los buenos momentos, de felicidad y de éxito, pero pocas veces se nos ha educado para vivir la adversidad.

La actual pandemia y cuarentena nos ha colocado en una situación inédita, ante una crisis personal para la que no teníamos recursos ni experiencia. Sin embargo, es posible que nos encontremos ante una ‘ventana de oportunidad’. ¿De qué? De revisar nuestra vida actual, de descubrirnos, de desarrollar fortalezas, de conocer nuestro potencial real.  

Toda crisis ofrece una ventana de oportunidad

Antonio, otro paciente, tras unos primeros días de inquietud y aburrimiento con la cuarentena, se sorprendió el otro día de lo a gusto que estaba. ‘Sabiendo que es temporal, estoy a gusto, no imaginaba que iba a disfrutar tanto en casa, que iba a poder aguantar. He descubierto que necesitaba tiempo para mí, para mis cosas’.

Siempre se ha dicho que de las crisis se sale reforzado. Esto no siempre es cierto, a veces pueden debilitarnos si no sabemos cómo aprovecharlas y enfrentarlas. Por primera vez en mucho tiempo, tenemos la oportunidad de contemplar y reflexionar sobre nuestra vida actual, descubriendo lo que no iba bien, lo más valioso que tenemos y lo que debemos reforzar, recuperar o conservar.

Por otra parte, esta situación nos permite valorar nuestra capacidad de resistir, de resiliencia. Seguramente descubrirás que eres más fuerte de lo que pensabas, de soportar mucho más allá de lo que te creías capaz.

Oportunidad para dar sentido a tu vida

A Viktor Frankl, un psiquiatra de principios del pasado siglo, tras haber estado encerrado en varios campos de exterminio en la Alemania nazi, entre ellos Auschwitz, le ayudó a sobrevivir un principio básico: buscar y mantener siempre presente un sentido en su vida, a su existencia, aunque fuese en un campo de concentración. Solo así pudo trascender con más facilidad a su presente incierto y doloroso.

Si seguimos la filosofía de Frankl, vemos que ante todo debemos aprender a aceptar un presente que no está en nuestras manos el cambiar, que somos prisioneros de circunstancias extraordinarias. Resistirse solo lleva a enfadarse y a pasarlo mal. Aunque nos sorprenda, con frecuencia ésta es una de las fortalezas psicológicas más valiosas: saber ver las cosas tal y como son, asumirlas si no está en nuestras manos el cambiarlas, modificar nuestra actitud frente a la realidad. Buscar un sentido y propósito a lo que se está viviendo.

La adversidad por sí misma nunca tendrá sentido salvo que tú se la des. Tener un objetivo que de sentido al día a día, un propósito vital en cada etapa, en cada momento. No hay nada en el mundo que capacite tanto a una persona para sobreponerse a las dificultades y a las limitaciones como la consciencia de tener una tarea en este mundo.

Repasa cuál es tu propósito en la vida, ten muy presente lo que tienes y lo quieres conseguir, plantéate pequeñas metas diarias, cosas por hacer, valiosas para ti. No dejes de tener un objetivo en cada momento del día, de la semana, del mes, sin perder nunca de vista hacia dónde vas y lo que más quieres en la vida.

Una cuarentena solo puede causar pavor a quien no sabe qué hacer con su tiempo, con su vida.

Oportunidad para aprender a mantener una rutina diaria

El hecho de estar en casa no justifica el abandono. Sigue una rutina diaria para el trabajo, las comidas, el sueño y el ocio. No olvides el autocuidado personal, los hábitos de salud e higiene para contigo mismo y para con los demás. Es también una oportunidad de comer bien y dormir, de recuperar aquellas costumbres saludables que siempre tuviste pendiente.

No es el momento de dejarse llevar por la desidia, por mucho tiempo que tengas por delante cada día. Abandonarse lleva inevitablemente a sentimientos de vacío y devaluación personal. No olvides que sigues activo, que debes seguir activo para sentirte bien, manteniendo el sentido de quien eres y de lo que quieres.

Oportunidad para mejorar tus vínculos con los demás

Estar separados nunca nos había unido tanto como hasta ahora. Sin pretenderlo, el aislamiento se ha convertido en una oportunidad de recuperar, reforzar y apreciar los vínculos con los demás.

Hoy en día existe una oferta inacabable de medios técnicos para conectarnos con otros desde casa. Aquellos vínculos que sobreviven más allá de una crisis indudablemente se refuerzan y profundizan. Es posible que tengas viejas amistades olvidadas, familiares con los que perdiste el contacto y ya no recuerdas por qué. Es el momento de reforzar tu red social, de arreglar lo que quedó pendiente. Ellos te necesitan y tú los necesitas también.

Oportunidad para aprender a protegernos del exceso de información

No necesitamos tanta información de los medios de comunicación. Pueden llegar a crear pánico o una ansiedad anticipatoria innecesaria, favoreciendo los bulos, la desinformación y un contagio emocional de alarma y pánico que impulsa a comprar compulsivamente, a vaciar innecesariamente los supermercados, sin saber por qué.

Necesitamos centrarnos en nosotros y en nuestro bienestar, sin perder de vista la información básica y las precauciones que en todo momento debemos tomar. No te dejes asustar sin necesidad, no es útil, no te ayuda.

Oportunidad para pensar en nuevos retos profesionales o nuevas formas de trabajo

Uno de los principales problemas cuando se trabaja desde casa es que se invierte más tiempo del necesario. Al mismo tiempo apenas existen barreras físicas que separen nuestro espacio personal del laboral. Nuestra rutina habitual se diluye.

Es recomendable que te obligues y mantengas horarios preestablecidos todos los días, respetando los fines de semana, con el fin de que puedas dedicarte a los tuyos, a tu vida privada, a ti. Y lo más importante, no dejes que tus compañeros alteren tu intimidad, horarios y tiempo con el trabajo. Sigues teniendo una vida privada que, ahora más que nunca, tienes que preservar.

De la misma forma, también es el momento de descubrir nuevas posibilidades, otras formas de trabajar, otros retos, perspectivas y aspiraciones profesionales. De plantearte si lo que haces te gusta, o quieres y puedes cambiar.

Oportunidad para conocerte mejor, si vives sola o solo

Quienes viven solos seguramente son los que peor lo están pasando. La sensación de aislamiento, de soledad, no es fácil de soportar. Con frecuencia se produce una inquietud que proviene de antiguas angustias de separación infantil.

Habitualmente sentimos que la compañía tiene que provenir de los demás. Esto no es cierto. ¿Has probado a sentirte acompañado por ti mismo? Prueba un rato todos los días, con los ojos cerrados, a sentir, en el momento presente, tu presencia, tu cuerpo en contacto con lo que te rodea, tus sensaciones físicas, tu respiración, el ritmo de tu corazón, a ti mismo, mientras dejas que los pensamientos pasen frente a ti sin detenerte en ellos. Esto es meditar (puedes encontrar muchos tutoriales en YouTube). Te ayudará a desarrollar el sentido de tu propia identidad, existencia y presencia en el mundo, y poco a poco de sentirte acompañado por ti mismo. Si lo piensas, eres el único apoyo que tienes seguro en la vida. Se trata de fomentar una mirada interna hacia ti sin depender siempre de la mirada y atención de los otros.

Oportunidad para escuchar y gestionar tus emociones negativas

Sentirse desbordado por emociones como el miedo, inquietud, ansiedad o la irritabilidad forma parte de lo normal. Las emociones están para avisarnos, defendernos, ponernos alerta ante lo que percibimos como amenazante o peligroso. Pero en ocasiones no son útiles, son exageradas, pueden dificultar nuestra cuarentena, principalmente si tenemos tendencia a padecerlas. En general, nuestra forma de ver y afrontar la vida se pone de manifiesto más que nunca en estos días a través de estas emociones, de nuestras tendencias a sentir y actuar frente a lo difícil.

Las emociones hay que escucharlas, dejarlas salir. Habitualmente son efímeras, duran poco cuando se expresan. Pero al mismo tiempo, tampoco olvides que no siempre la vida te ha tratado mal. Busca y recuerda los buenos momentos, tus éxitos, plantéate objetivos de cosas que te gusten, recupera aficiones que te proporcionen sensaciones de placer y satisfacción personal. No dejes que un mal momento inunde todo lo que tú eres.

Oportunidad para aprender a buscar el apoyo de los demás, y exteriorizar lo que sientes

Aunque es importante saber estar solo, no tengas miedo en buscar apoyo y contacto con otras personas cuando lo necesites, en momentos de debilidad, de miedo, agobio o ansiedad. Con frecuencia, bien por soberbia o por vergüenza, nos callamos cuando necesitamos ayuda o queremos desahogarnos.

Una de las principales muestras de fortaleza psicológica y personal es saber pedir ayuda y apoyo cuando nos hace falta. Callarse, inhibirse, es la peor de las soluciones. No temas a exteriorizar tu miedo, tu pesar o tu debilidad ante determinadas situaciones, a buscar apoyos entre los que te rodean. Te hace más grande, más fuerte, aunque no lo creas.

Oportunidad para tu vida en pareja

La vida en pareja, puede ser fácil o más difícil en estos días, dependiendo de la calidad de la relación previa. Es un buen momento para valorar con quien compartes tu vida, lo que quieres realmente de la relación, lo que tienes, lo que quieres hacer. También puede ser un buen momento para hablar, acercarse afectivamente, compartir actividades juntos, plantearse objetivos, reforzar el vínculo, retomar problemas no resueltos.

Si, por el contrario, tu relación no es buena, y en estos días te reafirmas en que no eres feliz, que ya has dejado de amar, que no quieres seguir adelante, ahora no es un buen momento para abordarlo, ni siquiera de hablarlo, con el fin de evitar innecesarias tensiones durante una cuarentena que impide cualquier movimiento. Es mejor esperar a que la normalidad vuelva a nuestras vidas y poder disponer de nuevo de todos los recursos habituales.

Para acabar, si el virus te ha infectado, lucha serenamente

Desgraciadamente que el virus nos afecte es una probabilidad nada desdeñable. No podemos controlarlo todo, aunque hayas hecho lo posible. No es el momento de culpas ni de autorreproches.

Ante todo, es bueno que te mantengas informado a través de medios objetivos y fiables como los médicos o medios de información serios. También es necesario mantener, en la medida de lo posible, una actitud positiva hacia la enfermedad sin llegar a establecer expectativas inadecuadas, ni excesivamente pesimistas ni demasiado optimistas, que entorpezcan tu convalecencia y bienestar emocional.

Haberse infectado no tiene que convertirse en una experiencia traumática. Al contrario, y como hemos indicado, también es una oportunidad de probar y aumentar tu fortaleza y resistencia ante la adversidad.


Psicólogo colegiado en el colegio de Psicólogos de Madrid.  Licenciado en Psicología por la Universidad Pontificia de Comillas (1985). Formado como psicoterapeuta clínico (desde 1985).  Master en Psicofarmacología y Drogas de Abuso (2012). Miembro de diversas asociaciones y sociedades científicas en psicología y psicoterapia. Doctor en Psicología (Universidad Complutense de Madrid, 2017).
Ha trabajado desde 1988 en diversas empresas nacionales y multinacionales como técnico, responsable técnico y director de departamento, en investigación de mercados cualitativa y cuantitativa y análisis del comportamiento del consumidor. Desde 2007 como psicólogo psicoterapeuta clínico en diversos centros de psicología y psicoterapia. En 2012 inicia su propio proyecto psicoterapéutico en De Salud Psicólogos.
Trabajó como profesor del Master de ‘Neuromarketing y Comportamiento del Consumidor’ (2014-2016) así como en el IE University (School of Psychology. Segovia) impartiendo Psicología y Comportamiento del Consumidor (20082011). Desde 1995 ha colaborado e impartido clases de psicología del consumidor e investigación de mercados en diversos centros y escuelas de negocios.
Desde 2012 investiga y publica en el ámbito de las adicciones a las nuevas tecnologías, especialmente al teléfono móvil.
De 2005 a 2009 fue miembro de la junta directiva de AEDEMO (Asociación Española de Estudios de Mercado y Opinión) desde donde organizó diversos eventos monográficos (seminarios, jornadas, conferencias, etc).