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Llega la Era de los ‘Desinfluencers’

La falta de transparencia y honestidad de la promoción publicitaria en redes sociales ha potenciado el surgimiento de nuevas tendencias en las que se defiende la veracidad

Una nueva tendencia ha irrumpido en las redes sociales iniciando un debate sobre el consumismo excesivo. Los llamados Desinfluencers son exactamente lo que parece, creadores de contenido que animan a sus seguidores a no comprar o usar un producto en específico, advirtiendo sobre la sobrevaloración de los mismos. Esta nueva realidad se sustenta en los ideales de la Generación Z, caracterizada por rebelarse contra las vidas aparentemente perfectas que suelen mostrar los influencers más tradicionales en sus redes sociales.

De acuerdo con IAB Spain, la inversión publicitaria en medios digitales en España superó los 4.500 millones de euros en el año 2022, creciendo un 10% con respecto a 2021 y un 49,7% con respecto a 2020. Por su parte, la inversión en influencers supuso 63,9 millones del total, aumentando un 22,8% con respecto a 2021. Actualmente, estos creadores de contenido son uno de los grandes motores de la actividad publicitaria en internet, convirtiendo las redes sociales en un catálogo de productos que ‘sí o sí debes comprar’.

 Ante la falta de transparencia y honestidad que ha llegado a caracterizar esta actividad comercial, han surgido corrientes contrarias que sugieren que el mundo influencer necesita una revisión. La némesis de los creadores de contenido tradicionales ha llegado para protagonizar la más fuerte de estas tendencias: la desinfluencia. Estos nuevos perfiles, muchos de ellos virales, rechazan las dinámicas comerciales propias de las redes sociales, poniendo en entredicho todas aquellas recomendaciones que inviten al consumismo masivo.

Por su parte, el hashtag #desinfluencing -desinfluenciando en inglés- acumula más de 624,1 millones de visualizaciones en TikTok, red donde se originó. La mayoría de los vídeos creados bajo dicha etiqueta advierten sobre los peligros del consumismo, y desacreditan el contenido de quienes promocionan productos de manera indiscriminada. En contraposición, los desinfluencers ofrecen opciones más agradables con el ambiente y con la economía personal de sus seguidores.

Es así como este tipo contenido se concibe como la expresión de las reivindicaciones de la Generación Z, la principal usuaria de la red social china, caracterizada por su búsqueda de contenido más fresco y auténtico.

Nueva arma de competencia desleal

Este movimiento liderado por los desinfluencers también “podría llegar esconder otros intereses, convirtiéndose en un arma de competencia desleal para las marcas”, según detalla Patricia Carrasco, PR & influencer manager de 3AW. “Sin embargo, también abre una nueva manera de hacer influencer marketing para las empresas, que pueden colaborar con estos perfiles para hacer campañas más centradas en valores, en un consumo consciente y responsable, y con un foco más divulgativo”, añade Carrasco.

Por otro lado, si nos remitimos a las estadísticas del contenido producido dentro de esta corriente, podemos observar que sólo han sido los pequeños creadores de contenido quienes se han atrevido a sumarse a esta nueva ola. Si bien se presenta como una oportunidad para ganar más visualizaciones y potencialmente llegar a la viralidad, la desinfluencia también supone un riesgo económico para quienes viven de los intereses comerciales de los grandes anunciantes.

Es evidente que, al menos hasta ahora, los desinfluencers no provocarán la desaparición de los influencers tradicionales, aunque sí podrían marcar nuevas pautas de creación de contenido publicitario en las que se premie la veracidad.