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La fidelización se redefine hacia la resonancia y la pertenencia

En un entorno saturado de mensajes y cada vez más fragmentado, la fidelización de clientes deja de medirse solo por la repetición de compra. El estudio ‘The Next Loyalty’ plantea un cambio de paradigma en el que el valor ya no está en lo que se da, sino en cómo una marca logra generar conexiones significativas, emocionales y coherentes con sus clientes

El estudio de Tangity subraya que la fidelización debe entenderse como una inversión estratégica y no como un gasto. Las marcas que no logran generar un sentido de orgullo y pertenencia corren el riesgo de quedar fuera de la conversación con los consumidores, especialmente con las generaciones más jóvenes, que buscan que las empresas representen sus valores antes que sus gustos o preferencias de consumo. En este contexto, la fidelización se convierte en un refugio en un mundo incierto, capaz de asegurar un flujo constante de beneficios incluso sin que se produzca una compra directa.

El modelo tradicional centrado en recompensas transaccionales deja paso a una fidelización basada en resonancia. La inteligencia artificial y el análisis de datos permiten anticipar necesidades, personalizar interacciones de forma empática y contextual, y crear experiencias más humanas y significativas. La confianza emerge como un activo crítico y ahora los consumidores comparten sus datos de manera voluntaria, con consentimiento total y trazable, a cambio de valor real y transparencia en la relación con la marca.

Ejemplos como Club Carrefour muestran cómo la comprensión profunda de los clientes se convierte en la base para ofrecer experiencias cercanas, cómodas, exclusivas y divertidas, donde la personalización y el uso inteligente de la data permiten que cada interacción sea relevante. “El cliente quiere sentirse único, recibir lo que necesita en el momento preciso y que la relación sea cercana, sencilla y fluida. La relación ya no es solo comercial: hablamos, escuchamos y creamos pertenencia”, explicaba en la presentación Juan Luis García Nombela, director de Captación de Clientes de Club Carrefour.

Programas como Iberia Club refuerzan esta tendencia al ampliar beneficios, modernizar la acumulación de puntos y consolidar la vinculación emocional con los clientes de mayor valor, transformando las recompensas en herramientas flexibles que trascienden el consumo inmediato.

En definitiva, la fidelización del futuro ya no se compra, se construye. La resonancia, la pertenencia y la confianza son los nuevos ejes que permitirán a las marcas diferenciarse en un mercado competitivo, asegurando relaciones duraderas y significativas con los consumidores más allá de la transacción.