Los publicitarios ¿están locos?

por Chema Cuesta

Cuando alguien te pregunta a qué te dedicas y les dices que eres creativo publicitario, muchos comentan: “los publicitarios estáis locos”, pero lo dicen como algo divertido, sin ánimo de insulto, creo. Sin embargo, el lenguaje siempre desvela lo que pensamos más allá de las palabras que usamos para expresarnos. Y no estoy diciendo con esto que haya gente que piense literalmente que estamos todos locos de atar, sino que prefiero pensar que lo que hacen es suavizar o banalizar el concepto que hay detrás de estar de una persona que tiene perturbadas las facultades mentales. Y esto me lleva a creer que en general, y hasta hace bien poco, no le hemos dado la importancia que tiene a nuestra salud mental. La sensación es que se ha mirado hacia otro lado y que no hemos sabido o querido abordarlo como corresponde.

En los pasados Juegos Olímpicos de Tokio, la gimnasta estadounidense Simone Biles renunció a participar en las finales por equipos e individual. En un acto de valentía reconoció padecer problemas de salud mental. Y con su gesto, consiguió poner encima de la mesa el problema a nivel mundial de la salud mental. No solo el mundo del deporte se volcó con su decisión, sino que ayudó a la población en general a sensibilizarse con un problema que vive con nosotros.

Si vemos los datos sobre la salud mental en las empresas españolas, donde la pandemia que estamos viviendo no está ayudando mucho precisamente, destacamos que:

- Seis de cada diez empresas reconocen que más de la mitad de sus trabajos tienen un alto componente emocional (ocupaciones que suponen el trato con personas fundamentalmente) y un 10% de ellas reconoce que más de la mitad de sus trabajadores se han visto afectados por trastornos psicológicos como ansiedad, depresión, estrés postraumático, etc. vinculados a la pandemia.
- El 58% de las empresas cree que el riesgo de padecer el síndrome de “trabajador quemado” (burnout) se ha incrementado en el último año y que los trastornos emocionales relacionados con la crisis sanitaria y económica aún se mantienen con respecto a hace un año (64%).
- Casi el 70% de las empresas cree que deberían reforzarse las áreas de psicosociología de cara al futuro de la gestión de personas. Sin embargo, solo el 33% de las organizaciones van a tener en cuenta los aspectos relacionados con la salud psicológica en sus estrategias post-Covid.

El 10 de octubre se celebró el Día Internacional de la Salud Mental, una fecha para poner de relieve el cuidado de la salud psicológica de las personas. En esa semana el Adecco Group Institute, el centro de estudios y divulgación del Grupo Adecco, presentó el primer Observatorio Adecco sobre Bienestar emocional y factores psicosociales con el que pretende dar voz sobre cómo la variable psicosocial afecta a organizaciones y empresas, y también a los trabajadores que las integran.

En palabras de Javier Blasco, director del Adecco Group Institute: “A nadie se le puede escapar que la pandemia ha acelerado un importante fenómeno de carácter psicoemocional que tiene que ver con los lugares de trabajo y el empleo. Algunas voces incluso dicen que la próxima pandemia será la de salud mental, un auténtico tsunami para el que esperemos estar preparados. Pero esto no es nuevo. Los riesgos psicosociales se producen en todo tipo de organizaciones y ya se están rompiendo muchos estigmas y tópicos, los problemas ya son veteranos, pero los tiempos que corren y el futuro que se nos avecina no puede abordarse con las recetas de siempre, claramente insuficientes”.

“Las relaciones laborales que ahora conocemos ya están inmersas en retos con una especial incidencia en el ámbito de la psicosociología: la transformación digital y la creciente interacción con máquinas, el envejecimiento de la población, la prolongación de la vida laboral, las mayores expectativas de las personas respecto de una salud y bienestar más holística (física, mental, social, según la OMS), ciclos económicos de crisis y recuperación cada vez más cortos, la reiterada mayor vulnerabilidad de jóvenes, mujeres y seniors en el mercado de trabajo… no cabe duda de que es más necesaria que nunca la “normalización” e integración de la salud mental y la psicosociología en la gestión de las empresas”, destaca Blasco.

El director del Adecco Group Institute concluye afirmando que: “La importancia de la cultura y una adecuada gestión de los equipos nos invita a trabajar eso que ahora llaman el sentido de seguridad psicológica de un empleado, y que depende del apoyo que perciba desde su organización. Los efectos en la salud mental ya son muy importantes en materia de ausencias al trabajo, y esto debe ser una invitación para reflexionar una vez superada la pandemia, sobre el modelo de productividad y tiempo de trabajo que queremos a futuro”.

Está claro que todos estos factores que contribuyen a poner a prueba nuestra salud mental hay que sumar la incertidumbre que vivimos en nuestra industria. Una incertidumbre provocada por un necesario cambio de modelo y los ajustes que afectarán directamente a las “viejas” estructuras y a los nuevos perfiles más digitales que ya van siendo parte de las agencias.

SI metemos todo esto en una coctelera puede ser un gran caldo de cultivo para la proliferación de los ambientes tóxicos en las agencias. Hay varios síntomas que nos pueden ayudar a detectarlos:

1.   La gente en el trabajo no habla. Esto es algo observable en las reuniones grupales.
2.   Los compañeros de trabajo carecen de energía. Los compañeros apáticos podrían indicar negligencia, que los empleados están sobrecargados de trabajo, o que han empezado a pensar que contribuir no merece la crítica que probablemente reciban.
3.   Los empleados no se quedan en sus trabajos por mucho tiempo. Si te enteras de que una agencia tiene una alta tasa de rotación, busca otro lugar.
4.   La gente se critica entre sí, y hay muchos cotilleos.
5.   Tu humor fuera del trabajo cambia sin ninguna razón aparente. Si te encuentras peleando con tu pareja, alejándote de tus amigos, teniendo problemas para dormir o ganando peso, puede ser porque trabajas en un mal ambiente.

Si esto suena como tu lugar de trabajo, esto es lo que propone hacer Robert Sutton, profesor de ciencias de la gestión en la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Stanford y autor de las obras “The Asshole Survival Guide” y “Good Boss, Bad Boss”.

1. Prepárate para hablar por ti mismo. Si sientes que trabajas en una oficina tóxica, prepárate para defender tus propios intereses. Si te sientes cómodo, habla con tu jefe o con el departamento de recursos humanos.

2. Evita las manzanas podridas.

3. Haz amigos en el trabajo. Encuentra uno o 2 amigos en el trabajo con los que puedas desahogarte o bromear.

4. Sal de ahí. Si te encuentras con que las oportunidades se te pasan de lado, que no se escucha tu voz, y que constantemente le temes al trabajo, empieza a buscar otro y a actualizar tu currículum. Cuando todo lo demás falle, especialmente si tu salud física y mental está sufriendo, renuncia.

No dejemos aparcadas para mañana aquellas cosas que nos afectan en nuestra salud mental, porque en algún momento y si no la cuidamos saldrán a flote cuando menos te lo esperas.

Y para acabar me gustaría hacerlo como lo hace Ángel Martín en sus informativos diarios en redes sociales: “Cuidaos mucho y hala, a hacer cosas”.