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Publicidad y ética en tiempos del coronavirus

Por Maite Pellicer Jordá, doctora y profesora de Publicidad por la Universidad de Murcia

La crisis sanitaria que estamos viviendo pone a prueba a todos los sectores de la sociedad, tanto públicos como privados. Ahora es el momento de ‘arrimar el hombro’ y ayudar a que los ciudadanos superen más fácilmente esta situación de confinamiento, miedo, angustia y dolor.

Es el momento de que el comportamiento ético prime sobre cualquier otro interés. Podemos ver en los informativos una ética ejemplarizante de los ciudadanos. Profesionales sanitarios que ponen en riesgo su salud cada día para salvarnos la vida; cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, bomberos, ejército… que velan porque las calles desiertas no sean sinónimo de inseguridad; comercios que ponen franjas horarias específicas de compra para que las personas con dificultades de movilidad o más débiles ante la enfermedad puedan comprar sin colas; personas jóvenes que hacen la compra a sus vecinos más mayores; grandes empresarios poniendo su industria productiva a disposición del material sanitario que se necesita en los hospitales… Y así un largo y maravilloso etcétera y digo maravilloso porque esta situación tan histórica como desagradable está sacando lo mejor de las personas. La conciencia moral se ha convertido en el motivo principal de la acción y eso resulta maravilloso. Ahora, que es cuando más separados estamos físicamente de los otros, es cuando más pensamos en sus necesidades, en cómo ayudarles. Ya decían Platón, Aristóteles y Sócrates que el comportamiento moral es lo que hace feliz a las personas. Y parece cierto. Combatimos el sufrimiento y la angustia con ayuda mutua y desinteresada. ¿Qué fuerza si no es la que mueve a los sanitarios, policías, etc, a jugarse la vida cada día por nosotros? ¿Por qué cada vez son más los voluntarios que quieren reforzar con su trabajo el sistema sanitario en estos días de caos? No hay otra explicación. Su ayuda desinteresada (el sueldo que cobran jamás podrá pagar realmente su fundamental labor) se explica solamente por su deber ético, el de ayudar. Ese aplauso que a las ocho de la tarde puntualmente cada día llena de sonido las silenciosas y vacías calles. A todos ese aplauso nos llena de esperanza y agradecimiento. Todos a partir de esa hora nos sentimos mejor, nos sentimos unidos.

La ética es fundamental en las relaciones humanas, pero también en las relaciones comerciales. Los consumidores son personas y siempre merecen el mayor de los respetos y toda nuestra comprensión. La publicidad es una de las partes más visibles de la maquinaria comercial y es clave en este puzzle social en el que nos encontramos. Su gran capacidad de influencia en la creación de hábitos de consumo, hábitos sociales, valores, etc, la convierte en una herramienta fundamental para poder combatir esta situación vital a la que nos enfrentamos. Al igual que los medios de comunicación - tan necesarios hoy y siempre- que nos informan y entretienen, la publicidad juega un papel fundamental en la configuración de un nuevo hábito social: estar en casa, sin salir, sin ver a nadie, luchando por romper la cadena de contagios del coronavirus. ¿Y cómo puede hacerlo? Pues una vez más, demostrando que la publicidad puede hacer mucho y muy bueno. Puede ser un chute de energía para los consumidores, un halo de esperanza. Demostrando que la publicidad puede ser ética, ayudando a los consumidores; dándoles mensajes positivos, que vayan más allá del nombre de una marca. Poner a la ética como centro de la actividad publicitaria es, en estos días, fundamental.

Crear una campaña de publicidad lleva su tiempo y mucha preparación previa, pero eso no ha sido impedimento para que algunas empresas ya hayan puesto esta crisis sanitaria y social como el centro de sus campañas. Han mostrado esta situación de distancia física y confinamiento como algo común, como un punto de encuentro entre todos, como una situación compartida. Han normalizado algo que nos parece tan ‘anormal’ y con sus mensajes y eslóganes ayudan a llevar con más alegría, emoción y responsabilidad estos días, en los que es tan fácil para todos caer en la desesperación.

Marcas como Ikea y la ilusión de quedarse en casa o Danone con su invitación a ‘Poner la mente en blanco’ son algunos ejemplos de esta publicidad ética, que pone a las personas por delante de las ventas. Las compañías de telefonía, Orange y Vodafone, también han hecho anuncios relacionados con esta situación. Y todos esos anuncios nos ayudan a todos.

Es el momento de agradecer también a estas marcas su labor. De reconocerles su papel en esta crisis. De darles las gracias por esos anuncios, por su compromiso.

No me gustaría terminar este artículo sin invitaros a conocer el canal de podcast ‘Con ética. Por Maite Pellicer’, un canal educativo que he elaborado y que analiza el fenómeno de la ética publicitaria en todos sus ámbitos, con las últimas noticias sobre la materia. La publicidad en tiempos del coronavirus es el protagonista de uno de los podcast que cada semana elaboro para los estudiantes del grado de Publicidad de la Universidad de Murcia y para todo aquel que quiera escucharlo.

Si algo nos debe enseñar esta ‘crisis’ es que todos juntos hacemos un mundo mejor. Medios de comunicación comprometidos con su audiencia, con el único objetivo de hacerles pasar un rato entretenido. Campañas publicitarias que alegran el alma o lo alivian al menos. Sanitarios que con sus palabras y sus actos consiguen devolvernos a casa sanos y salvos. Trabajadores de los supermercados que nos permiten tener cubiertas nuestras necesidades y así un largo etcétera. ¡Ojalá nunca olvidemos lo mejor que hemos aprendido en estos días!


Nacida en 1982, Maite Pellicer Jordá es licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas, así como en Periodismo por la Universidad de Murcia. Además, es doctora por dicha universidad. Actualmente trabaja como profesora contratada doctor en el grado de Publicidad y Relaciones Públicas de la Universidad de Murcia, impartiendo la asignatura de ética publicitaria, entre otras.
Su labor docente la compagina con la coordinación del departamento de medios audiovisuales de la Universidad de Murcia, dirigiendo la televisión, la radio y el periódico universitario. Además, es autora de más de 30 artículos en revistas académicas, 3 libros completos y 8 capítulos de libro sobre ética publicitaria.