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Una HistorIA de Black Friday

Por Daniel Sáenz

Es lunes por la mañana, suena el telefonillo. Una voz te indica que el regalo de Reyes que compraste ayer para tu pareja está en tu puerta. Con emoción abres la puerta, firmas un recibido y te dispones a abrirlo sin pensar en la cantidad de sistemas inteligentes que lograron darte este momento de alegría capitalista. Así que vamos un poco atrás en el tiempo y echemos un vistazo detrás de cámaras.

Nuestra historia empieza el jueves en la mañana cuando recibes un correo electrónico informándote de las promociones de Black Friday, el contenido de ese mensaje ha sido curado por una IA que aprende de tu historial de búsquedas y es capaz de entender tus intereses al punto de saber si tienes pareja, hijos o perro. Ni siquiera la hora a la que recibiste el correo no es trivial pues hay CRMs, como Salesforce, que utilizan IA para decidir, de acuerdo con tu perfil, cuál es el mejor momento para contactarte.

Como aún no has comprado los regalos de Reyes decides echarle un vistazo y un producto llama tu atención, así que pinchas sobre un vínculo que te lleva a un eCommerce encabezado por una representación en 3D del producto que gira suavemente en la pantalla, cortesía de tecnologías de IA como Adobe Sensei, capaz de transformar imágenes planas en modelos tridimensionales con asombrosa facilidad. Aun así, no te convences y lo dejas ahí.

Durante el viernes buscas promociones en varias tiendas virtuales, recibiendo de vez en cuando publicidad dinámica mostrando el producto que nos atañe cortesía, por supuesto, de otra IA como la de Google Ads que conoce tu actividad en internet (entre otros datos) y la usa para encontrar el momento y el mensaje perfectos para impactarte.

Llega el fin de semana, haces algunas compras, pero sigues sin decidirte por el regalo de tu pareja, de manera que el domingo te llega un nuevo correo electrónico, esta vez con un descuento extra de última hora: justo lo que faltaba para que tomaras la decisión. Entras de nuevo a la web del producto cuya UI ha sido desarrollado con Uizard que usa IA para diseñar interfaces en segundos y con un clic en un botón que es el foco de tu atención, agregas el producto a tu carrito de compra.

En este momento la IA asume un papel logístico. Empresas como Best Buy utilizan algoritmos sofisticados para predecir la demanda y optimizar la gestión de inventario, asegurando que tu producto esté disponible y listo para enviar. Una vez pagado el producto, una IA en la bodega más cercana a tu residencia lo busca en medio de un mar de objetos que al ojo humano pueden parecer desperdigados aleatoriamente en un almacén gigantesco pero que a los “ojos” de los robots operados por otra IA están puestos de forma que se optimiza el tiempo de clasificación y embalaje al máximo.

En minutos tu paquete está listo para ser entregado a la empresa de repartos y casi de inmediato empiezas a recibir actualizaciones en tiempo real, cortesía de chatbots impulsados por IA que proporcionan un servicio al cliente casi indistinguible del humano. Estos sistemas, como los implementados por UPS o FedEx, interpretan las consultas de seguimiento y proporcionan respuestas específicas, reduciendo la ansiedad de los compradores con una comunicación constante.

Esto permite que el lunes temprano, justo a la hora predicha, recibas tu paquete en casa entregado por un repartidor que ha sido guiado por sistemas de optimización de rutas alimentados por IA como la que usa OptimoRoute, que calculan en tiempo real el tráfico y las variables de entrega para garantizar la puntualidad y reducir el consumo de combustible de los vehículos.

Y así, mientras recuerdas que te has olvidado de pedir que te lo entregaran ya envuelto en papel de regalo, se completa un ciclo que, aunque impulsado por la tecnología, se siente profundamente humano, gracias a la intervención invisible pero omnipresente de la inteligencia artificial.

Aunque en este relato he mencionado muchos servicios dispares, empresas como Amazon han puesto a la IA en el mismo ADN de todos sus procesos, desde la selección de inventario, automatización, recomendaciones de productos, análisis de sentimiento, logística, gestión de bodega, etc.; lo que se traduce no solo en una experiencia de compra que hace 10 años parecía imposible sino una optimización que se traduce en menos gastos y ahorros sustanciales.

Es cierto que nos enfocamos mucho en la IA generativa, pero este Black Friday, cuando recibas ese antojo en el que llevas pensando todo el año, recuerda que la IA ha jugado un papel esencial en esa satisfacción que estás sintiendo y que lo hace de una forma tan natural e integrada en nuestro día a día que resulta invisible, pero que ha venido para garantizar que podamos dedicar menos tiempo a enfocarnos en detalles que otrora eran fuentes de estrés y a dedicarnos a lo que de verdad importa: sacar el haba del roscón de Reyes y confirmar que, tras el pedazo de regalo que has hecho, eres, sin duda, el rey o la reina del día.

 


Con un trasfondo en Psicología y Diseño Gráfico, Daniel Sáenz (LinkedIn) ha tenido una carrera de 15 años en desarrollo de software siendo actualmente creative technologist en VMLY&R dónde durante los últimos 7 años se ha enfocado en Innovación enfocada en Customer Experience. Durante la última década ha producido aplicaciones, sitios web, videojuegos, soluciones centradas en blockchain e IA, experiencias es VR, AR y metaverso para clientes como Coca Cola, Fiat, Bayer, Telefonica, Microsoft, LG, Tinder, BAT, Movistar y Burger King entre otros lo que le ha hecho merecedor de diversos reconocimientos.