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Europa es el lugar perfecto para construir el futuro que queremos y salir de la 'permacrisis'

1 de cada 3 europeos abandonaría la región en el futuro para tener una vida mejor, donde el dato se incrementa hasta el 43% en la Generación Z, 42% de los Millennials y 48% de las minorías. La posibilidad solo es contemplada por el 18% de los mayores de 55 años

McCann Worldgroup lanzó ayer en primicia para Europa su estudio "The Truth About New Europe", el cual revela que, entre otros aprendizajes y tras varios años de "permacrisis", 1 de cada 3 europeos afirma que "en el futuro, es probable que tenga que irme de Europa para tener una vida mejor".

Para los más jóvenes, un futuro europeo se vislumbra complicado, y 3 de cada 4 europeos consideran que las marcas y empresas “deberían desempeñar un papel más relevante para lograr la unidad de Europa” El estudio revela también puntos calientes para la innovación e inversiones futuras, señalando a la Sostenibilidad, Ciencia, Tecnología y Energía, como factores clave para el éxito futuro de la región.

Desarrollado en colaboración con McCann Worlgroup Truth Central, la unidad de inteligencia global del grupo, el estudio se elaboró sobre más de 27.000 entrevistas a ciudadanos europeos, realizadas en dos oleadas, realizadas a una amplia gama de expertos. La investigación se llevó a cabo en 16 mercados, entre ellos: España, Reino Unido, Francia, Alemania, Polonia, Países Bajos, Suecia, Finlandia, Turquía e Italia.

Los datos del estudio son de gran alcance y reflejan las esperanzas, los temores y las expectativas de los europeos en áreas tan diversas como la atención sanitaria, la tecnología, la cultura y el clima. Comparados con los datos del estudio de 2018, los nuevos hallazgos revelan cambios importantes en los últimos 5 años.

El impacto de la “permacrisis”

Tras un largo periodo de "permacrisis", las principales preocupaciones de los europeos han cambiado notablemente:

  • El cambio climático: el 36% de los europeos afirma que esta es su mayor preocupación, frente al 20% en 2018, y superando por primera vez al terrorismo
  • Creciente desigualdad económica: la creciente brecha entre ricos y pobres representa la mayor amenaza para la cohesión social, por encima de las desigualdades basadas en género, etnia o edad (a 1 de cada 2 europeos le preocupa poder asegurar el suficiente sustento para su hogar)
  • La desigualdad social es la tercera preocupación de los españoles, el segundo lugar de la región (25%), por detrás de Turquía (31%)
  • Nueva guerra: tras el estallido del conflicto en Ucrania, la preocupación por una nueva guerra ha aumentado: del 24% hace cinco años, al 33% en la actualidad. Los 5 países que encabezan esa creencia son, por orden: Suecia, Portugal, España, Finlandia y Alemani

Razones para el orgullo y el optimismo

El estudio también revela que existen muchas razones para el optimismo, e identifica puntos calientes para la innovación y la inversión futuras:

  • Los derechos humanos son el #1 ámbito en el que los ciudadanos esperan que Europa lidere el mundo en el futuro, por delante de la sanidad, la educación y la democracia.
  • España percibe actualmente la sanidad, la educación y la democracia bajo amenaza, pero la UE juega un papel fundamental para asegurarle su funcionamiento bajo altos estándares. Europa es percibida como una red de seguridad geopolítica que cuenta con una confianza incalculable.
  • Las áreas clave para la inversión son: tecnología, energía, sostenibilidad, salud y bienestar. Ante una lista de posibles innovaciones futuras, la primera a la que los europeos desearían tener acceso es "una píldora que detenga el proceso de envejecimiento", por encima de los coches autónomos, robots de cocina o dispositivos para comunicación por holograma. En su vida cotidiana, la primer área en la que los europeos desearían tener más orientación es en "vida sostenible", seleccionada por 1 de cada 3 encuestados.
  • Un sistema sanitario europeo es el servicio regional más deseado por los europeos, por encima incluso de un pasaporte europeo o una fuerza militar europea.

Tecnología: filias y fobias

Los europeos tienen una relación ambivalente con la tecnología:

  • 1 de cada 2 encuestados considera que la tecnología es clave para liberar todo nuestro potencial (aunque el 62% considera que su trabajo es demasiado complicado para que lo realice correctamente un robot)
  • Los españoles nunca antes habían sido tan conscientes de la necesidad de la tecnología para construir un futuro más próspero (+6 puntos desde 2018), aunque al mismo tiempo, y demostrando una gran dicotomía, la queremos cada vez menos en nuestra vida privada
  • El Reino Unido tiene el mayor sentimiento de optimismo hacia la tecnología, donde 3 de cada 4 encuestados afirman que "los beneficios potenciales de la tecnología superan cualquier riesgo conocido"
  • El 65% de los europeos concuerdan en que "si todos abandonásemos mañana las redes sociales, el mundo sería un lugar mejor", porcentaje que se eleva al 71% en el Reino Unido y al 74% en Francia

Nuevas oportunidades: Una Europa unida con cooperación en los negocios y la innovación

Las compañías de éxito desempeñarán un papel de liderazgo, algo que los consumidores no solo esperan sino que desean por parte de las marcas y empresas.

  •  3 de cada 4 europeos considera que "las marcas y las compañías deberían desempeñar un papel más importante de cara a la unidad de Europa".
  • El 83% de los europeos opina que el éxito futuro de las compañía se basará más en la cooperación, que en la competencia.
  • Asimismo, 1 de cada 3 encuestados sostiene que la UE debería financiar más investigación e innovación, frente a 1 de cada 4 que así lo creían en 2018.

Valores europeos: Marcas y empresas a examen

Las marcas tienen un papel clave que desempeñar a la hora de apelar a los sólidos valores europeos: libertad, educación, sanidad, igualdad y justicia:

  • El 90 % de los europeos considera que los líderes empresariales deberían ser tan responsables ante la opinión pública, como los líderes políticos. Nunca antes el comportamiento empresarial ha estado tan sometido a escrutinio, ni ha sido tan crucial para el éxito de las compañías.
  • El 69% de los europeos cree que es más importante trabajar por el bien común, que por el beneficio individual, porcentaje que se eleva al 80% en Irlanda, España y el Reino Unido.
  • El 73% de los europeos –y 83% de españoles– sostienen que las marcas deberían desempeñar un rol más relevante para mantener a Europa unida.

"Nuestro estudio ‘The Truth About New Europe’ ofrece una historia mucho más rica que los titulares que habitualmente leemos. Muestra claramente el impacto de los acontecimientos que nos han sacudido en los últimos años, pero también, de forma alentadora, las oportunidades que tienen las marcas y las empresas de ser un elemento positivo en la configuración de nuestra región en el futuro. Gracias a un profundo entendimiento de la mentalidad del consumidor en cada mercado y de las áreas específicas de crecimiento e innovación, se constituye en una gran herramienta que los clientes pueden utilizar para preparar el futuro de sus marcas y negocios", comentaba Fernando Fascioli, presidente de McCann Worldgroup Europa y Reino Unido.

Por su parte, Marina Specht, CEO de McCann Worldgroup España, explicaba: “Los hallazgos de este nuevo macro estudio del Grupo arrojan valiosos insights sobre los cambios en el consumidor europeo, con claras implicaciones para las empresas y las marcas. Como expertos en transformación de negocio, resulta realmente emocionante tener la oportunidad de compartir estos hallazgos con las marcas, y asumir el desafío de acompañarles en esta transición hacia la nueva Europa, intentando jugar con la magia de las ideas para encontrar las soluciones creativamente más eficaces a sus problemas de negocio, y seguir construyendo entre todos un futuro próspero para la región”.

A lo que Dr. Rodney Collins, vicepresidente ejecutivo y director de Truth Central, añadía: "Aunque puede resultar tentador encogerse de hombros ante la avalancha de retos a los que se enfrenta Europa, los ciudadanos europeos y los líderes de todos los sectores no solo son optimistas, sino que están comprometidos con la generación de un nuevo futuro. Los europeos no solo están preparados para ser resilientes, sino que también esperan que la región lidere la escena mundial en todos los ámbitos, desde los derechos humanos hasta la economía circular o la sanidad. Por supuesto, esto exigirá transformaciones en la mano de obra, el entorno normativo y los ecosistemas de colaboración. Todo el mundo tendrá que dar un paso adelante y adoptar una mentalidad creativamente radical para trazar un futuro más equitativo y sostenible".

Mesa redonda 

Tras la presentación del estudio, tuvo lugar una mesa de debate, moderada por el director de El Confidencial, Nacho Cardero, en la que participaron Elena Pisonero, fundadora de Relathia y consejera independiente y experta en temas políticos y macroeconómicos; Sofía Rodríguez-Sahagun, global head of marketing, digital sales & behavioural economics de Bbva; Carina Szpilka, co-fundadora de  Kfund, consejera Independiente y presidenta de Adigital; y Marina Specht, CEO de McCann Worldgroup.

Entre los principales insights extraídos del encuentro, destacaba la importancia de la resistencia de las compañías, desde los equipos y la comunicación, hasta la innovación y el balance empresarial. “Las empresas tienen que adaptarse, están obligadas a tener una visión optimista y ver las oportunidades a los problemas”, comenzaba Pisonero. En línea, se hacía referencia a cómo crece Europa, que lo hace de forma más lenta que en otros lugares como Estados Unidos porque tiene menos que invertir en construir, en el sentido de que Europa goza de buena cultura, lugares, personas. Pero lo cierto es que tiene que esforzarse por avanzar más y se está poniendo ‘las pilas’. “Solo se tiene miedo a perder cuando se tiene algo”, manifestaba Pisonero, haciendo referencia a que Europa es la zona más rica del mundo y debe preservar esa riqueza.

Los dos años de pandemia han supuesto un gran avance para la digitalización del país, algo que hubiese tardado unos ocho años en construirse y donde el ciudadano cambió de forma radical. En este sentido, se hacía referencia a cómo antes los cambios en los hábitos de consumo se producían de media entre 8 y 10 meses y, ahora, en tres meses hay cambios en muchos aspectos, no solo en actitudes, sino también en redes sociales, plataformas, lenguajes, etc. Las empresas deben tener la capacidad de adaptarse a estos cambios de forma constante, tiene que existir dicha agilidad y tener capacidad para resolver problemas y adelantarse a ellos para ofrecer un valor a la sociedad. Es sabido que en la actualidad, la sociedad confía más en que las marcas resuelvan los problemas cotidianos más que cualquier político. Y, por tanto, si hay reglas que no sirven, estas tendrán que crear unas nuevas. En la charla, se hacía referencia que es necesario destruir o reinventar el capitalismo a favor del bienestar social.

La educación también tomaba parte de la conversación en la mesa, siendo una de las primeras claves para que las sociedad pueda imaginar un futuro mejor y construirlo. El problema es que las empresas tienen el dilema de no crecer lo suficiente, pues hacen falta más líderes atrevidos que den ejemplo y no solo digan que están haciendo X cosa, sino que se demuestre. “El consumidor tarda 3 segundos en darse cuenta de si algo no es verdadero”, destacaba Marina Specht. El reto del liderazgo es complejo, pues en la actualidad todavía está todo por hacer. “Hay que recomponer y dar respuestas a los problemas de los que nadie se ocupa. Las empresas tienen (y deben tener) un compromiso fundamental para ver de qué manera cambiamos a favor de dar una buena respuesta a lo que la sociedad demandan. Si actualmente no aportan, la sociedad las aparta. Las empresas deben construir el futuro sin tener miedo a la tecnología”, apostaba Pisonero.

Respecto a la sostenibilidad, los expertos consideran que existe una gran incoherencia entre lo que se exige y lo que realmente se hace con el consumo. “La gente no está trabajando en esta dirección y las empresas deberían integrar la sostenibilidad en el negocio pero de una manera real y, después, presentarla a los consumidores”, explicaba Carolina Szpilka. En la actualidad, la primera preocupación para los europeos es el cambio climático, a pesar de la crisis económica y social actual (una gran mayoría tiene miedo a no poder comer o no poder dar alimento a la familia). Pocas compañías practican el modelo de economía circular de forma real y veraz, pero se verán obligadas a hacerlo cuando entre en reglamento la nueva normativa, dando un giro que cambie los modelos de negocio. Esto tendrá un gran impacto en las marcas y su futuro, con costes de varios tipos, consecuentemente.

Como colofón al evento, se hacía hincapié en que hay que construir un mundo mejor para retener el talento joven, a la Generación Z, creando un entorno para que los nómadas digitales puedan trabajar e interesarse en, Europa y, en concreto, en Madrid, mejorando sistemas como la educación o la libertad.

“Ayudemos a construir un mundo mejor para que los jóvenes de ahora sean los líderes del siglo XXI, tenemos la oportunidad de construir el mundo que quieren los clientes en el futuro. La intención no es presentarse como una empresa ‘cool’, sino que hay que entender los problemas y dar soluciones satisfactorias a temas como el medio ambiente y otras preocupaciones de la sociedad”, desarrollaba Elena Pisonero. La tecnología es la solución y no el problema para poner finalmente a las personas en el centro de cualquier estrategia. “Hay que ser pioneros y explotar lo que llevamos dentro, todos podemos ayudar a construir un mundo mejor”, aseguraba Sofía Rodríguez-Sahagun. A lo que Pisonero, añadía: “No nos dejemos condicionar, vayamos a por ello. No existen las esperas, hay que responder. Para esta tortilla, hay que romper bastantes huevos”.