Un nuevo estudio sobre sobre la huella de carbono digital del marketing de influencers desvela que una figura con 3 millones de seguidores podría estar generando hasta 1072 toneladas de CO2e al año
En un mundo en el que los influencers ocupan un lugar central en las estrategias de las empresas, cada vez se les escruta más por su consideración de las cuestiones medioambientales. Los críticos se muestran especialmente firmes con sus impactos directos (como sus hábitos personales de viaje y consumo) o indirectos (sobre todo los hábitos de consumo que fomentan). Sin embargo, un aspecto que aún no se ha abordado es el de la contaminación generada por su actividad principal: la creación y publicación de contenidos en las redes sociales para generar compromiso.
Un nuevo estudio realizado por Footsprint, unidad de negocio del Grupo Labelium, y 1000heads, compañía adquirida por Grupo Labelium en 2022, se ha centrado por primera vez en el impacto medioambiental asociado a la actividad en las redes sociales de los influencers, creadores de contenidos y, más en general, personas que reúnen e influyen en una gran comunidad digital, especialmente a través de colaboraciones (remuneradas o no). El objetivo del estudio es concienciar sobre los impactos tangibles asociados a la actividad digital de los influencers, mucho más allá de su huella física.
Para este estudio, han seleccionado a una influencer anónima a la que han denominado “Clara”, que es seguida por más de 3 millones de personas en YouTube, TikTok e Instagram. Según la metodología de medición de Footsprint, el impacto de carbono de la creación y visualización de contenidos de “Clara” durante un año podría alcanzar las 1072 toneladas de CO2e, equivalentes a 9 viajes de ida y vuelta entre París y Nueva York por semana. El estudio demuestra que la huella de carbono de “Clara” es una responsabilidad colectiva que requiere el compromiso de todas las partes interesadas hacia un enfoque sobrio, incluidos influencers y anunciantes, pero también usuarios y agencias.
Más allá de la responsabilidad, el estudio se centra en la oportunidad de negocio de la influencer, en que la eficiencia del carbono se concilia con el rendimiento de los medios de comunicación. Incluye puntos de referencia de ambos colaboradores que destacan el impacto positivo de seguir las mejores prácticas de sostenibilidad digital en el rendimiento orgánico y de los medios, tanto para los influencers como para los anunciantes.
Esta observación plantea la siguiente pregunta: ¿cuáles son las funciones de las distintas partes interesadas en la transición hacia una influencia responsable, y cómo se puede actuar hoy protegiendo al mismo tiempo el rendimiento de los medios de comunicación? ¿Cuáles son las buenas prácticas que pueden maximizar el potencial de reducción de emisiones?
Según Grupo Labelium, las buenas prácticas que se pueden seguir son las siguientes:
- Minimizar la duración de los contenidos de vídeo siguiendo buenas prácticas para maximizar el compromiso
- Comprimir los vídeos sin afectar a la calidad percibida
- Prolongar la vida útil del contenido para maximizar el impacto del formato corto
- Dar prioridad a la conexión Wi-Fi frente a los datos móviles
- Utilizar los modos de datos bajos disponibles en la configuración de la aplicación
“La principal responsabilidad de los influencers, los anunciantes y las agencias será implantar un sistema de medición para integrar estas emisiones en sus respectivas huellas de carbono. En un mundo en el que los usuarios exigen compromisos de publicidad responsable, no cabe duda de que los influencers pronto se integrarán en ellas. Más allá de la obligación moral, se trata finalmente y sobre todo, de una oportunidad para que estos actores refuercen su concienciación ante su público objetivo al tiempo que maximizan su rendimiento”, destaca Borja Pequera, managing director de Labelium España.