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AFCYA pide un ‘mejor final’ para las botas del Camino de Santiago

La Asociación de fabricantes de calzado de Aragón, en colaboración con el Ayuntamiento de Finisterre, se ha propuesto acabar con este falso ritual de quemarlas y esparcir sus cenizas por el mar

Por el Cabo Finisterre pasan a diario miles de personas, especialmente turistas y peregrinos llegados de diferentes partes del mundo, que, después de muchos días y todavía más kilometraje en sus pies, alcanzan al fin la última etapa de su gesta. Un trayecto cargado de experiencias, que en muchas ocasiones va ligado a promesas y retos personales: desde el que decidió dejar el tabaco hasta quién rinde homenaje a un ser querido. Y es que el Camino de Santiago si algo tiene es un alto componente físico pero también emocional. Por eso, cuando muchos de los caminantes alcanzan ese kilómetro 0.0, encuentran en él, además del idílico paisaje del ‘fin de la tierra’, la liberación del objetivo conseguido.

Son muchas las historias que se entrecruzan en un mismo espacio y también diferentes las formas de dejar constancia de ese reto cumplido: unos miran al cielo, otros hacen una videollamada… pero desgraciadamente, todavía son muchos los que sienten la necesidad de dejar vestigios de su paso por allí: palos, conchas, fotos, recuerdos… pero sobre todo sus botas o restos de ellas. Porque hay quien todavía cree que quemarlas y esparcir sus cenizas por el mar obedece a un ritual ancestral de la cultura jacobea.

Un despropósito que amenaza el entorno natural (raro es el año que no acuden los bomberos a sofocar conatos de incendio) y al que curiosamente han decidido poner fin unos zapateros: la Asociación de Fabricantes de Calzado de Aragón, por cuyas tierras discurre también parte del Camino. Y es que la lucha contra el fuego empieza por pequeños gestos como éste, y precisamente en la Comarca aragonesa del Aranda lo saben: en el último año han visto arder miles de hectáreas de sus montes y dos de sus fábricas de zapatos más importantes.

Por eso han decidido donar un par de zapatos nuevos a cada peregrino que decida no quemar sus viejas botas y depositarlas en un colector habilitado junto al mojón del km 0.0. Además de estrenar calzado, los participantes recibirán en casa un bolsita con unas cenizas simbólicas de sus botas, a partir de los restos reciclados de éstas, para su gesta siga siendo eterna pero mucho más sostenible.

“Este último año hemos visto arder miles de pares en dos de nuestras fábricas, y precisamente no entendíamos cómo a día de hoy, muchos de esos peregrinos que pasan por tierras aragonesas siguen quemando sus botas al llegar al final del Camino”, asegura Jaime Forcén, Secretario de AFCYA.

La campaña ‘Buen camino, mejor final’, de la mano de Yerno y en la que han colaborado empresas locales como Insertega (gestión de residuos textiles), el Hotel O Semáforo de Fisterra y el propio ayuntamiento, ha generado una gran expectación y una importante sinergia entre ambas tierras, unidos por un bien común: erradicar un falso ritual y la constante amenaza de incendio.

Actualmente cuenta con más de 130.000 visualizaciones en Youtube y una gran presencia en medios de comunicación locales (gallegos y aragoneses) pero también en naciones: El País, Telecinco, Cuatro, Cadena SER, RNE, etc.

Gracias a la notoriedad que le está generando la campaña “Buen Camino, mejor final” a la asociación, desde 3dids.com se ha emprendido una acción de social selling a través de Linkedin, con la que se ha conseguido captar nuevas marcas de calzado, tanto españolas como internacionales, que quieren trabajar con las empresas de la comarca del Aranda.

 

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