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Intimina da visibilidad y conciencia sobre la pobreza menstrual que se sufre en Kenia

Durante el primer mes de la campaña ‘The Menstrual Gap’, cada vez que se comparta el cortometraje, la marca donará un euro a la ONG Save a Girl Save a Generation

A día de hoy, más de 500 millones de mujeres y niñas en el mundo, incluido España, viven sin tener cubiertas sus necesidades básicas de higiene íntima. Para concienciar sobre esta situación, Intimina se vuelve a unir a la ONG Save a Girl Save a Generation para presentar su proyecto más social: el documental The Menstrual Gap (La brecha menstrual).

Se trata de un corto documental de 13 minutos de duración en el que se reivindica la desigualdad a la que se ven sometidas las mujeres en muchas zonas del mundo por el hecho de tener la regla y el alto precio que a menudo tienen que pagar para poder sobrellevarlo.

En el caso de Kenia, el 65% de las mujeres no tienen acceso a productos de higiene menstrual, ya sea porque no se los pueden permitir o porque desconocen de su existencia. En un país donde acceder a este tipo de productos es un lujo, muchas chicas se ven obligadas a dejar sus estudios, aceptar matrimonios forzados, e incluso recurrir a la prostitución. De hecho, el 10% de las chicas adolescentes de este país han mantenido relaciones sexuales para poder conseguir productos para la regla. Además, la falta de estos productos a menudo provoca infecciones o absentismo escolar: las niñas no quieren ir al colegio porque les da vergüenza que los demás sepan que sangran esos días.

The Menstrual Gap tiene lugar en Kibera, uno de los suburbios o slums más grandes de Kenia y del mundo. A través de un viaje en su día a día, Toma, la protagonista, muestra en el documental las dificultades a las que se enfrentan las chicas adolescentes en Kenia y en muchas partes del mundo simplemente por el hecho de menstruar. Y junto al equipo de Intimina y Save a Girl Save a Generation, recorren un nuevo camino en busca de una justicia menstrual.

Durante la presentación del documental, también ha habido espacio para un coloquio en el que han participado Hayat Traspas, co-fundadora de Save a Girl Save a Generation, Laura Labrador, maestra y activista menstrual, e Irene Aterido, experta en ciclo menstrual de Intimina, y se ha debatido sobre la urgencia de la situación y las medidas necesarias para combatirla. Por su parte, Hayat Traspas, co-fundadora de Save a Girl Save a Generation, señala que “el taboo existente alrededor de la menstruación, el coste elevado de productos menstruales y la pobreza amenazan el presente y el futuro de muchas mujeres y adolescentes”.

“Uno de los objetivos de Intimina es acabar con la pobreza menstrual. Con campañas de sensibilización y de educación menstrual como esta, nos aseguramos de que estas niñas y mujeres obtengan información y conocimientos adecuados sobre la gestión de su salud menstrual, y acceso a productos de higiene femenina de calidad.” afirma Pilar Ruiz, responsable de comunicación de Intimina en España.

Para ampliar el impacto de la acción y contribuir aún más a la lucha contra la pobreza menstrual, durante el primer mes, cada vez que se comparta el cortometraje, Intimina donará un euro a la ONG Save a Girl Save a Generation.

 

¿Cómo contribuyen las copas menstruales a luchar contra la pobreza menstrual?

Las copas menstruales ayudan a mejorar la accesibilidad a soluciones higiénicas para la regla de una forma segura, económica y responsable con el medio ambiente. Entre las principales ventajas respecto a otros métodos se encuentran:

  • Ahorro económico: Una copa menstrual puede durar hasta 10 años, minimizando en un 75% los gastos en el cuidado de la regla
  • Mayor comodidad: No suponen ninguna molestia y puede utilizarse hasta 8 horas sin vaciarla
  • Mayor seguridad: Las copas menstruales son una opción saludable porque están hechas de silicona de grado médico, un material hipoalergénico no poroso que previene el crecimiento bacteriano, por lo que en lugares con mucha humedad o calor, evita la proliferación de infecciones
  • Más sostenibles: al ser reutilizables, permiten reducir los residuos menstruales y marcar una gran diferencia a nivel medioambiental