Diana Cortecero, directora de cuentas en Comco Comunicación
La actualidad de estos días nos deja dos ejemplos de que, aunque comparecer frente a los medios no siempre es fácil, hay algunas cualidades que marcan la diferencia en un portavoz cuando da declaraciones a prensa.
Uno de ellos es la anécdota que protagonizó la actriz americana Gillian Anderson este domingo en la ceremonia de entrega de los Premios Emmy. Tras alzarse con el reconocimiento a “Mejor Actriz Secundaria” por su interpretación en “The Crown”, una periodista le preguntó si había tenido la oportunidad de hablar con Margaret Thatcher para preparar su papel. Teniendo en cuenta que la mandataria británica falleció en 2013 – seis años antes de que Anderson fuera elegida para la serie de Netflix – la pregunta resultó cuando menos desconcertante. Sin embargo, la actriz de “The Crown”, lejos de hacer notar el error de la periodista, contestó simplemente que no y continuó su comparecencia con total naturalidad. Una elegantísima respuesta muy aplaudida en prensa y redes sociales.
Mientras tanto en España, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, hacía el lunes unas polémicas declaraciones en Canal Sur Radio describiendo el estallido del volcán en La Palma como un “espectáculo maravilloso” y un “reclamo turístico”. Tras recibir numerosas críticas, la ministra matizó sus palabras solo unas horas más tarde, disculpándose y solidarizándose con los habitantes de la isla afectados por la erupción. Aunque las declaraciones de Maroto no fueron nada acertadas, no suele ser habitual que los portavoces -especialmente en el ámbito político- reconozcan sus errores, por lo que es un gesto a valorar.
Ambos casos son una muestra de algunas de las características que los asesores de comunicación más insistimos en trabajar de cara a las comparecencias de prensa: rapidez de reacción, humildad para reconocer errores o asumir que no se tiene la información y respeto por el interlocutor. La ministra hizo bueno el dicho “rectificar es de sabios”; la actriz Gillian Anderson supo capear una de esas preguntas que son todo un “Expediente X”.
Fotografía: Getty Images - Gareth Cattermole