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Errores y aciertos a la hora de comunicar

Por Reyes González

Enhorabuena, has creado tu empresa. De momento la conocen tus amigos y familiares, los de tu equipo y, quizá, también algún inversor. Por fin puedes ofrecer al mundo lo que estaba buscando. El tuyo es un servicio nuevo, único, exclusivo e imprescindible. Tienes la inversión, la logística, el equipo, el saber hacer; y al personal de ventas calentando motores en la barra americana. Ha llegado el momento de darse a conocer. Debería ser fácil, ¿no? Eres único, nadie hace lo que hace tu marca, como lo hace tu marca... Nadie más cuenta con tu equipo. Nadie más es como tú. Sí, eres distinto, original; asi que algo tendrás que contar.

Todo esto es cierto. Sin embargo, no debemos perder de vista que el ecosistema emprendedor está ahora mismo plagado de iniciativas y proyectos incipientes.  Si bien nuestra estrella es única, brilla en un firmamento repleto de otras similares.

El primer ejercicio que debemos hacer a la hora de comunicar es un examen crítico; por decirlo de algún modo, un examen de conciencia. ¿Dónde nos posicionamos? ¿Cuál es nuestro público? ¿Qué queremos destacar de nuestro producto o servicio? Construir los mensajes con precisión es el primer paso a la hora de comunicar. Tu empresa ha definido claramente su sector de actuación, su actividad, su imagen corporativa, sus logos y colores. ¿Cómo deberían ser sus mensajes?
Pocos, claros y concisos. Ante todo, realismo. Hay que tener muy claro qué es lo que queremos contar.

En ese sentido hay diversos elementos a tener en cuenta. Primero, cada palabra cuenta. ¿Somos una app o una plataforma? ¿Tenemos un neumático exclusivo o una patente exclusiva en la manera de construir dicho neumático? ¿Qué aporta realmente nuestra marca para el público? ¿Y para las marcas o para otros negocios?

Del mismo modo que adecuamos nuestras palabras a la realidad, debemos adaptarnos a la audiencia. No es lo mismo decirle a un usuario que gracias a nuestra app podrán seguir los resultados de la campaña en tiempo real, que decírselo a una marca. Al usuario le importa un pito y, sin embargo, para la marca es una información vital.

Por otro lado hay que restringir el número de portavoces. Cuantos más seamos emitiendo mensajes, más riesgo tenemos de que estos se crucen o de que se produzca un fenómenos de “teléfono escacharrado”. Es muy importante que los portavoces sean tan pocos como sea posible y que tengan perfectamente identificados los mensajes.

También es muy importante conocer muy bien el punto en que nos situamos dentro del ecosistema. ¿Hasta qué punto somos únicos? Somos los únicos en hacer lo que hacemos o somos los únicos en hacer lo que hacemos como lo hacemos? ¿Qué nos define? Puede ser la calidad, el precio, la innovación... o una combinación de factores. Por eso es imprescindible conocer bien nuestra propuesta de valor y su calado. Hay un viejo dicho, atribuido a Luis XIV en el momento en que invitó graciosamente a la nobleza francesa en Versailles, que reza: “ten cerca a tus amigos, pero aún más cerca a tus enemigos”. O lo que es lo mismo, conoce a tu competencia y sigue de cerca lo que esté haciendo.

Hay enunciados que pueden hacer más mal que bien. Decir “somos los mejores”, si es cierto, es notorio. Pero somos los mejores o los líderes o los números uno; ¿de la ciudad?, ¿del país?, ¿de la industria?, ¿del mundo? Cuidado con esto.

Explota todos los enfoques de comunicación. Ninguna empresa es interesante desde un único punto de vista. Pongamos que tenemos una plataforma, una app, que identifica los elementos que aparecen en una película: actores, coches, lugares, objetos... Que sea una especie de “Shazam” del mundo del cine. ¿Qué sería esta plataforma? ¿Una app y ya está? Tenemos un enfoque tecnológico muy válido, sin duda. Pero no el único. Es una empresa nueva, por lo tanto, tiene interés para los medios vinculados con las startups. Ahí tenemos un segundo enfoque, el del emprendimiento. Ah, pero además esta aplicación identifica elementos de películas y series.

Tercer enfoque, la cultura; más concretamente, el cine. No acaba ahí, pongamos que además podemos comprar elementos, viajes, coches, las prendas de los personajes... a través de dicha plataforma. Ahí hay un cuarto enfoque, el E-commerce. (Por cierto, la plataforma existe, se llama Touchvie).

Utiliza los canales de la manera adecuada. Las redes sociales pueden convertirse en un canal de venta eficaz, como en el caso de Hawkers. Pero muchos lo han intentado y pocos lo han conseguido. Hay otros propósitos mucho sencillos y viables para este canal, por ejemplo, la comunicación directa con los clientes. En primer lugar te permitirá conocer perfectamente a tu base de usuarios, permitiéndote si fuera necesario, ajustar el tono a tus mensajes. Además, te permitirá obtener respuestas a preguntas importantes. ¿Qué necesitan mis usuarios? ¿Qué les gusta de mi idea, propuesta, marca? ¿Qué fallos está teniendo tu software? ¿Cuáles de tus correas les gustan más?, ¿por qué las amarillas se venden peor? Y a un coste muy bajo.



Reyes González (@reyesgonzalezga) es consejera delegada de la agencia RG Together (rgtogether), consultora de comunicación especialmente enfocada al mundo de las startups. Licenciada en Empresariales y Marketing, está especializada en el mundo de la comunicación y los contenidos y ha forjado su experiencia y carrera profesional en empresas como Telefónica o Grupo HIBU, entre otras, principalmente como responsable de comunicación y PR de la marca Páginas Amarillas para España y LATAM, un cargo que ocupó durante más de 13 años antes de poner en marcha su propia empresa.