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Pirata antipop

Por Nicolás Landauro Constanzo, redactor BBDO Chile

Me pueden decir inadaptado, un pirata, antipop, anarko surrealista o que soy un simple bípedo que se toma la vida con un café cargado. No tengo idea, pero creo que eso hace que esté feliz de escribir experiencias y relatos como este y no los infumables “Ocho tips para mejorar el engagement a través del Social Media” o los clásicos “Desnudando la mente del consumidor 2.0” (Con todo el respeto del mundo a los que lo hacen).


[Propongo que esta cruda columna la acompañe de Rage Against The Machine, el disco que usted quiera para ver si nos conectamos de mejor forma]


Asumo que tengo serios problemas con la moda y las tendencias que día a día alimentan el muro de Facebook o Instagram. No me creo el cuento de los mentoring, los influencer´s, CEO`s y los cargos rimbombantes en Linkedin, no… no me creo esos cuentos, ¡fanfarruchas!
Este último tiempo aprendí de la simpleza de la vida.
Creo mucho en la honestidad de los que buscan salvar el día a día con su venta ambulante.
Creo ciegamente en ese niño porfiado y enamorado que después de un “¡no!”, se queda sentado frente al mar un buen rato con la esquiva esperanza de que ella volverá, aunque sea por lástima.
Amo la honestidad del abrazo feliz de un ebrio, ese que se acaba de enterar que será padre.
Soy de los que creen que la improvisación en una presentación frente a cliente, tiene más glamour y es más linda que una modelo de Victoria Secret.
Soy de los que cree, aunque no crea en nada.

Jamás en mi vida he logrado desarrollar algo realmente interesante diciendo “me voy a sentar a pensar”, como les comenté, tengo terroríficos problemas con la estructura y las metodologías organizacionales. Y cuando lo he hecho… nada, sin comentarios.

La gran idea creativa, (al menos para mí) siempre sale cuando me desconecto de la agencia, cuando improviso alguna junta con un amigo o esa persona especial. Nace cuando me atrevo a caminar por calles distintas todos los días aún sabiendo que quizás me demoraré más, incluso y más de alguno le pasará también… cuando duermo.

La gran idea nace cuando escucho a los Ramones y después a Wu-Tang Clan.
La gran idea es un chispazo que llega sin avisar y se toma tu cerebro como la última canción de Residente y Bad Bunny.
La gran idea es algo casual, por eso cuesta tanto repetirla, pero lo que sí tengo claro, es que mientras a más momentos de desconexión me exponga, mayor es la posibilidad de que se me prenda la ampolleta.

Por eso creo que la vida debe ser mucho más simple, y que no necesitamos variables externas al cuerpo para disfrutar plenamente de ella y la creatividad.
Contamos con infinitas formas de desconectarnos de la realidad de un brief. Creo que una pena de amor, enseña más que un MBA.

Aprendí que como creativos necesitamos profundas y cristalinas libertades.
Libertades que me hagan vivir atento a lo que pase en un par de segundos más.
Libertades que hagan mantenerme despierto cada vez que estoy soñando.
Libertades que me hagan pensar, interpretar y conocer otra realidad.

Aquí y en la calle, ¡todo es cancha! Cualquier sombra sirve para esquivar el sol  que arde, todas las murallas son blancas y están a la espera de una acción poética. Somos justificadamente un área profesional donde la locura está permitida, donde está permitido que 2+2 sea un pez y 1+1 una flecha, eso somos, locura… bueno al menos eso creemos ser.

 

Nico Landauro Constanzo es un publicitario chileno que actualmente forma parte de BBDO Chile
Mención en Marketing y Licenciado en Comunicación por la UNAB, es igualmente diplomado en Marketing Social y Responsabilidad Social Empresarial por la PUC y Máster en Gestión Educacional por IEDE.
Académico, escritor y columnista. Twitter e Instagram: @xvnelc