Retirarse en lo más alto, casi un imposible

por José Arribas

Cuentan los vientos del Sur que, en una tierra olvidada por los mapas y los imperios, existe un lugar invisible a los ojos de los necios. Ningún rey lo gobierna. Ninguna torre domina su cielo. Un rincón desde donde parten las flechas más certeras del mundo: ideas que no piden permiso para entrar en los corazones.

Un día, un joven caminante llegó al pie de un valle. No portaba oro, ni títulos, ni espada. Tan solo un cuaderno y un lápiz. Había cruzado mares de ruido y páramos de banalidades. Había trabajado para gigantes de piedra con voz hueca, en reinos donde se premia más el eco que la propia voz.

Estaba agotado, cuando el aire del valle le acarició susurrándole: “Detente”.

- ¿Quién eres? – preguntó una voz que resonaba en todas partes.

- Solo un buscador de sentido- respondió.

La tierra se abrió sin temblar y lo dejó pasar. Dentro, encontró un círculo de hombres y mujeres. No vestían túnicas, ni llevaban báculos. Eran jóvenes y viejos al mismo tiempo, con tinta en las manos y fuego en los ojos.

Uno de ellos le habló:

Este es el Pacto del Eco: No decimos lo que otros dicen. No repetimos lo que otros gritan. Aquí, cada idea nace de una pregunta verdadera.

¿Y si fallo?

Fallarás. Y luego volverás a intentarlo. Aquí nadie teme al vacío, porque lo usamos para crear y crecer.

Lo acogieron. Y así el joven, ya viejo, ya sabio, demostró que la creatividad es un arma más afilada que cualquier hacha.

Tiempo después el sabio, ya viejo, ya joven, volvió al mundo, dejando en aquellas tierras, en aquel valle, un pequeño legado, que elevarán y harán más grande sus custodios.

Hoy me corto la coleta, hoy cuelgo las botas. Hoy me despido sin hacerlo, porque me temo que no es un "hasta luego". Hoy vuelvo al mundo con los bolsillos llenos de pequeñas cosas, pues las grandes aún las tengo por hacer. Hoy me pido ser creativo raso, abandonar el disfraz de cretino y libremente decido responder "no" a la pregunta: Play again?.

He jugado, troleado y reído. He ganado, ganado y ganado, y de tanto premio… me he aburrido. Hoy, por fin, he entendido que los premios, premios son, y que no hay mayor premio que el que habita en mi corazón: mi familia.

Hoy no dejo la publicidad, no sabría. Hoy no dejo Parnaso, no podría. Hoy comunico que dejo atrás los festivales, justo antes de que salga un nuevo Sol. La decisión la tengo tomada desde hace varios meses, bien lo sabe el director de este medio. Tan solo he esperado a la publicación del “Ranking los mejores del año”, para hacerlo desde lo más alto. Para demostrarme a mí mismo, que se puede y se debe abandonar desde la cima. Cuando se juega, se puede perder y ganar.

En todos estos años he sido afortunado y he ganado más de lo que jamás habría imaginado. Cuando se juega, hay que saber ganar y perder. Yo he demostrado saber ganar... Éste no es un artículo más, pero sí un artículo menos. Poco a poco, voy soltando lastre. Hoy tan solo digo que, para mí se terminó la partida.

GAME OVER