Freepik ha pasado en poco más de una década de ser un buscador de recursos gráficos a convertirse en una de las compañías de diseño digital más influyentes del mundo. Con millones de usuarios y una presencia creciente en los flujos creativos globales, la empresa ha sabido mantenerse en la frontera de la innovación sin perder de vista su misión original, ayudar a diseñadores y creativos a trabajar mejor.
La irrupción de la inteligencia artificial generativa ha marcado un punto de inflexión. Lejos de percibirla como una amenaza, la compañía ha apostado por integrarla como un catalizador capaz de ampliar su alcance y democratizar el acceso a nuevas formas de creación. Esa visión ha impulsado una evolución tanto tecnológica como cultural, orientada a potenciar la creatividad humana con herramientas más versátiles, colaborativas y accesibles.
En este contexto, la conversación con Joaquín Cuenca, CEO y cofundador de Freepik, permite entender cómo se articula esta transición, desde la lectura crítica de las tendencias tecnológicas hasta los desafíos éticos de la automatización; desde el rol fundamental del criterio humano en un ecosistema saturado de contenidos hasta las claves estratégicas para que marcas y equipos creativos sigan diferenciándose en un entorno acelerado por la IA
Freepik comenzó como un buscador de recursos gráficos y hoy se ha convertido en un actor clave del diseño digital. ¿Cómo ha evolucionado la estrategia de producto para mantenerse vigente en un entorno tan competitivo?
Hemos evolucionado aprovechando las oportunidades que iban apareciendo. Con la llegada de la inteligencia artificial, decidimos no verla como una amenaza para el negocio, sino como una ampliación natural de lo que ya hacíamos. Nuestro producto original ayudaba a quienes podían resolver sus necesidades con imágenes ya existentes; ahora seguimos con la misma misión -ayudar a creativos y diseñadores-, pero también podemos acompañar a quienes requieren soluciones más específicas o personalizadas. La IA nos ha permitido ampliar el mercado y reforzar nuestra propuesta de valor sin perder nuestra esencia.
El sector del diseño digital avanza a gran velocidad ¿Cómo identifican qué tendencias tecnológicas merecen inversión y cuáles son pasajeras?
Nuestro criterio fundamental para valorar nuevas tendencias es preguntarnos si realmente aportan utilidad al usuario. Ese es el filtro. Por ejemplo, cuando surgieron los NFTs, no nos subimos al carro porque no veíamos con claridad cómo podían ayudar a nuestra comunidad. Sin embargo, sí detectamos ese potencial en la IA: vimos claramente cómo podía contribuir a que los usuarios consiguieran más y mejores resultados.
En el contexto de creatividad digital, las herramientas basadas en IA están proliferando. ¿Qué papel cree usted que juegan los productos de Freepik en ese ecosistema de “IA + creatividad”?
Nuestros productos se sitúan en una capa superior a la de los modelos de IA. Vemos estos modelos como una herramienta esencial, por su enorme versatilidad, pero no como la solución definitiva. Para obtener los mejores resultados, creemos que es necesario combinar diferentes herramientas. Por eso nos hemos enfocado en construir la mejor plataforma para conectar todas esas piezas: hacer que los datos fluyan entre ellas de forma eficiente y que la experiencia de uso sea la mejor posible. La IA es una base, pero nuestro valor está en lo que construimos por encima de ella.
¿Cómo aborda Freepik Company la cuestión de la automatización y la creación asistida por IA sin que el resultado se perciba como genérico o pierda valor creativo auténtico?
La clave está en el papel del individuo. Nosotros proporcionamos herramientas para que una persona pueda obtener mejores resultados, pero no pretendemos sustituir su parte creativa. Que un proyecto tenga impacto depende en gran medida de la sensibilidad del creativo y de su capacidad para identificar cuándo un mensaje conecta. Nosotros acompañamos el proceso una vez la idea está clara y ayudamos en la ejecución, pero la responsabilidad de generar algo auténtico y valioso sigue estando en manos del usuario.
Desde su experiencia, ¿cuáles son los desafíos principales que tienen las plataformas de contenido gráfico (como Freepik o Flaticon) al integrar IA en la cadena de valor (por ejemplo en generación, curación y derechos de autor)?
El primer reto es estratégico, es entender cómo podemos aportar valor cuando existe una tecnología capaz de generar casi cualquier imagen a partir de una simple descripción. Eso podría dejar un vacío respecto al rol que juega una plataforma como la nuestra. Hemos trabajado mucho para identificar esas grietas y darles respuesta con propuestas diferenciadas.
El segundo desafío tiene que ver con elevar la creatividad individual y hacerla más colaborativa. Con el lanzamiento de Spaces queremos incorporar más transparencia y capacidad de trabajo en equipo. Muchos resultados “pobres” en IA se deben a que las ideas no están bien pulidas o contextualizadas. En un proceso creativo tradicional hay storyboards, iteración, feedback… Queremos replicar esa dinámica, facilitar que los equipos trabajen juntos desde la idea hasta la ejecución y lograr creatividades con mayor impacto.
Cómo imagina el rol del diseñador humano cuando las herramientas generativas estén plenamente integradas en los flujos creativos?
La parte operativa será cada vez más sencilla. Venimos de una época en la que, para lograr ciertos efectos fotográficos, había que trabajar con productos químicos. La fotografía digital simplificó ese proceso, y la IA va en la misma dirección, ya que permitirá lograr resultados más complejos con menos esfuerzo.
Sin embargo, donde el creativo aporta algo realmente único es en lo que tiene que decir. Su rol será conectar a las personas con las marcas o transmitir un mensaje artístico genuino.
“Las herramientas pueden facilitar la ejecución, pero la intención, el criterio y la capacidad de emocionar son profundamente humanos”
¿Qué perfiles de talento cree usted que se volverán críticos para Freepik Company en los próximos años, especialmente considerando la convergencia entre diseño, datos, IA y experiencia de usuario?
Es difícil pensar en perfiles concretos porque tiendo a pensar en personas más que en etiquetas. Es como aprender a bailar: puedes aprender los pasos y el ritmo, pero la parte artística, lo que emociona, es mucho más difícil de enseñar. Ocurre lo mismo en diseño: la técnica evoluciona, pero lo esencial es ese olfato para detectar qué puede conectar con alguien. Ese criterio es lo que define a un creativo, y es complicado convertirlo en un plan formativo.
Finalmente, para un CMO o director de marketing que trabaja con contenido visual y herramientas de diseño digital, ¿qué consejo les daría para que aprovechen al máximo las plataformas como Freepik sin caer en la banalización o en la pérdida de identidad de marca?
Diría que lo más importante es aspirar a obtener mejores resultados y hacerlo más rápido. Suena contradictorio, pero cuando avanzas más rápido puedes iterar más, y quien itera más acaba obteniendo mejores resultados porque aprende y mejora continuamente.
También es fundamental elegir las batallas: no se trata de usar IA únicamente como una forma de reducir costes. El objetivo debería ser conseguir cosas que antes eran imposibles, empujar los límites de la creatividad. A partir de ahí se construye el proceso. La ambición debe ser elevar el listón, no rebajarlo.

