Es directora de cuentas en COMCO Comunicación y compatibiliza su trabajo con LaFonoteca, una base de datos online sobre grupos y solistas españoles de todas las épocas y estilos, que ha evolucionado también una promotora de conciertos,sello discográfico y editorial de libros sobre música, que además organiza eventos relacionados con música para marcas e instituciones.
En nuestra sección REFERENTES, que trata de poner en valor a la mujer desde el punto de vista profesional, desvela diversas cuestiones planteadas a nivel personal y profesional. La entrevista fue publicada en versión reducida en el número 454 de la edición impres
Personal:
¿Cómo te autodefinirías?
Veo que empezamos por lo más difícil. Diría que soy muy curiosa, tenaz y con buen carácter. Y aunque tampoco es cuestión de revelar muchos defectos, a veces me paso de tozuda.
¿Por dónde te gustaría perderte?
Me encanta perderme en la montaña, en un concierto, visitando un museo o en un buen libro.
¿Cuáles son sus referentes femeninos y masculinos en el sector?
Si hablamos de personas con las que haya trabajado, uno de mis principales referentes ha sido siempre Juana Pulido, socia en Estudio de Comunicación. Junto a ella di mis primeros pasos en la consultoría de comunicación y la considero un poco mi mentora.
En cuanto a otros referentes en comunicación corporativa, me gusta el trabajo que hacen en España compañías como Google o ING.
¿En quién te inspiras?
Tengo mucha suerte porque estoy rodeada de personas interesantes y llenas de inquietudes que me descubren cada día cosas nuevas.
¿Cuál es tu cita o frase de cabecera?
“Si no puedo bailar, tu revolución no me interesa”, de Emma Goldman.
¿Cuáles son tus aficiones culturales y deportivas?
Me apasionan la música y el arte. En cuanto a deportes, voy caminando a todas partes y procuro hacer yoga cuando tengo un hueco.
Si pudieras cambiar de profesión, ¿qué te gustaría ser?
La verdad es que me gusta mucho mi profesión, pero si no trabajase en comunicación corporativa y financiera sería estupendo poder dedicarme por completo a algo relacionado con la cultura, como ya hago a tiempo parcial desde LaFonoteca.
Profesional:
Coméntanos tu trayectoria profesional y las dificultades que tuviste como mujer. ¿Se han cumplido tus sueños?
Comencé a trabajar en comunicación corporativa en Estudio de Comunicación, mientras terminaba mis estudios de Comunicación Audiovisual. En los algo más de cinco años que pasé allí aprendí las bases de este oficio colaborando con clientes de diversos sectores y participando en la coordinación del área de formación de portavoces de la agencia.
Después, continué mi trayectoria en COMCO, donde llevo ya más de una década trabajando fundamentalmente para compañías e instituciones de los sectores económico-financiero y cultural, primero como consultora, y en los últimos años como directora de cuentas.
Además, codirijo la plataforma para el apoyo y difusión de la música española LaFonoteca
En cuanto a las dificultades con las que me he encontrado en mi carrera, quizá he tenido que pelear en algún momento para que se me tomase en serio. Al haber empezado a trabajar muy joven, la experiencia que tenía no se correspondía con lo que se esperaba de una persona de mi edad.
Por otra parte, afortunadamente no he vivido grandes dificultades por ser mujer, pero soy consciente de que seguramente esta no es la norma. Puede que tenga que ver que el sector de la comunicación es quizá una excepción en lo que a igualdad de género en puestos directivos se refiere y no me han faltado referentes de mujeres en cargos de responsabilidad. También he trabajado siempre rodeada de muchas mujeres, tanto compañeras como clientas y superiores.
Tienes un amplio bagaje en el sector de la comunicación incluyendo, entre otras actividades, formación de portavoces, opas, salidas a bolsa, procesos de crisis y comunicación interna y on-line; ¿todas las empresas son ya conscientes de la necesidad de apoyarse en una agencia de comunicación? ¿Cómo describirías la relación empresa-agencia de comunicación en estos momentos?
Probablemente nuestro trabajo sigue siendo una incógnita para gran parte de la población general, y seguro que muchos compañeros siguen teniendo que explicar con frecuencia a amigos y familiares a qué se dedican exactamente.
Sin embargo, creo que a estas alturas todas las empresas saben que la comunicación es un activo fundamental para una compañía y puede tener un impacto directo en sus resultados. Afortunadamente, también muchas de ellas son cada vez más conscientes de los beneficios de contar con una agencia. Tanto en la gestión del día a día -como un apoyo en el que delegar ciertas tareas o con quien contar para medir resultados o definir e implementar estrategias-, como en momentos delicados (crisis de reputación, operaciones corporativas, etc.) en los que el equipo necesita apoyarse en profesionales con experiencia previa en este tipo de procesos.
Creo que la relación empresa-agencia está cada vez menos encorsetada. Las necesidades de las empresas son más amplias y complejas. Ahora que las formas y canales de comunicación no dejan de multiplicarse y las barreras entre comunicación, marketing, publicidad y relaciones públicas empiezan a difuminarse, las agencias se han adaptado a la situación. Ofrecen un servicio más diverso para adaptarse a lo que requiere cada cliente y las circunstancias en las que se encuentra.
Por otra parte, contar con una mirada externa y objetiva ayuda a las empresas a racionalizar su comunicación y seleccionar los mensajes a transmitir para despertar interés, aumentar su notoriedad y que no queden diluidos en el ruido.
Durante la pandemia ¿las empresas han sabido comunicarse bien con los ciudadanos? ¿Ha habido mucho oportunismo por parte de las marcas o la comunicación ha sido sincera?
Creo que es difícil generalizar. La pandemia ha sido una situación sin precedentes. Todos hemos tenido que adaptarnos e improvisar en cierta medida, con mayor o menor fortuna.
¿Qué lecciones debe aprender el sector de la comunicación de la situación convulsa que estamos viviendo?
La capacidad de adaptarnos a un entorno en constante cambio y la importancia de tratar de estar preparados, incluso para las situaciones más improbables, son algunas de las lecciones que hemos aprendido con la pandemia. En el sector de la comunicación y en el mundo en general.
¿Qué opinas del exceso de información al que están expuestos los ciudadanos por las redes sociales y en general por el entorno digital?
Opino que quizá no hay un exceso de información, sino un exceso de ruido que puede confundir y hacer que sea difícil separar el grano de la paja.
Al igual que disfrutamos de las ventajas de un mundo hiperconectado para viajar, consumir y comunicarnos con nuestros seres queridos, los ciudadanos tenemos que asumir cierta responsabilidad a la hora de informarnos, tratar de hacerlo de manera crítica y objetiva, y dejar de ser sujetos pasivos.
Es fundamental que se eduque a las generaciones más jóvenes para que puedan manejarse en los entornos digitales de una manera segura y aprendan a consumir información de forma responsable y crítica.
También eres co-directora de la plataforma de apoyo a la música española La Fonoteca, ¿cómo y por qué surgió la idea y cómo se ha desarrollado en estos años?
LaFonoteca surge en 2008 ante la ausencia de información sobre música española en internet en aquella época. El proyecto nace como una base de datos online sobre grupos y solistas españoles de todas las épocas y estilos, y con los años se ha ido diversificando. Hoy por hoy, además de la página web, somos promotora de conciertos, sello discográfico y editorial de libros sobre música. También organizamos eventos relacionados con música para marcas e instituciones.
¿Cuáles son vuestros objetivos con este proyecto?
El objetivo principal de LaFonoteca es impulsar y difundir la música española en general, tanto a través de nuestra base de datos, como con los conciertos y eventos que organizamos y los discos y libros que editamos.
Siempre hemos puesto un foco especial en los proyectos emergentes e independientes y en la recuperación de material de archivo al que le vemos interés documental. También tenemos cierta voluntad didáctica y la intención de acercar distintos géneros musicales a nuevos públicos. Hemos programado desde música experimental para niños hasta conciertos de punk en un auditorio, pasando por dos ciclos de música clásica en un café emblemático del centro de Madrid.
¿Qué consejos profesionales les darías a las jóvenes que se incorporan a nuestra profesión?
Quizá lo más importante para dedicarse a esto es guiarse siempre por el sentido común. Algo que parece obvio, pero no siempre se tiene presente. La comunicación corporativa exige también estar muy al día de lo que ocurre a tu alrededor y tratar de no perder nunca la capacidad crítica ni la creatividad a pesar de tener que trabajar a un ritmo muy intenso.
El trabajo en una agencia supone ser el intermediario entre las empresas y los periodistas, atender las necesidades y peticiones de unos y otros, y amoldarte también a los horarios de ambas partes. Esto puede suponer mucho desgaste a veces y creo que es importante aprender a poner ciertos límites.