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El vídeo bajo demanda enfrenta sus mejores años 

El VOD, que actualmente genera más de cien mil millones de dólares, va a convertirse en la nueva referencia vital de las audiencias y en un punto de encuentro, desarrollando más que nunca su dimensión social y socializadora

El sector del vídeo bajo demanda, a pesar de ser muy joven, está transformándose a una velocidad vertiginosa si se compara a otros ámbitos culturales o económicos. En las primeras fases del VOD (video on demand), se ofrecía una serie de contenidos a cambio de una suscripción, para posteriormente pasar a escuchar a sus usuarios e identificar sus preferencias, además de segmentar al público en base a criterios que se hacen cada vez más específicos. En la próxima fase, de acuerdo en el informe ‘Video on Demand, multiplicidad de un sector del siglo XXI’, por el profesor Eduardo Irastorza, el usuario será el encargado de dirigir los contenidos, llegando incluso a determinar la evolución de un guion en tiempo real. La creación conjunta alcanzará su máxima expresión, incluyendo al consumidor en el relato. 

Uno de los máximos exponentes de esta creación conjunta es YouTube. La gran mayoría de sus contenidos son desarrollados por los Youtubers, reconocidos como influencers por las marcas y que, con gran creatividad, consiguen crear contenido que atraiga a millones de seguidores por todo el mundo. Las propias marcas hacen un seguimiento de estas personas para identificar tendencias y contenidos. 


Fuente: Informe ‘Video on Demand, multiplicidad de un sector del siglo XXI’

El Video on Demand 3.0.

La nueva era en la que el Video on Demand está entrando, promete no sólo un contenido diferente, sino una nueva manera de consumir en distintas plataformas. Ya se habla de espejos inteligentes, gafas con inteligencia artificial implementada, respaldos que son una pantalla o puertas de electrodomésticos inteligentes que también permiten la reproducción de contenidos e interacción con los mismos.  

El usuario decidirá el curso que siguen los contenidos que consuma y, además, la manera de financiarlos también dará un giro. De acuerdo con el profesor Irastorza, las marcas comenzarán a pagar por estar presentes en estos relatos que controla el usuario. El consumidor podrá interactuar en tiempo real con los productos y adquirir aquellos que llamen su atención: las prendas del protagonista de una serie, una noche en el hotel en el que se ambienta la historia, probar el coche que aparece en pantalla o reservar un viaje al país en el que se desarrolla el relato. Todo esto son solo algunas de las posibilidades que se abren con el VOD 3.0. 

La multiproducción

Al igual que se entendían tres fases en el sector del VOD a nivel creación, también se pueden diferenciar tres fases en lo que a producción respecta. En la primera, la producción emitida en estas plataformas se basaba en los fondos de las grandes productoras de cine que proporcionaban las películas y de las cadenas de televisión. 

Actualmente, las plataformas llevan a cabo sus propias producciones, que adquieren cada vez una dimensión mayor. Sus presupuestos son millonarios y sus planes a largo plazo. 

La tercera fase, que está comenzando actualmente, es la de las multiproducciones. En ellas no sólo intervendrán plataformas, estudios, productoras y cadenas de televisión, sino que también se implicarán multinacionales, anunciantes, instituciones, naciones, clubs deportivos y hasta influencers globales con el fin de rentabilizar producciones de gran presupuesto y cobertura mundial. 

Cifras y expectativas

Este año se prevé que los ingresos del sector alcancen los 108.500 millones de dólares a nivel global, una cifra que dentro de tres años se espera que supere los 137.700 millones. Estados Unidos se encuentra a la cabeza de este sector con una inversión de 80.300 millones de dólares, duplicando a China (32.080 millones). El gigante asiático se alimenta principalmente de su mercado interno y está aún muy lejos de consolidar sus exportaciones en el sector del VOD. Después está Reino Unido (8.789 millones de dólares), Japón (7.206) y Alemania (6.426). 

En lo que respecta a compañías, Netflix encabeza la lista con 277 millones de dólares en suscripciones. Detrás se encuentra Amazon Prime Video con 265 millones de dólares y Disney, que maneja unos 222 millones de dólares. Se estima que estas seguirán creciendo hasta alcanzar los 1.000 millones de dólares. A menos que haya asociaciones o fusiones, se prevé que sean estas mismas plataformas las que encabecen el mercado. 

Sin embargo, uno de los cambios más notables que estas entidades sufrirán en los próximos años, será en sus modelos de ingresos, basados actualmente en las suscripciones. Los dos nuevos pilares sobre los que se basarán estas empresas serán, como se mencionaba anteriormente, en los ingresos de marcas y empresas que deseen aparecer como parte del contenido y, por otro lado, en los derechos sobre sus contenidos aprovechados por terceros -salas de exhibición, juguetes, juegos o parques temáticos, por ejemplo-. 

Diversidad de contenidos 

Los contenidos de vídeo bajo demanda ahora son variados y no se ciñen de manera estricta a su cultura originaria. Las series románticas turcas o coreanas son todo un éxito en Europa y América, así como las adaptaciones de los mangas japoneses más famosos. Las producciones de Bollywood superan ya a las de Hollywood y cada vez sus temáticas son más exportables, sin dejar de lado sus características más reconocibles. 


Fuente: Informe ‘Video on Demand, multiplicidad de un sector del siglo XXI’

El crecimiento de contenidos asiáticos en las plataformas es solo otro síntoma de que el entorno del VOD es multicultural y cada vez más. La diversidad de contenidos está a la orden del día y es un poderoso recurso para atraer y fidelizar a nuevas comunidades culturales y demográficas, gracias a la identificación de los propios usuarios en los contenidos, haciendo así del consumidor audiencia y protagonista del Video on Demand. 

Imagen de cabecera: Freepik