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Disminuye la confianza de recuperación de los consumidores

España, con un índice de confianza de 65, se sitúa por debajo de la media europea de 78, y la mundial de 90
 Según la última edición del Índice Global de Confianza de los Consumidores de Nielsen, la confianza de los consumidores ha caído tres puntos en septiembre (en 20 de los 53 países analizados), tras dos trimestres consecutivos de optimismo y crecimiento. El índice refleja que los consumidores, a nivel mundial, siguen siendo pesimistas sobre las expectativas de empleo, finanzas personas y su disponibilidad para comprar las cosas que desean y necesitan durante los próximos meses. Esto se debe, según José Luis García Fuentes, director de Nielsen España, a que no ha habido noticias coherentes y positivas y se ha acrecentado la incertidumbre de la economía en las distntas zonas del mundo, así como su ritmo de recuperación. Es quizá por esto que el 56% de la población encuestada cree que estamos en recesión y el 48% ni cree que se salga de la crisis en los próximos 12 meses. En España concretamente, la tasa de confianza es de las más bajas, con 13 puntos menos que la media europea y 25 por debajo de la media mundial. Estos datos resultan significativos dado que en España, la confianza de los consumidores había remontado hasta los 79 puntos (ahora 65) en el primer trimestre de 2010 y ahora alcanza el mínimo histórico desde que se realiza el estudio.
Por otro lado, los internautas españoles también creen que el futuro laboral no presenta buenas perspectivas: el 42% piensa que en los próximos 12 meses no habrá buenas posibilidades de trabajo y el 41% las considera directamente malas; sólo el 13% las ve buenas y el 2% excelentes, convirtiéndose en datos mucho más negativos que las medias mundiales y europeas, ya que a nivel global, el 36% considera que las perspectivas laborales de aquí a un año son buenas, el 7% lo ve excelente, el 37% regulares y el 15% malas. POr datos como estos se entiende que la economía siga siendo la principal preocupación de los españoles, lo es para el 37%, seguida del paro, que lo menciona el 24% y la seguridad laboral. Otro 12% dice estar preocupado por la subida de precio de los alimentos, el 11% por las deudas y el 3% por el incremento del precio del petróleo y los carburantes. Comparando estas cifras con las del segundo trimestre, se hace evidente una disminución de la preocupación por el paro y la seguridad laboral, del 37% al 24% citado y en dos puntos la preocupación por la economía.
 
A día de hoy, el 15% de los españoles encuestados dice que no le queda nada de dinero una vez cubiertas sus necesidades básicas para vivir, cuatro puntos más que en el primer trimestre del año. A los que les queda algo de dinero lo destinan prioritariamente ahorrar (eso dice el 41%, cinco puntos menos que a primeros de año). El 30% destina lo que le sobra a las vacaciones, seis puntos menos que el trimestre anterior, descenso lógico pues la encuesta se realizó antes de verano. Un 26% cancela deudas y préstamos, el 16% compra novedades tecnológicas, el 11% piensa en fondos de pensiones, cuatro puntos más que hace tres meses y el 7% piensa o quiere invertir en bolsa. Así mismo, el consumidor español dice que ha tenido que tomar medidas para sortear la crisis; tanto es así que mientras que el 31% de los europeos piensa que éste es un buen momento para comprar cosas que desea o necesita, en España sólo lo piensa el 25%. Por eso, las principales medidas de ahorro que señalan los participantes son recortar gastos en ocio fuera de casa, comprar menos ropa nueva, cambiar a marcas más económicas, disminuir gastos en telefonía, intentar ahorrar en gas y electricidad, coger vacaciones más cortas, demorar la sustitución de los principales artículos del hogar, así como la compra de tecnología más moderna y usar el móvil con menor frecuencia. No todas estas 'costumbres' adoptadas se mantendrán, pero según los consumidores españoles, cuando acaben la crisis seguirán apostando por reducir gastos en telefonía y ahorrar en gas y electricidad.
 
 
En Estados Unidos, las perspectivas tampoco son buenas. Las cifras de desempleo y el creciente número de desempleados en algunos mercados europeos, han tenido un impacto considerable en los niveles de confianza y ya es el 74% de los norteamericanos y el 70% de los europeos los que describen sus perspectivas de empleo de aquí a un año como malas o no muy buenas. En EEUU, el índice de confianza en los últimos dos años y medio promedian una puntuación de 83, una caída considerable comparada con el índice de 104 alcanzado entre 2005 y 2007. En Europa, las esperanzas de recuperación son cada vez más tenues. En Italia el índice de confianza cae a 64 puntos, debido a los débiles gastos en consumo, las cifras de desempleo más altas desde el 2003, una desaceleración en las exportaciones, la incertidumbre política y el crédito limitado al máximo, mientras que los países del norte de Europa Occidental muestran signos más positivos. La confianza de los consumidores asciende a 87 en Alemania, su nivel más alto desde el tercer trimestre de 2005; en Austria llega a 94, el mismo nivel del tercer trimestre de 2006; y Bélgica a 92, continuando su tendencia al alza que comenzó en el tercer trimestre de 2009. Y aunque Francia, con 67, sigue todavía muy por debajo de la media, mantiene un lento ascenso desde el final de 2009.