Actualidad

El consumidor, distanciado de las marcas y con un sistema de valores reconfigurado

Los consumidores se enfocan en crear su “yo” presente y no pensar tanto en el futuro

Los individuos tienen teorías implícitas sobre cualquier aspecto del mundo que dificultan la recepción de nuevos estímulos para el aprendizaje: en nuestra realidad social, estos estímulos han sido la sucesión de crisis, que desafían la manera en la que hasta ahora hemos interpretado el mundo.

En estos temas se centra el análisis Trends Review 2022-2023, realizado por The Cocktail, consultora especializada en el diseño y ejecución de proyectos de transformación digital, que estudia la evolución del consumidor y las consecuencias de un entorno dinámico.

Este informe trata las claves para entender el comportamiento del consumidor español a través del último año, que orientan a las marcas en su misión de producir mensajes prestando atención a sus aspiraciones y motivaciones vitales.

El análisis indica un cambio importante en la propuesta al consumidor. Las empresas ya no tienen como prioridad la satisfacción del consumidor como la propia rentabilidad del negocio. El mercado dominado por la demanda se ha convertido en un mercado dominado por la viabilidad de la oferta. A la larga, el consumidor se volverá consciente de esta dinámica, de modo que se necesitará implementar un nuevo modelo de relación.

El precio, como percepción psicológica del valor, se desvanece y se vuelve más difícil decidir si la decisión de compra o contratación es correcta. El comportamiento del consumidor en los próximos años va a quedar controlado por las acciones de un Estado más intervencionista.

Con una vida que es percibida por el consumidor como más rápida, más brusca y con sucesos más impredecibles, se produce la pérdida de la temporalidad lineal y tenemos como resultado escenarios abiertos e infinitud de posibilidades que obligan a las marcas a desarrollar su capacidad de adaptabilidad. El consumidor es capaz de verse en más realidades que antes, lo que obliga a las marcas a añadir matices, expandiendo las posibilidades.

El nuevo consumidor se distancia de los escenarios rotundos y cerrados. El consumidor ha aprendido a separar lo que es de aquello que hace. Surge la dificultad de proyectarse en el yo futuro por lo incierto que este puede llegar a ser, y por lo tanto el consumidor se enfoca en consolidar su yo presente.

Este nuevo ritmo también influye en la manera de comunicarnos, las palabras que se emplean son menos rotundas y dicotómicas, permiten matices y grados. “Ahorro” y “sostenibilidad” son ejemplos de términos que se han resignificado. En el ámbito de la sostenibilidad, la vivencia es completamente opuesta a la de los años de antes de la pandemia, ya que ahora el consumidor traslada a las organizaciones la responsabilidad. Los datos de The Cocktail señalan que 7 de cada 10 opinan que el cuidado del medio ambiente debería ser impulsado por las instituciones y empresas.

En conclusión, los rasgos que definen al consumidor se modifican después de experimentar 4 grandes crisis consecutivas (la recesión, la crisis climática, la pandemia y la crisis geopolítica). En este contexto, la intención del consumidor es reconectar con espacios más amables que permitan ciertos estímulos más lúdicos y entretenidos. Dando pie a asumir cierta imperfección, entendiendo el entorno y bajando las exigencias con respecto a las marcas.