Yslandia ha sido la agencia creativa seleccionada para el diseño de la identidad de marca y la creación de campañas
Brisk es una compañía española, con capital extranjero, cuyo plan de negocio está orientado a la consecución de un objetivo: situarse en el top 5 del pádel a nivel internacional en los próximos 3 años.
El pádel está al alza: se practica en 90 países, las pistas de pádel se han triplicado desde el 2016 y en los últimos 5 años, el incremento de clubes es de un 181%. “En este contexto, identificamos la oportunidad de lanzar una marca que apuesta por la constante innovación para responder a las necesidades y expectativas de cualquier jugador. Nuestro faro es la excelencia”, declara Pablo Velasco, director deportivo y de producto en Brisk.
Carlos Moyà es el embajador de la marca y para Benito Pérez-Barbadillo, director comercial, marketing y RRPP de Brisk: “Carlos representa como nadie los valores de Brisk. Tiene una altura profesional y personal incuestionables. Es un referente del tenis español, conocido y reconocido a nivel mundial. Contar con él es un auténtico lujo”.
Yslandia se sumó al proyecto desde su gestación; y el alcance de la colaboración hace que sea el prototipo ideal del partnership para su perfil de agencia. En palabras de Belén Peña, directora general de clientes y marca: “En Yslandia tenemos muy claro que para nuestro trabajo genere el impacto deseado en el negocio de nuestros clientes debemos ir de la mano, contar en todo momento con una foto nítida de la situación y estar muy alineados con los objetivos de la marca a corto, medio y largo plazo. Con Brisk hemos formado un equipo en el que todos aportamos desde nuestra especialización y conocimiento. Ser responsables de todos los trabajos relativos a marca, comunicación y ecosistema digital nos permite aplicar un enfoque holístico y aportar soluciones integradas con total agilidad”.
“Brisk es un proyecto tan retador como ilusionante. La confianza que han depositado en nosotros desde el primer minuto inyecta un extra de compromiso y autoexigencia”, reconoce María Imedio, directora global del proyecto en Yslandia.