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Comunicación en Salud

Constanza Ribas

El reconocido cirujano y periodista de origen indio Atul Gawande es catedrático asociado en la Harvard School of Public Health. En una de sus charlas Ted Talks (la prestigiosa plataforma norteamericana dedicada a la difusión de nuevas ideas) afirmaba que una mayor inversión en sanidad pública no significa una mejor atención y cuidado al paciente. Añadía que, en Medicina, existe la idea generalizada de que se debe contar con lo mejor y, por lo tanto, con lo más caro: los mejores medicamentos, la mejor tecnología, los mejores especialistas, etc... Pero no es así. La realidad nos enseña que, a pesar de contar con una serie de componentes caros, el resultado puede no ser el esperado.
La prueba es que a pesar de la inversión que se realiza en sanidad y de sus múltiples especializaciones médicas, dos millones de personas al año en Estados Unidos se infectan al entrar en un hospital a causa de algo tan simple como son los errores cometidos por el personal sanitario en las prácticas habituales de higiene. Gawande considera, por tanto, que más que una importante inversión, lo realmente prioritario es la habilidad de los profesionales sanitarios para “saber reconocer los éxitos pero también los fracasos” para después “saber aportar las soluciones correctas”.
Y entre esas soluciones, el cirujano aboga por la implantación de sistemas que cuenten con herramientas de comunicación y que actúen como nexo de unión entre todos esos agentes tan dispares entre sí, pero implicados en la cadena de valor sanitaria. “Es más eficiente y no requiere de grandes inversiones. Se trata de trabajar como un equipo de mecánicos de Fórmula 1 en la parada de boxes”.
Como ejemplo, resalta el estudio que realizó en ocho hospitales de diferentes países del mundo (Canadá, Estados Unidos, India, Reino Unido, Filipinas, Tanzania, Jordania, y Nueva Zelanda) por el que demuestra cómo la implantación de una herramienta de comunicación como es una sencilla “checklist” (lista de comprobación) debidamente revisada y cumplimentada por todos los miembros del equipo de cirugía antes, durante y después de la operación, consiguió un muy buen resultado: un 47% menos de fallecimientos y un 35% menos de fracasos médicos. Según el cirujano, en muchas ocasiones, los miembros del equipo que van a realizar una operación no se conocen entre sí, por lo que estas sencillas checklists facilitan, entre otras cosas, la relación entre los miembros del equipo, el trabajo común y por tanto, el éxito de la operación.
Si trasladamos el trabajo del Dr. Gawande a un plano superior, nos reafirma la idea de que la Comunicación, como herramienta transversal en cualquier equipo u organización como el sistema sanitario, es absolutamente necesaria para lograr los objetivos comunes y no requiere de grandes inversiones.
Y aunque en España los médicos aprueban notablemente en su relación con el paciente en paciencia, confianza, empatía, comprensión, cordialidad y simpatía, tal y como se extrae del estudio realizado por Estudio de Comunicación junto con ABC, presentado el pasado mes de julio “La Comunicación Médico Paciente”, la importancia de formar a sus profesionales en este sentido es una prioridad máxima para que los resultados en salud, mejoren. Así lo confirmaba en la presentación de este estudio Josep Mª Bosch Fontcuberta, Coordinador Nacional del Grupo/Programa Comunicación y Salud de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, al subrayar que en las Universidades españolas se realiza una formación en Comunicación a los futuros profesionales de la Sanidad poco integrada y menos intensiva que en otros países.
Así mismo lo expresa la Consultora PriceWaterhouseCoopers en su estudio “Diez temas candentes de la Sanidad Española para 2013”, ahora más que nunca es necesario impartir una formación reglada e implantar herramientas de comunicación y colaboración entre todos los agentes del sector sanitario, farmacéutico, biotecnológico, académico y administraciones públicas, si queremos afrontar con éxito los temas candentes del futuro cercano como son la medicina personalizada, la salud móvil (MHealth), la inclusión de elementos de innovación con la consiguiente actuación de nuevos proveedores, la obligada internacionalización de las empresas del sector, el ingreso de nuevos agentes como es el sector turístico para el desarrollo de nuevos negocios como el turismo sanitario, etc.
Y es que son muchos y variados los componentes existentes en la cadena de valor sanitario que necesitan de sistemas de comunicación para afrontar los nuevos retos del sector. La colaboración entre empresas e instituciones es clave si queremos desarrollar nuevas fórmulas de negocio.
La madre Teresa de Calcuta lo resumía muy bien: “yo hago lo que usted no puede y usted hace lo que yo no puedo. Juntos podemos hacer grandes cosas”. Y las hizo. Y me atrevería a decir que gracias a su capacidad y habilidad para encontrar las vías de comunicación correctas entre todos los actores implicados.

Constanza Ribas, consultora sénior de Estudio de Comunicación