Netflix: La gestión de marca no es, en ningún caso, una cuestión de azar

Por Santiago Mayorga Escalada

Nos encontramos inmersos dentro de una coyuntura líquida y voluble, extremadamente variable, donde las transformaciones se suceden de una forma permanente. La tecnología, y su capacidad de generar nuevas herramientas globales de uso cotidiano, han contribuido a que se produzca una serie de cambios disruptivos que alumbran una nueva realidad. Esta situación conduce a que caigan paradigmas clásicos, sostenidos en el tiempo durante décadas a través de una suerte de certidumbre inmutable, en favor de un nuevo paradigma donde existen muy pocas certezas: el protagonismo de la marca, el poder incuestionable del usuario y la necesidad de inmediatez parece que se configuran como tres de ellas.    

El sector de la comunicación comercial debe adaptarse a esta nueva realidad paradigmática. Para que esto suceda es fundamental establecer un proceso estratégico de gestión que logre conectar a las marcas con los usuarios de una forma relevante, despertando un interés sincero y huyendo de técnicas comerciales excesivamente intrusivas. El branding se pone al servicio del usuario, haciendo que la marca trascienda de lo puramente funcional a un plano intangible donde su capacidad simbólica/emocional ayude a construir una experiencia, única y compartida, con cada miembro de su target. Nos encontramos ante un proceso muy complejo y multidisciplinar que, desde una naturaleza holística, tiende a constituirse bajo una gestión estratégica, coherente e integral: el todo es más que la suma de las partes. La marca busca, en definitiva, crear un alto valor añadido.

Si hay una marca que ha sabido entender la nueva realidad paradigmática, y establecer bajo estos parámetros un proceso de gestión coherente con su idea de negocio, es Netflix. La marca ha logrado impregnar todos sus ámbitos de actuación a través de una estrategia transversal e integral, perfectamente alineada a través de un posicionamiento único, reconocible y diferencial con respecto a su competencia.

Idea de negocio


Netflix no es una marca de éxito surgida de la nada. Sus fundadores ven un nicho de mercado donde establecerse tras una necesidad insatisfecha. Posteriormente dan forma a una oferta concreta con el objetivo de que sea única, logrando diferenciarse del resto de su competencia en el sector. Todo comienza cuando Reed Hastings, uno de los fundadores de Netflix, es multado por el vencimiento de un alquiler de películas en BolckBuster. A partir de aquí generan, a fínales de los años 90, un negocio centrado en ofrecer alquiler de películas a la carta, sin multas, y a través del correo postal (sin moverte de casa). Al poco tiempo, justo en el inicio del siglo XXI, introducen a esta idea de negocio dos características novedosas más: desarrollo tecnológico en torno a una web donde se centraliza el negocio, y la modalidad de suscripción mensual sin límite de alquiler.

La marca entiende que su acción debe estar supeditada al poder de decisión del usuario. Para cumplir con esta demanda, Netflix ahonda en la construcción de una filosofía que se apoya en el desarrollo tecnológico. A partir de aquí introduce en la web un programa de información de las películas que posee, y posteriormente lo convierte en un servicio de recomendación de títulos basado en la opinión de otros usuarios. La marca experimenta un fuerte crecimiento, aumentando notablemente su volumen de negocio. De forma novedosa, y como ventaja de consumo asociada a la marca, pone en marcha la opción de consumo de contenidos vía streaming. Seguidamente se introduce en las ofertas de televisión por cable, consolas y dispositivos móviles buscando una forma de consumo portátil y multipantalla.

Netflix crece en torno a un proceso escalonado donde su idea de negocio siempre evoluciona de forma estratégica, supeditada a los avances tecnológicos que satisfacen las necesidades que demandan sus usuarios. A partir de este momento comienza su expansión global con el salto a otros países. Junto a esta decisión profundiza en su estudio del big data para conocer mejor a sus usuarios y ofrecerles lo que piden. En torno a estos parámetros Netflix produce en 2013 la serie House of Cards (galardonada en Cannes). Es a partir de este año cuando la marca fija su política de globalización y producción propia de contenidos. En 2017 logra estar presente en la totalidad del mercado internacional seleccionado como objetivo de globalización. Para 2018 la marca se centra en la producción de contenidos, introduciendo un nuevo objetivo estratégico: que su oferta esté compuesta, al menos en un 50%, por contenidos de producción propia.      

Estrategia de marca. Branding

De forma coherente con la idea de negocio, y su evolución lógica a lo largo del tiempo, Netflix desarrolla su proceso de gestión y comunicación estratégica de la marca. Para ello se tiene en cuenta su capacidad de crear valor y diferenciarse respecto de la competencia, potenciando sus características principales que la posicionan y la definen. En 2013, justo cuando la marca comienza su expansión global y la apuesta por la producción de contenidos propios, Netflix desarrolla a través de la agencia norteamericana Gretel todo un programa estratégico de marca en torno a cinco conceptos clave: marca proactiva-innovadora (retadora), desarrollo tecnológico (streaming, convergencia, big data), marca global, calidad y contenidos propios (de distribuidor a productor), y experiencia de marca única para sus usuarios. El trabajo estratégico lleva finalmente a verbalizar el posicionamiento de Netflix como marca de la siguiente forma: “el servicio de streaming de medios líder en el mundo […] Uno de los innovadores originales del contenido en streaming. […] Con una amplia gama de series originales, adquisiciones de alto perfil y una base de usuarios en explosión. […] Netflix es una marca viva, en constante evolución”.

Comunicaciones integradas de marca

Gretel implementa la estrategia del programa de branding a todo tipo de elementos de comunicación de la marca. Para ello se apoya en un insight consumer: “conectamos a la gente con historias para amar”. A partir de este componente estratégico se desarrolla un universo de identidad global en torno a una metáfora visual en forma de ficha (The Stack), logrando dar cabida a todos los contenidos de forma dinámica (como si fuera un catálogo de fichas infinitas). En torno a este elemento se realiza un reestyling tanto al logo como a todo el look&feel de la marca. Este trabajo finaliza con la fijación de un brand claim: “See what’s next”. La estrategia, y los principales elementos que la conforman, quedan reflejados en el programa de branding.

Con el fin de potenciar los atributos que conforman la marca, Netflix desarrolla un programa de comunicaciones integradas donde la adaptación a la nueva realidad paradigmática vuelve a ser el punto de partida con el objetivo de conectar con el usuario de forma relevante. La marca te permite el consumo de contenidos en cualquier lugar, a cualquier hora y a través de cualquier formato de pantalla (cuando tú quieres, como tú quieres, donde tú quieres). Desde una visión de comunicación global, con determinadas inserciones apegadas a los mercados locales, Netflix construye un relato transmedia reconocible y coherente con su estrategia. Utiliza por igual medios de comunicación masivos clásicos (ATL-PUSH) y nuevos medios (BTL-PULL) donde adapta sus técnicas de comunicación, acercándose de forma directa a sus usuarios potenciales. De entre todo el programa de comunicaciones integradas de marca que despliega Netflix destaca su capacidad para elaborar branded content, situación que además de enriquecer las características de la marca pone en valor su producción de contenidos propios.

En conclusión, Netflix no se convierte en una marca de éxito internacional por puro azar. Se trata de una idea de negocio que ha sabido evolucionar, adaptándose a la realidad paradigmática y a las demandas de sus usuarios. En todo momento ha trazado un proceso estratégico de gestión de marca profesional y coherente, transversal a todas sus actividades, dándole el valor capital/profesional que le corresponde. Se ha dotado de un gran valor añadido y notoriedad a una marca a través de sus propios puntos fuertes. Netflix se posiciona como una marca global líder que ofrece una experiencia única a sus usuarios a través de ofrecerles historias/contenidos (propios) de calidad vía streaming (desarrollo tecnológico).   


 
Santiago Mayorga Escalada. Investigador y PhD en la Universidad Pontificia de Salamanca. Miembro de la AE-IC. Licenciado en Comunicación. Experto en guión-storytelling, branding, identidad visual, creatividad y planificación estratégica. Principales líneas de investigación: gestión de marca, comunicaciones integradas de marca, adaptación paradigmática y nuevas tendencias en publicidad.