Son «historias que se leen como pipas, con el mismo ansia que una te lleva a la otra, pero con diferentes sabores, desde el dulce al amargo y todos con su punto de acidez, alguno hasta con Peta Zetas, de esos que te explotaban en la boca como estalla el cerebro al desentrañarse» que estos relatos «se me han hecho cortos de lectura y alguno largo de reflexión», que «soy muy feliz de haber leído estos cuentos tan chévere. Lograste transportarme y meterme en los lugares, sentir los olores, las sensaciones…», dicen algunos lectores del libro. Y eso es lo que quiere provocar un libro que tiene mucho que ver con esos Ultramarinos y Coloniales que nos traían olores, sabores -y sueños- de lugares lejanos porque, al fin y al cabo «la imagen de las palabras vale más que mil palabras» como dice Cassany. Ultramarinos y Coloniales consta de 17 relatos y un falso poema a lo largo de 117 páginas.
Y de las palabras y la imagen vive su autor, Óscar Bilbao, creativo y redactor publicitario en Herederos de Rowan, que durante su larga carrera profesional ha obtenido numerosos premios (New York Festival, John Caples Awards, Best of Europe…), jurado en festivales, Profesor de ESIC Business School, colaborador habitual en revistas y blogs, ponente en charlas y seminarios nacionales e internacionales sobre publicidad, personal branding, creatividad y comunicación.
Una labor que combina con la escritura de libros profesionales como «Estimado lector: descubre cómo escribir cartas de marketing directo efectivas», manuales como el que lleva por título «Management a la guipuzcoana» y además de co-autor de «Mejor Marketing», «Personal Branding, hacia la excelencia y la empleabilidad por la marca personal» y del «Manual de Primeros Auxilios de Correos para las PYMES». En el mundo de la ficción, sus primeros relatos le llevaron a ser considerado como uno de «Los Nuevos Escritores Latinoamericanos» habiendo publicado además novelas cortas como «Los nietos bastardos de Warhol».
Quizás todo esto es lo que lleva a lograr esta mezcla de realidad y ficción, de ficciones que duelen como realidades y de realidades travestidas y envueltas en ficción, es lo que convierte a esta antología en un disfrute con mucho trasfondo en el que cada uno elige el lugar en el que quiere quedarse. Un poco como la publicidad, un poco como el mundo que nos rodea.
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