Extended Intelligence

Por Camino Martínez del Amo (LinkedIn), Strategy Director en Isobar España

Imagina que vas camino de una cita en tu coche y este (tu coche) en un semáforo te dice que hay un atasco en la ruta habitual y que sería conveniente, tomar otra ruta con menos tráfico. 

Y tú, sin pensártelo mucho porque tienes la cabeza en otras cosas, le haces caso. Aunque te parece que no hay más tráfico que cualquier otro día. Y sí, haces lo que tu coche (SIRI, ALEXA, Skynet o H.A.L) te ha recomendado que hagas.

Nos hemos parado a pensar alguna vez: “¿En qué momento empezamos a vivir en una película del futuro?”

La verdad es que no nos hemos dado cuenta porque llevamos años construyendo soluciones tecnológicas basadas en una experiencia de usuario natural, sencilla e intuitiva y porque llevamos años buscado la mejor manera de diseñar esas soluciones e ideas de manera que encajen de la forma más natural en nuestro día a día. Es decir, hemos humanizado tanto la tecnología que se ha integrado en nuestras vidas y no la notamos.

De hecho, nos hemos acostumbrado a entablar conversaciones lógicas con robots sin saberlo, pero en el fondo, aunque lleven algunos chistes predefinidos, siempre echamos en falta un poquito de naturalidad o incluso, improvisación y sorpresa. Por eso, y porque nos hemos acostumbrado a esa empatía forzada de la tecnología, no seremos conscientes el día (y cada vez está más cerca) en el que lleguemos a tener conversaciones más profundas o incluso, por qué no: ¿enamorarnos?

Pero ¿podríamos permitirnos que estas soluciones tecnológicas fueran capaces de pensar por sí mismas y tomar decisiones que afecten directamente a nuestro propio entorno? ¿Podrá un sencillo Google Maps llegar a engañarnos?  Es más, ¿Sería capaz de hacerlo? ¿Seguiría siendo tan amable si pudiera pensar por sí mismo?

Marvin Minsky (WIKIPEDIA) concibió la Inteligencia Artificial como algo más que un sistema para construir mejores máquinas. Su idea era la de hacer posible que la tecnología entendiera la inteligencia humana y de esta manera nos hiciera mejores. 

Desde que la AI empezó a ser una realidad, la idea de un futuro apocalíptico, catastrófico, frio o insustancial, controlado por las máquinas nos lleva rondando siglos (Matrix, Terminator, Blade Runner…). Pero, siendo realistas, ¿qué pasaría si el humano y la máquina no tuvieran que estar enfrentados? ¿Y si no fuera necesario que uno tuviera que dominar la naturaleza del otro para no ser dominado?  

Con la evolución de la AI y la Extended Intelligence, tendremos la posibilidad en un futuro (no muy lejano) de aprender y adaptar las diferentes tecnologías a las distintas realidades con las que nos podemos encontrar en nuestro día a día. 

Joi Ito propone desde el MIT que dejemos de pensar en máquinas contra humanos y empecemos a pensar en sistemas integrados que trabajan juntos para ofrecer soluciones a problemas más complejos. ¿Nos suena la biónica?

Hoy en día, gracias al Machine Learning y al Data Intelligence en publicidad podemos contar con desarrollos antes solo imaginables en películas de ciencia ficción, algunos capaces de predecir comportamientos y actuar en consecuencia.

En realidad, muchas de las herramientas que usamos para la planificación y ejecución de nuestras campañas ya conocen nuestro funnel completo de compra; identifican qué vemos en nuestra Smart TV; saben a qué jugamos en nuestra consola o qué “cotilleamos” en el móvil. Pero, por ahora, estas herramientas solo son capaces de saber lo que hacemos y predecir lo que (por probabilidad) haremos, pero (aún) no son capaces de comprender por qué hacemos lo que hacemos. Eso, es (todavía) demasiado humano.

 

Camino Martínez del Amo cuenta con más de 10 años de experiencia digital en clientes como Movistar, Renault o L´Oreal Paris, que avala su trayectoria profesional haciendo una de las cosas que más le gustan de su trabajo: encontrar la mejor manera para que cliente, marca o servicio y usuario conecten a través de una buena experiencia de branding digital.
Como directora de estrategia en Isobar, da servicio de manera transversal a todas las cuentas y necesidades estratégicas que puedan surgir en el día a día en la agencia.