Distribuidores todopoderosos y marcas blancas
18 de marzo de 2009
Gonzalo Brujó, consejero delegado de Interbrand
Hablamos de marcas blancas refiriéndonos a marcas del distribuidor. De hecho, cuando un consumidor adquiere un producto Hacendado, DIA o Aliada lo hace porque están respaldados por unas marcas que le transmiten seguridad. ¿Compraríamos en un chino un yogur muy barato sin etiqueta?
Según un estudio realizado por Nielsen, el 72% de los consumidores cree que las marcas del distribuidor son una buena alternativa a los productos de marca. Este mismo estudio indica que casi dos de cada tres consumidores (63%) piensa que su calidad es tan buena como las de otras marcas y un tercio (33%) cree que los productos de algunas marcas del distribuidor son incluso de mejor calidad
Las marcas del distribuidor surgieron como la alternativa más económica del mercado. Más tarde apostaron por la calidad, y se han posicionado y ganando el favor del público, consiguiendo incluso que los consumidores recomienden fervientemente sus productos. Un marketing con mejores resultados que cualquier campaña publicitaria.
El 80% de las decisiones de compra de gran consumo se toma en el propio establecimiento. Y aproximadamente el tiempo que se emplea para decidir está entre tres segundos y una quinta parte de segundo. Apliquemos el sentido común. Cuando la capacidad de reacción es tan breve, ¿el consumidor piensa en todos los beneficios funcionales, en cómo puede ayudarle, en cuánto cuesta en relación con otras marcas y si las otras alternativas serán mejores?
En algunas situaciones, podríamos equiparar al comprador con un bebé de seis meses, que se siente atraído por todo lo que brilla y está fuera de su alcance. Con este comentario no quisiera simplificar la psicología del comprador, pero sí enfatizar la importancia del diseño.
Los distribuidores cada vez son más conscientes de la importancia de la estética e invierten más en innovación y packaging. Sin embargo, creo que deben sentirse afortunados por su éxito, ya que en algunos casos no se deriva de una premeditada estrategia, sino del dejarse llevar por las fuerzas del mercado y ser empujadas, más recientemente, por una economía inestable.
Y es que indudablemente la crisis ha beneficiado mucho a las marcas del distribuidor, pero no tengo claro que los consumidores sean tan volátiles. La fiebre por localizar el producto más económico pasará, pero lo importante de momentos como el actual es que muchos consumidores se replantean sus decisiones de compra, permitiendo la entrada a nuevas marcas. No todas se quedarán cuando termine las crisis, sólo las mejores, aquellas que, ofreciendo más por menos, conquisten al consumidor.
Todos lo saben, pero no todos tienen presente esta obviedad en su día a día: el consumidor ha de estar siempre en el centro de todas las decisiones. Por esta razón, pongo en duda el modelo elegido por Mercadona, ¿acabarán nuestros supermercados como los alemanes, obligándonos a comprar lácteos, cárnicos y productos de limpieza en lugares diferentes, donde sean buenos uno u otro producto? Al consumidor actual le interesa la relación calidad precio, pero también busca optimizar su tiempo libre, disfrutarlo al máximo y no necesariamente en supermercados.