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El móvil: un canal para predecir las necesidades de cada usuario de forma particular y exacta

por Fausto Fernández de Moya

¿Sabemos qué saben de nosotros las empresas? ¿Qué datos compartimos los usuarios con las empresas?  información que muchas veces damos sin ser plenamente conscientes a través de redes sociales, tarjetas de fidelización, hábitos de consumo, etc..

Todos estos datos adquieren importancia desde el momento en que existe un profesional que descifra los datos encriptados y los transforma en información útil sobre un usuario. Estamos hablando de un perfil profesional muchas veces olvidado al hablar de publicidad móvil: el ingeniero de datos. La ingeniería de datos permite extraer conocimiento, muy valioso para las marcas, sobre los usuarios a partir de sus hábitos de conducta y de su interacción con el entorno.  Logrando de esta manera generar mensajes publicitarios de mayor efectividad dirigidos a su público objetivo.

El terminal móvil tiene una característica que los demás soportes publicitarios no tienen: acompaña en todo momento al usuario. Según recogen los estudios de comScore, hoy en día, en España más del 50% de los terminales son Smartphone, de los cuales el 49,7% de ellos acceden a internet de manera habitual. El terminal puede ofrecer información muy completa de su propietario: dónde está, dónde come, qué páginas web visita, qué compra, sobre qué se informa, etc. Nuestro ADN publicitario es único, exclusivo y dinámico, más allá de targets generalistas elaborados a partir de sexo, edad o intereses.

Pero toda esta información que poseen las empresas de sus clientes puede generar dudas respecto al equilibrio entre personalización y privacidad. La personalización y la privacidad pueden convivir éticamente siempre y cuando exista transparencia por parte de las operadoras y fabricantes de hardware y software. Es decir, que los usuarios sepan qué datos tienen, para qué los usan y tengan siempre la opción de denegar su uso.

Valga como ejemplo un caso un tanto controvertido: un centro comercial en Estados Unidos envió información publicitaria sobre bebés y maternidad a una chica adolescente. El padre de la chica mostró discrepancias con la empresa al recibir dicho mensaje publicitario. Finalmente, la chica admitió que estaba embarazada, y que había ocultado esta información a su familia. El centro comercial tuvo acceso a esta información por el tipo de compras que había hecho la joven últimamente, anteponiéndose a las futuras necesidades de la clienta.

Pues bien, el futuro de la publicidad es predecir las necesidades de cada usuario de forma particular y exacta; y el medio que recoge todo el universo de información acerca de nosotros es aquel que siempre nos acompaña: el móvil.

Fausto Fernández de Moya
Business Development y Sales Director de Taptap Networks
@FaustoFdezMoya
www.taptapnetworks.com