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Compartir datos depende de la confianza y honestidad que sepan transmitir las marcas

El 80% de los consumidores españoles tienen predisposición a compartir sus datos personales con las marcas

Según un estudio elaborado por ICEM, la característica más sobresaliente del consumidor español es el pragmatismo. Esto se deduce de la postura que han adoptado frente al hecho de compartir sus datos personales con las empresas
El estudio, que se ha extendido a 10 países, ha revelado que una gran proporción de los consumidores ve el intercambio de datos como parte de una sociedad moderna, y muchos se sienten más concienciados y cómodos con el intercambio de datos de lo que lo estaban en el pasado. En concreto, el informe señala que el 59% de los consumidores son pragmáticos en lo concerniente a la facilitación de sus datos personales a empresas. Se trata de consumidores que estudiarán hacer intercambio de sus datos personales caso por caso y en función de si el servicio, o la mejora del servicio ofrecido compensan por la información privada que aportan a las compañías. 
También señala que el 22% de nuestros consumidores responde al perfil de conservadores en relación a la privacidad de sus datos, se trata de aquellos consumidores – de más edad- que no están dispuestos a facilitar información personal ni siquiera a cambio de la mejora del servicio.

Otro 19% de los consultados –los más jóvenes- se muestran despreocupados; es el tercer modelo de comportamiento de nuestros consumidores, que engloba a aquellos a los que no les preocupa la obtención y el uso de información personal sobre ellos.
De los resultados se desprende que la actitud que los consumidores tienen a compartir, o no sus datos se debe a su preocupación sobre la privacidad online. El estudio indica que el 81% de los consumidores en España están bastante preocupados por la privacidad online. Son los consumidores más jóvenes quienes muestran algo menos de preocupación a este respecto, con el 74% de la generación de los millennials indicando unos niveles similares de preocupación acerca de la privacidad online. El 92% considera que la privacidad es un derecho básico, y este porcentaje alcanza el 96% entre la generación del Baby-Boom. No obstante, alrededor de la mitad (49%) de los consumidores cree que la privacidad es un problema menor en la actualidad, siempre que no se abuse de los datos.

En cualquier caso, destaca que el 58% de los entrevistados considera que el intercambio de datos e información personal online forma parte de la economía moderna, y por lo tanto, se sobreentiende que los españoles ven el intercambio de datos como algo ventajoso para ellos. Ahora bien, también el 87% cree que las empresas se benefician desproporcionalmente de este intercambio de datos, mientras que solo el 5% cree que son los consumidores quienes sacan el mayor partido. En ese sentido, las empresas deberían mejorar la percepción que generan en los consumidores en cuanto a las contraprestaciones que estos pueden recibir a cambio de sus datos ya que solo el 40% cree que obtienen un servicio mejor a cambio de sus datos personales, lo que sugiere una falta de conocimiento de los beneficios concretos que los consumidores podrían obtener del intercambio de datos y señala la existencia de una discrepancia entre la información personal que los consumidores sienten que necesitan facilitar y los beneficios que reciben en realidad a cambio.

Así, alrededor de 4 de cada 5 entrevistados consideran su información personal como una propiedad que puede utilizarse para negociar. Por este motivo, los consumidores reclaman más control sobre la información personal que facilitan a las empresas y sobre la forma en que se almacena. Alrededor de la mitad de los entrevistados coinciden en que tienen muy poco o ningún control para impedir que las empresas intercambien sus datos personales con terceros y el 89% de los españoles quisiera tener mayor control sobre los intercambios de datos y sobre la forma en que se almacenan. Además, hay un 52% que siente que no puede impedir que las empresas compartan información personal con terceros, o un 49% que cree que no pueden impedir que las empresas obtengan información sobre ellos. Por cuestiones como estas, los consumidores españoles consideran que la confianza en una organización es la cuestión más importante a la hora de decidir si estarían dispuestos a intercambiar su información personal.